Recibió la estatuilla en ‘Der Fuehrer`s Face’ donde imaginaba que vivía bajo el régimen nazi y finalmente se despertaba bajo la Estatua de la Libertad.

Especial para Ideas de Babel

“Debutó como secundario en la historia “La gallinita sabia” en la que ya mostraba su carácter arisco al dar la espalda a una gallina que necesitaba ayuda”.

“Décadas plagadas de grandes historias que empujaban, al ininteligible personaje de look marinero, a vivir al borde de un ataque de nervios”.

“Su singularidad estaba marcada por una voz solo comprensible para el resto de los personajes”.

“Protagonizó por primera vez como Don Donald, momento en que se presentó a la audiencia la que sería la eterna novia del quejoso personaje”.

“Recibió la estatuilla en “Der Fuehrer`s Face” donde imaginaba que vivía bajo el régimen nazi y finalmente se despertaba bajo la Estatua de la Libertad.  Ese sueño nazi le dio un Oscar”.

“Pronto Donald comenzó a traspasar las fronteras anglófonas y se convirtió en un fenómeno en el mundo hispano”.

“Los estudios le definieron como un personaje cuya “segunda o tercera intención es la buena, pero cuando éstas emergen él ya camina en la dirección equivocada”.

“No importa cuánta humillación le depare el mundo, Donald la recibirá y volverá a por más.  Es un perdedor que no abandona.  El caerá luchando”.

“Títulos como “Donald`s Crime” destacan ese lado oscuro, dispuesto a robar los ahorros de sus sobrinos para pagar una cita con Daisy”.

“Once años después de su 50º aniversario, fue nombrado marine honorario del Ejército de EEUU y llegó a pasar revista a las tropas”.

“Un curriculum que le supuso una estrella en el Paseo de la Fama e imponer su membranosa pata en cemento a la entrada del prestigioso Teatro Chino.

Para aquellos de mente impúdica que pretendan ver alguna malsana intención en los textos anteriores, sólo debo indicarles que están sacados de un reportaje del periódico español ABC, con motivo del homenaje por haber cumplido los 86 años.  Al Pato Donald, me refiero. Cualquier confusión corre por cuenta del lector, tanto el periódico ABC, como los Estudios Disney y quien esto escribe no se hacen responsables de las malas o desviadas interpretaciones.

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