la fotografía de una escuela en Linz donde aparentemente Wittgenstein compartió los bancos escolares con Adolf Hitler.

Especial para Ideas de Babel. El Che Guevara —o mejor dicho: Ernesto Guevara— era primo de nada menos que Alberto Benegas Lynch (h), el más ferviente economista liberal de Argentina. Veamos lo que dice sobre su primo el Che.

“En mi familia se ha hablado bastante del Che ya que mi padre era primo hermano del suyo. El abuelo del sujeto de marras era una persona excelente, Roberto Guevara, casado con Anita Lynch, hermana de mi abuela materna. En tren de genealogía, consigno que soy más Lynch que Benegas ya que tanto mi padre como mi madre descienden de dos de los hijos de Patricio Lynch, de quien desciende también el Che”. (Artículo Mi primo, el Che, Buenos Aires, octubre 14 de 2007.)

Benegas Lynch también comenta en su artículo, refiriéndose a su primo, que al Che Guevara le gustaba de chico hacer sufrir a los animales; y de más grande insistía que la muerte de otros no era tan mala. En cierto sentido se anticipó a la noción de Woody Allen que “morir es lo mismo que dormirse pero sin levantarse para hacer pis”. Benegas, al hablar del Che, se acoge al principio de que “los parientes no se eligen, se eligen los amigos”. El Che Guevara fue ministro de Industrias y presidente del Banco Nacional de Cuba, sustituyendo al doctor Felipe Pazos. Conviene decir que Alberto Benegas Lynch ha sido un destacado directivo de la Sociedad Mont Pelerin y gran combatiente por la libertad.

Otros parientes extraños son el filántropo, teólogo protestante y médico Albert Schweitzer, cuya hermana fue la madre de Jean Paul Sartre. De joven, Schweitzer surgió como uno de los nuevos importantes teólogos alemanes. En una de sus obras escribió:

“La filosofía verdadera debe empezar con el hecho más inmediato y más comprensivo del sentido: ‘soy ser vivo y deseo vivir, en medio de seres vivos que desean vivir’. La vida y el amor en su opinión están basados y siguen el mismo principio: respeto por cada manifestación de la vida y una relación personal y espiritual hacia el universo”.

Albert Schweitzer se fue a África y allí fundó un hospital para curar a los negros enfermos de lepra y de la “enfermedad del sueño”. En 1952 le fue concedido el Premio Nobel de la Paz. Mientras tanto, Jean Paul Sartre la emprendía contra la sociedad capitalista, y mantenía una especie de matrimonio abierto con Simone de Beauvoir. Las ideas existencialistas de Sartre en una época se alinearon con el Partido Comunista francés y, en otras, con las corrientes más izquierdistas del momento. Mientras Schweitzer, intelectual y humanista, es un ejemplo de mansedumbre, Sartre ha estado en el centro del debate y de la polémica. En una carta dirigida por Sartre a Schweitzer, el primero le decía a su pariente teólogo que mientras más estaba contra la bomba atómica, más se sentía unido a él.

Otros primos extraordinarios por el talento y la inteligencia son Ludwig Wittstgentein y Friedrich von Hayek. El primero, uno de los filósofos más eminentes del siglo XX y uno de los líderes intelectuales del círculo de Viena; el segundo, Premio Nobel de Economía (1974) y heredero de la jefatura de la Escuela Austríaca de Economía. Muy jóvenes, los dos se encontraron vestidos con el uniforme de teniente del Ejército austríaco en una estación de tren, y se saludaron. Hayek narra en algunos escritos que Wittgenstein tenía fama dentro de la familia de extravagante. La última vez que el célebre economista se encontró con su excéntrico primo fue en un tren, donde el filósofo le contó a Hayek que estaba triste por el comportamiento del Ejército Rojo en Austria. Recordemos que el autor del Tractatus logicophilosophicus fue una especie de oveja negra dentro de la familia Wittgenstein, que era tan poderosa económicamente en la nación centroeuropea, y que Klimt, uno de los más grandes pintores austríacos de todos los tiempos, le pintó un retrato a una de sus  hermanas.

Finalizo con la fotografía de una escuela en Linz donde aparentemente Wittgenstein compartió los bancos escolares con Adolf Hitler. Esta foto revela la diversidad de gentes, ideas y movimientos que circulaban en la Viena de antes de la II Guerra Mundial, en donde surgió la idea del Estado de Israel (sionismo, Teodoro Herzl) y la idea de la ‘solución final’ (Adolfo Hitler).

 

 

 

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