Manuscrito del Sutra
Manuscrito del Sutra del Loto en Sánscrito, siglo XI, British Museum. © Fotografía de Edgar Cherubini.

Los sutras, son las enseñanzas que hace dos mil quinientos años predicó en la India el Buda Sakyamuni, también conocido como Gautama o Siddhartha. Son escritos en sánscrito y otras lenguas antiguas, en las que Buda describe su iluminación y los medios para que cualquier individuo pueda comprender la vida y alcanzar su completa realización espiritual.

Después de su muerte, sus discípulos y devotos transmitieron de memoria sus prédicas, hasta que, siglos después, fueron compiladas en tabletas de madera y posteriormente en pergaminos, logrando su difusión por toda Asia a través de la ruta de la seda. Quinientos años después de la muerte de Sakyamuni, alrededor del año 67 d.C., el budismo fue introducido en China y en el año 557 hizo su entrada en Japón.

La exposición Sutras budistas, una herencia espiritual universal. Manuscritos e iconografía del Sutra del Loto se presenta actualmente en la sede de la Unesco en París, muestra organizada por el Instituto de Filosofía Oriental de Tokyo y la Asociación Cultural Soka de Francia. Allí se exhiben las colecciones de sutras del Instituto de Manuscritos Orientales de la Academia de Ciencias de Rusia, de la Academia Internacional de Cultura de la India y de la Academia Dunhuang de China, valiosos tesoros iconográficos y xilográficos de la historia del budismo y su expansión en las sociedades de Asia.

Es importante destacar que en diversas excavaciones arqueológicas, no solo en Asia sino también en Occidente, aun se continúan descubriendo sutras, ya que las enseñanzas budistas fluyeron a través de las fronteras griegas hacia el Mediterráneo gracias al intercambio cultural y comercial con la India durante el reinado de Alejandro Magno.

En la muestra se pueden admirar, diversos fragmentos del Saddharmapundarika-sutra o Sutra de la Flor de Loto, en variadas formas de escritura y grabados de sus narraciones y mantras, en las lenguas antiguas que lo compilaron y tradujeron del sánscrito o del chino. Dicho sutra es considerado el más importante de todos los sutras del Mahayana, pues compendia la esencia de todo el sistema de filosofía de vida budista, tal como fue creado por Sakyamuni. A su estudio, devoción y difusión, se entregaron reyes, príncipes, monjes y multitudes de creyentes laicos de Asia, ya que entre otras enseñanzas, algunas de ellas enigmáticas, allí el Buda revela su verdadera identidad. Por otra parte, este sutra promulga que todos los seres humanos, sin distinción de género, raza o condición social, pueden alcanzar la iluminación. Esto último significó una revolución no solo en el tiempo en que Sakyamuni lo difundió sino en la sociedad japonesa del siglo XII. Ejemplo de esto lo representa el Sutra del Loto de Heike Nokyo, expuesto en una de las salas, se trata de una serie de ilustraciones iluminadas en oro, del capítulo XXIII Los actos del bodisatva Rey de la Medicina, en los que la figura de una mujer está presente en todas las escenas del diálogo. De allí que el Sutra del Loto inspirara a las mujeres del período Heian a su devoción y práctica, motivadas a obtener la budeidad, refutando el prejuicio social establecido de que las mujeres eran seres inferiores e incapaces de lograr la iluminación.

Los 69.384 caracteres del Sutra del Loto, hablan del vasto universo interior que posee cada individuo y que es uno con el universo exterior, al que Buda identifica como el Dharma o Ley de la Vida. El filósofo y educador japonés Daisaku Ikeda (1928), fundador del Instituto de Filosofía Oriental y presidente de la Soka Gakkai Internacional, explica que el Sutra del Loto pasó de China a Japón, gracias la traducción que hizo Kumarajiva (344-413 d.C.) y que lleva el título de Myoho-rengue-kyo, ejerciendo desde entonces una notable influencia en la sociedad japonesa.

En su libro Budismo, primer milenio, Emece, 1992, refiere que «el mundo de Buda está presente en la fuerza vital de cada persona individual y cuando nuestros sentimientos de adoración por Buda son suficientemente fuertes, esos mundos de Buda que se encuentran en el interior de todas las personas, cobran forma visible».

Cartel de la exposición Sutras budistas
Cartel de la exposición Sutras budistas en la Casa de la Unesco, en París.

Ikeda señala que muchos han intentado abordar el Sutra del Loto desde un punto de vista literario, sin poder aprehender la significación última del Dharma. El estadio de iluminación representado por este sutra puede alcanzarse únicamente abordándolo con intensa devoción, afirma Ikeda. «Se ha dicho tradicionalmente que los textos de los sutras budistas deben leerse con las tres actividades de cuerpo, voz y espíritu. Esto es oportuno especialmente en el caso del Sutra del Loto. Por más palabras y frases del texto que nos aprendamos de memoria, por más agudeza que tengamos para interpretarlas, si no podemos aplicar las enseñanzas del texto en nuestra vida diaria y traducirlas en actos prácticos y concretos, nuestra comprensión del sutra carece de valor».

Después de la desaparición física de Sakyamuni, sus devotos decidieron recitar y escuchar los sutras como una manera de evocar y visualizar al buda viviente que moraba en sus corazones. “Esto los llevó a reunir las enseñanzas mahayánicas que fueron transmitidas de generación en generación, a fijarlas en palabras y frases establecidas y a compilar los textos que hoy conocemos como el Sutra del Loto” (Ikeda).

Esta exposición, inédita en Francia nos ha permitido descubrir documentos impresos y tallados de sutras, únicos en el mundo; las reproducciones de los frescos de Mogao, Dunhuang en China, que ilustran las parábolas del Sutra del Loto; así como a las grandes figuras de la historia de la propagación del Sutra del Loto en la India, China y Japón.

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