Recuerdos, pasión, obsesión, olvido, delirio. Eso es Me llaman La Lupe, monólogo escrito por el periodista, profesor universitario e investigador literario y cinematográfico cubano Roberto Pérez León, en un montaje protagonizado por Samantha Castillo y dirigido por Miguel Issa.
 “Yo siempre estoy recordando… Parece que me condenaron a recordar… En La Habana ocupaba mucho espacio, pero desde que me fui, mi vida ha sido un domingo… ¿Que si era feliz? SÃ, pero estaba vacÃa…â€, dice asà el histórico personaje cubano que ahora toma vida en Caracas.
Una Lupe que no canta y cansada de haber transitado una vida llena altisonancias, encuentra un refugio en la evocación de sus melancolÃas. La pieza fue contextualizada por el autor dos meses antes de la muerte de la ‘Yiyiyi’, durante su exilio en Nueva York, entregada al evangelio y anhelando sus dÃas como reina del latin soul. En palabras de Pérez León: “Mi Lupe no es precisamente el despliegue de la espectacularidad cabaretera y bullanguera donde algunos suelen encasillarla. Yo quise detenerme en una Lupe que, sin dejar de ser la exageración que ella siempre fue, tuviera la porción de disimulo, apasionamiento y juego de su triunfante marginalidad, llena de conflictos, contradicciones, ambigüedades y angustiasâ€.
Por su parte, la protagonista del montaje, Samantha Castillo, comenta que, para ella “esta Lupe, representa a la artista en el exilio, expulsada de Cuba, de su tierra, y de su arte, de sus lugares y de su historia, en un sentido, expulsada de sà misma. Creo que en la actualidad, para los venezolanos, es una necesidad reflexionar creativamente sobre conceptos como: exilio, duelo y arraigo; es esta la base teórica que sostiene a La Lupe que hoy yo quiero llevar a la escena caraqueña. La Lupe es un sÃmbolo de pureza creativa, una interprete que logró encarnar su lado más salvaje y primitivo a partir de su voz y de su performance, pero a su vez fue vÃctima y victimaria de su tragediaâ€.
El director, Miguel Issa, maestro en artes escénicas, con una trayectoria de más de tres décadas, reflexiona sobre la influencia del personaje en su vida. “Cuando era pequeño, La Lupe se transformó en un Ãcono para mÃ, tanto que la imitaba cantando y desvistiéndome, tal cual ella lo hacÃa en la televisión. Su acción performántica de lanzar los zapatos, quitarse la peluca, las pulsera o los zarcillos se trasformaba en una apasionado show. Era como desbaratar lo arreglado, cómo derrumbar una torre de barajitas. Ya de adulto me di la tarea de recopilar los acetatos o LP que habÃa de ella… Me di cuenta que el tiempo habÃa pasado y que ya La Lupe formaba parte de la memoria de generaciones pasadas. Ahora, nuevamente, me reencuentro con este apasionante personaje que recuerda lo vivido con sus altisonancias.â€
Me llaman La Lupe estará presentándose en la Sala Plural del Trasnocho Cultural hasta el 6 de mayo, con funciones en los siguientes horarios: viernes 7:30 pm y sábados y domingos a las 7:00 pm.
Publicado originalmente en http://elespectadorvenezolano.blogspot.com.co/