Dictadura 1
Desde la dictadura, Diosdado saca pecho y se toma atribuciones del ministro Padrino López para asegurar que todo está controlado; un desconcertado Maduro habla desde una plaza para convencer que el país está normal.

Vengo de ver Dunkerke, la película de Christopher Nolan que narra cómo la torpeza o debilidad de Hitler y el aplomo de Churchill coincidieron para salvar las vidas de 350 mil soldados ingleses y de unos 40 mil franceses, acorralados por los nazis en una playa donde lo siguiente sería una masacre, y que pudo darle un giro al final de la Segunda Guerra Mundial.

Por eso esto de la asonada en Fuerte Paracamay me lo he tomado en serio. Pero algo pistonea cuando los tuits de los pregoneros de la asonada militar vienen de Miami, Ciudad de México o Madrid, y no hacen más que soltar spoilers de sucesos que vendrán, como si tales mensajes no los lee el G2 cubano y hasta el delincuente Cabeza’e Mango. No es que considere los pronunciamientos unas farfulladas, como cuando en los noventa yo trabajaba en El Globo y había dos colegas comprometidos con el fracasado golpe del 4F, quienes cada noche, al salir del periódico, me advertían “Omapin, recoge a tu gente… viene otro coñazo el jueves en la noche”, y el único coñazo que recibía esa noche era que Magallanes le ganaba a los Leones, para arrechera de quienes somos caraquistas. Por cierto, cuando por fin vino el coñazo, la madrugada del 27-N en la que Cabrujas nos dejó grabada la imagen del gordito de la franela rosada, tuve que llamar a esos dos dateros para que despertaran y vieran por Venevisión lo que estaba pasando.

Bueno, con esta sucesión de imágenes que circulan por las redes con el video del capitán Caguaripano Scott; el padre Palmar autonombrándose vicepresidente de una Junta Patriótica; el general Peñaloza pidiendo que no aceptemos la realidad y enumerando alzamientos en cuarteles de Guárico, Los Teques y Machiques; mientras los Templarios de la Resistencia (@TemplarioResist) y Nixon Moreno despotrican a Rocío San Miguel (coño, verdad ¿por qué carajo fuiste a votar en la fraudulenta constituyente?) y otros tuiteros madrugadores suplantan cuentas de twitter de personajes conocidos y los ponen a decir lo contrario de lo que piensan, como desconocer a la MUD y subir memes con Borges abrazando a Diosdado, tenemos el colmo del spiderman Oscar Pérez amenazando con volver a sobrevolar Caracas en helicóptero y dándonos instrucciones de cómo calentar la calle y detectar a infiltrados usando técnicas de contraespionaje, esto termina por volverse una rochela.

Pero no creamos que la locura vuela de un solo lado de la realidad. Desde la dictadura, Diosdado saca pecho y se toma atribuciones del ministro Padrino López para asegurar que todo está controlado; un desconcertado Maduro habla desde una plaza para convencer que el país está normal, al tiempo que sus ocho escoltas miran asustados por todas partes; la buena para nada Delcy Rodríguez arranca sin gasolina al frente de la ANC; y el travestido del chavismo Tarek William Saab pasa del puesto de defensor al de fiscal, con esa pasmosa tranquilidad con la igual lo mandaran a recoger excrementos de los borrachines en la plaza Miranda. Hasta circulan fotos, nadie sabe si confiables, que dan cuenta de la construcción de un muro a lo Trump fortificando la embajada de los panas de Cuba y el Pollo Cheo Carvajal y Rodríguez Torres juegan a lo William Ojeda.

Nadie sabe lo que vendrá ahora. Franceschi va a seguir jodiendo por Periscope; Patricia Poleo ha convertido a Rocío San Miguel en su bestia negra (Coño, vale, Rocío ¿para qué carajo participaste en la fraudulenta constituyente?); los venezolanos que residen fuera del país toman como suyos los tuits de primos y cuñados que saben de alguien que trabaja en Fuerte Tiuna, y los que sufren adentro el hervidero de la violencia en que ha devenido Venezuela, prestarán oído a los rumores de vecinos en el ascensor y a los datos de donde están vendiendo dos canillas por persona. Qué vaina con mi país. Mientras muchos sufren, el inventor de Twitter debe estar gozando una bola.

*Publicado originalmente en el muro de Omar Pineda en Facebook.

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