Ex-Machina 1
Ava, , la robot protagonista, no sólo desconoce al Dios/Hombre sino que es capaz de manipular e intrigar hasta conseguir su emancipación.

Por fin logré cazar a Ex-Machina con la hermosa sueca Alicia Vikander, ganadora del Óscar como mejor actriz de reparto en la película La chica danesa. Esta opera prima co o director del novelista, guionista y productor británico Alex Garland es una película de atmósferas sobre el controvertido tema de la inteligencia artificial y sus límites o acechanzas para la humanidad.

La inteligencia artificial hoy no existe. Lo que existe es una robótica sin alma, útil pero aún domesticada. El gran Kubrick en 2001: una odisea del espacio (1968) ya abría la posibilidad de que la inteligencia artificial (HAL 900) se rebelara contra sus creadores humanos. Ex-Machina, 50 años después, es una secuela más sofisticada de ese primer capítulo. Es por ello que se queda corta y no aporta mayores sorpresas porque retoma la venganza de las maquinas ante la posibilidad de ser controladas y aniquiladas por su propio creador.

La inteligencia artificial implica la toma de decisiones autónomas, y básicamente, mentir, rasgo que es la carta de identidad de una humanidad dañada de acuerdo con su programador inicial: Dios. Así tenemos que AVA (Dar la vida. variante inglesa de Eva. Madre de la vida), la robot protagonista, no sólo desconoce al Dios/Hombre sino que es capaz de manipular e intrigar hasta conseguir su emancipación. La propuesta filosófica es clara: los robots a imitación de las emociones humanas se volverán más perversos y dominadores aplicando la misma programación/software que los humanos suponen rudimentaria y bajo su más completa sumisión.

AVA, anatómicamente es voluptuosa, pero su perfume no termina de embrujar, y lo que pudo ser una osada exploración hacia la sexualidad entre humanos y robots, también queda coartado. El dominio de la inteligencia artificial aún no arriba aunque las intuiciones futuristas que el cine recoge la perciben como dañinas ya sea por lo que hemos visto en las sagas de Terminator o Matrix. El hombre siempre ha querido ser Dios, creador de vida y dominador, sólo que su cerebro limitado aún no termina de corresponder a esa aspiración.

Ex-Machina es interesante por su planteamiento y textura pero su promesa de novedad o ruptura con las convenciones del género no pasan a mayores. Finalmente, la cadencia de la película es demasiado pausada contraviniendo las normas de un suspenso más agresivo y perturbador.

 

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