Desde Ciudad de México, donde reside, el poeta y ensayista ecuatoriano George Reyes escribe sobre la última antologÃÂÂÂa del reconocido poeta peruano-español, profesor de la Universidad de Salamanca.
 Alfredo Pérez Alencart, peruano y salmantino, es un poeta de los pocos en quien la humildad, la sencillez y la verdad van por delante, pese al sitial que ya ocupa en las letras hispanoamericanas confirmado por su decena de obras publicadas. Hasta su expresión poética, tan suya y tan universal, tan concreta y tan sensible. revela incluso su profunda calidad humana; es que él ara el surco de la ejemplaridad porque algunos de sus atributos no solo son la humildad, la sencillez y la verdad, sino también la solidaridad y la autenticidad que riñen frecuentemente con la lógica, la visión y las normas de un mundo incongruente, miope e inhumano. No es por casualidad que uno de sus versos lo dirija al lector implÃÂÂÂcito animándolo a: “Que la verdad vaya delante de ti/ y que el fuego no queme tu corazón/ si por la boca predicas justicia/con hechos que todos observan/ ¡Hurra por arar el surco del ejemplo!/ ¡Viva por tiritar desnivelando penas!â€ÂÂÂ. Para Pérez Alencart lo estético está ÃÂÂÂntimamente ligado a lo ético al servicio del ser humano y su conciencia.
Es de este poeta y ensayista que yo como creador â€â€ÂÂno como académico procuraré resumir algo difÃÂÂÂcil de alcanzar en una obra polifacética como la suya: el efecto estético de miel y ceniza dormido y brillando oscuro en cada tramo de los versos de su reciente antologÃÂÂÂa Según voy de camino (Hebel, Santiago de Chile, 2016, con ilustraciones de Luis Cabrera Fernández y traducciones al chino, inglés, bengalày griego). Lo haré, sin embargo, consciente de que es él quien únicamente podrÃÂÂÂa juzgarla con mayor exhaustividad, propiedad y, quizás, objetividad.
Cuando nos referimos a la poesÃÂÂÂa, estamos conscientes de que ella â€â€ÂÂque es magia rompe hasta con lo literario para adentrarse en la totalidad del universo. Y la totalidad del universo incluye la captación del devenir de una calle urbana, en un universo donde prevalece lo contradictorio que se vuelve un eterno desafÃÂÂÂo. AllÃÂÂÂ, Alencart suelta en el verso una pizca de lo trágico de la vida, develando a la vez una delicada conciencia social en tono poético conversacional, aunque impulsado por un lenguaje poético; esto último es la razón por qué este poeta no cae en desfachatez alguna que dé voltereta al canon lÃÂÂÂrico como se dice de Nicanor Parra, o lo adentre en la literatura crudamente comprometida al estilo de Sartre. Es que su poesÃÂÂÂa, como dijimos, está al servicio no de una ideologÃÂÂÂa polÃÂÂÂtica, sino de la ética del ser humano.
Alencart rompe con lo literario de otro modo: poniendo la poesÃÂÂÂa de este libro y de otros suyos en contacto con la realidad â€â€ÂÂde donde ella siempre parte mediante, por un lado, un lirismo encantado, de ensueño y elevado que lo lleva a regresar a su infancia en su primer poema: “Me acerqué al encantamiento./ Vi farolas al crepúsculo/ mecheros encendidos como fuegos/ aleteados…/ Fue en el tiempo de la infancia./ Fue cuando se tejen asombros/ a la luz de luciérnagasâ€ÂÂÂ. Por otro lado, mediante un lirismo poético auténtico, profundo y cadencioso: “No decir tu nombre. Decir tus ojos reflejando frÃÂÂÂos,/ decir tus manos extendidas,/ decir que perdiste la niñez/ porque un remolino de pobreza te estrelló por calles/ donde escuchas palabras bruscas y palabras huecasâ€ÂÂÂ. Sus versos son un caracol en donde resuena tanto el tiempo que se desgarra como la música o ese flujo indefinible llamado poesÃÂÂÂa.
Literatura y poesÃÂÂÂa parecieran términos idénticos. Y, en cierta medida, lo son. Con todo, podrÃÂÂÂamos afirmar que si bien toda literatura es poesÃÂÂÂa no toda poesÃÂÂÂa es literatura. En el caso de Alfredo Pérez Alencart, su poesÃÂÂÂa es literatura y su literatura poesÃÂÂÂa, empapada incluso de aquello imperceptible quizás a muchos oÃÂÂÂdos: lo sagrado o lo mÃÂÂÂstico porque, además de miel y ceniza, toda ella está revestida de luz que irradia porque lo está también su creador en tanto camina hacia donde Dios lo dirige.
Enlaces parea descarga libre de la antologÃÂÂÂa
http://www.crearensalamanca.com/wp-content/uploads/2016/07/segun-voy-de-camino-antologia-ok.pdf
https://issuu.com/hebel.ediciones/docs/2016_-_seg__n_voy_de_camino_-_apa