Sinopsis: El señor Hulot (Jacques Tati) no tiene trabajo, ocupándose de llevar a su sobrino Gérard (Alain Becourt) a la escuela y traerlo después a la ultramoderna casa de su hermana (Adrienne Servantie), casada con el señor Arpel (Jean-Pierre Zola), quien intenta ocupar a su cuñado en la empresa de fabricación de tubos de plástico en la que trabaja.
Comentario de Jacobo Penzo. Las obras más memorables de Jacques Tati la conforman las pelÃÂÂculas de la serie de Monsieur Hulot, sobre todo Mi tÃÂÂo, la primera de ellas. Hay una singular ternura, un afecto apacible por las cosas más sencillas de la existencia en este film, con su irónica referencia a la tecnologÃÂÂa, aludiendo a una tendencia que muchas décadas después â€â€Âla pelÃÂÂcula es de 1958 se expresa en la indetenible revolución tecnológica que hoy vivimos.
Y se inicia con esos perritos callejeros que invaden la pantalla con su deambular citadino en busca de alimento, correteando en una expresión de vida que alude al tono menor, grato, de comedia blanca que impregna todo el film. Esa manada de canes traviesos es como un sÃÂÂmbolo de cotidianidad urbana, una expresión tÃÂÂpica de cualquier ciudad en la que bulle inquieta toda expresión de vida.
El centro de la trama es la relación de tÃÂÂo y sobrino, una relación afectuosa y cálida que contrasta la vida modesta del tÃÂÂo con la lujosa mansión, dotada de los más modernos artilugios tecnológicos en la que vive el sobrino con sus padres. El tÃÂÂo pertenece a otro mundo, un universo que gira a otro ritmo, quizás menos confortable pero más ligado al sentir y al tiempo humanos.
El tÃÂÂo es un extraño en esa mansión automatizada, no se rebela pero de alguna manera resiste a la apabullante presencia de los aparatos que lo rodean y casi lo agreden, aunque fueron creados para servirle. Por otro lado están las pequeñas aventuras que vive el niño con su pandilla de amigos, un pequeño universo infantil, cuya presencia rechazan los padres del muchacho.
No hay maldad en este film, hay en todos los personajes un fondo de bondad que los redime aún de sus obsesiones con la tecnologÃÂÂa y el confort. Paro indudablemente la gran creación de Tati es ese singular personaje â€â€Âque interpreta él mismo surgido de algún rincón de un ParÃÂÂs amigable, con su vecinerÃÂÂa vocinglera que rodea al señor Hulot de un aura cálida de humanidad. Con su sobretodo, paraguas al brazo, pipa e inconfundible sombrero, Tati ha dibujado un personaje inolvidable casi de historieta, que resume la versión amable del hombre común.
Heredero de la comedia muda, en el film apenas si hay diálogos. Quizás los necesarios para hacer avanzar la historia, cuya gracia visual recae en gran parte en la habilidad fÃÂÂsica del mimo excepcional que era Jacques Tati. Por ello el film permanece como su obra mas lograda, y el personaje pervive inolvidable en la memoria como un ejemplo singular de un tipo de comedia que se ve pocas veces, pero que recupera una antigua tradición cómica cuyo origen se remonta a las pelÃÂÂculas anteriores al cine sonoro.
Este clásico de Jacques Tati se exhibe el 4 de febrero en los Sábados Selectos del Cinecelarg3. A las 2:30 pm. Entrada libre.
MI TÃÂÂO (Mon oncle). Francia, 1958, 120 minutos. Director: Jacques Tati. Guion: Jacques Tati, Jacques Lagrange, Jean L’Hôte. Música: Franck Barcellini, Alain Romans. FotografÃÂÂa: Jean Bourgoin. Reparto: Jacques Tati, Jean-Pierre Zola, Adrienne Servantie, Lucien Frégis, Betty Schneider, Jean-François Martial. Productora: Gaumont Distribution, Specta Films.
Premios
- Oscar a la mejor pelÃÂÂcula no hablada en inglés.
- CÃÂÂrculo de CrÃÂÂticos de Nueva York: mejor pelÃÂÂcula extranjera
- National Board of Review: mejores diez pelÃÂÂculas extranjeras