De nuevo se habla de aplicar la Carta Democrática Interamericana (CID) a Venezuela. Desde la OEA Luis Almagro no solo pide respeto por los DD.HH. y apoya la ley de amnistÃÂÂÂa, sino anunció que está esperando que la MUD solicite aplicar la CID para iniciar un proceso que solo él o alguno de los gobiernos del continente pueden promover.
Esta opción ha sido reforzada por las declaraciones de John Kerry quien muestra preocupación por el bloqueo a la Asamblea Nacional. “Maduro está simplemente ignorando la voluntad del pueblo que ha sido expresada en las recientes elecciones. Eso es muy peligroso†dijo. Con respecto a aplicar la CID, el Canciller estadounidense sentenció: “como deberÃÂÂÂamos llegar a eso, creo, debe ser concertado cuidadosamente, para que ojalá termine siendo un esfuerzo próspero y efectivo, y no sea simplemente una movida simbólicaâ€ÂÂÂ. El problema es que allànecesitan 18 paÃÂÂÂses para avanzar el tema.
En Sudamérica los cambios que se están produciendo comienzan a poner contra la pared al régimen de Caracas. El reciente inicio formal del impechment de Dilma Rousseff, el triunfo de Keiko Fujimori en Perú, el rechazo de la reelección indefinida para Evo Morales y por supuesto el triunfo de Macri en Argentina muestran un subcontinente ávido de cambios. Cambios que en nada favorecen al régimen de Maduro y que están trayendo trasformaciones a la región. En especial en Unasur y Mercosur, algunos de los cuales el régimen intentará parar, ahora que le tocó dirigirlas.
Al castrochavismo se le volteó el santo. Las tesis del Foro de San Pablo van de capa caÃÂÂÂda. Maduro gritó ¡golpe de Estado! en el caso de Dilma y nadie le paró. Debe estar remojando su bigote al ver las barbas de su vecina arder. Tuitió “La derecha del continente desconoce la SoberanÃÂÂÂa Popular ¿qué pretenden, desaparecernos? Alerta, alerta que Camina…†Él no entiende que es justamente ese pueblo, los ciudadanos de nuestros paÃÂÂÂses, los que indignados no los quieren pues fallaron estrepitosamente en el poder. Poder que solo usaron para jugar a la polÃÂÂÂtica y terminaron robando y dilapidando los ingentes ingresos que se generaron por la subida de precios de las materias primas. Repartieron en vez de producir. Reflotaron a muchos de la pobreza que luego se han vuelto a hundir y ahora les pasan factura.
La comunidad internacional ya no los apoya como antes. Y cada vez más se plantea una intervención polÃÂÂÂtica externa de soporte a las luchas democráticas internas. Pero ésta tendrÃÂÂÂa mayores posibilidad y logros si se iniciara desde Unasur y Mercosur, con la aplicación de sus cláusulas democráticas.
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