alicia-freilich-2Bajo dictaduras, la conducta honorable de algunos maestros es Ley de Educación. Durante el pérezjimenismo fue invitado por la Academia de música Juan Manuel Olivares para inaugurar el año escolar Moisés Moleiro, señor fino, voz cavernosa, habla concisa y  rostro amable abrió el acto afirmando que al ejercer cualquier oficio se necesita una “ética buena”- Para una adolescente novata, esa frase sonaba  a receta médica  y  el diccionario casero reveló sólo a medias que ética significa manual de  costumbres y principios para la convivencia. El paso del tiempo aclaró  totalmente por qué el excelente compositor, pianista y pedagogo, la adjetivó como “buena”. (Aldemaro Romero fue su alumno por tiempo breve  pero  bien asimilado).

De  mentalidad liberal independiente, estatus social modesto y austero, opuesto a las dictaduras de Gómez y Pérez Jiménez, se  mantuvo solidario con militantes y perseguidos de los  partidos  políticos. Ejerció su profesión con dignidad  sin aceptar  cargos  ni prebendas  chantajistas de regímenes militares.

En el día a día no hay ética neutra, la moral subjetiva ante el bien y el mal  se practica en la vida de cada quien. Una sociedad libre y democrática  califica como persona ética a la de sanas costumbres que convive con  prójimos de distinta formación religiosa y/o política. Esa  tabla de valores desaparece bajo un sistema totalitario abierto, encubierto y/o etiquetado de revolucionario.

En la hora actual, los tres poderes constitucionales forman cadena indivisible con su propio esquema ético que viola leyes consagradas y las acomoda a su ambición. Así, crimen, robo, delación, despojo, maltrato, mentira, los pecados capitales y restantes pasan a ser amoral norma patriótica linda, útil, imprescindible para las nuevas metas, con castigo sin piedad a los disidentes. Es el orden impuesto desde el terror con armas lesivas, léase patrullas, gas del  bueno, agua tóxica, cárcel, coheticos y etc.

Pero este país llamado cuero seco, porque al pisarlo desde una esquina se levanta por la otra, siempre endereza por un tiempo con instrumentos de lógica libertaria, la que ejecutaron  maestros al estilo Moleiro, una ética buena, civilista, insobornable. Pronto, alguna gran orquesta dirigida por un gran maestro presentará un gran concierto en homenaje a la gran disidencia presa y perseguida.

Lo dice un anónimo polo margariteño: El cantar tiene sentido, entendimiento y razón…

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