En primera plana 1
‘Spotlight’ se define como una película coral, de varios personajes, y cuenta con un elenco fundamental, muy parejo y muy profesional,

El tiempo no pasa en vano. En 2002 estalló un escándalo en la costa Este de Estados Unidos que luego adquirió dimensión nacional y después se regó por el mundo. El prestigioso The Boston Globe ganó un año má tarde el premio Pulitzer al Servicio Público por sacar a la luz una amplia trama de encubrimiento de casos de pederastia en la arquidiócesis de la capital de Massachusettes.

Un equipo de investigación del diario bostoniano no solo fue revelando los abusos sexuales a nños por parte de curas, gracias a testimonios y pruebas muy bien documentadas. También expuso la red de complicidades tejidas en la cúpula de la Iglesia y en las instancias judiciales de ese estado norteamericano. Estos reportajes obligaron al cardenal Bernard Law a renunciar por ocultar los crímenes de otros sacerdotes. Además, dio inicio a revelaciones similares en diferentes partes del mundo que hasta hoy siguen saliendo a la luz. Este caso de la vida real constituye la inspiración de En primera plana (Spotlight), la película de Thomas McCarthy que ha recibido seis postulaciones a los premios de la Academia —pelí­cula, director, guion original, actriz de reparto, actor de reparto y montaje— y ha obtenido hasta la fecha 67 notables premios de la crí­tica de su país y del mundo. Pero lo más importante es que ha recobrado un tema lamentablemente muy vigente.

La producción estadounidense ha legado grandes clásicos sobre el periodismo y sus profesionales. Para empezar, por supuesto, El ciudadano Kane (1941), de Orson Welles, considerada una de las mejores pelí­culas del cine universal de todos los tiempos. Son muchos filmes que han trabajo la relación —casi siempre antagónica— entre el periodismo y las diferentes manifestaciones del poder: el polí­tico, el econó³mico, el religioso y hasta el propio poder mediático. Pero me gustarí­a recordar una obra fundamental para comprender la responsabilidad social de los periodistas: Todos los hombres del Presidente (1976), de Alan J. Pakula, sobre las investigaciones de los hoy célebres Bob Woodward y Carl Bernstein —entonces reporteros de The Washington Post— y el legendario editor Ben Bradley, fallecido en octubre del año pasado, quienes revelaron el escándalo Watergate que, a su vez, condujo a la renuncia del presidente Richard Nixon. Es decir, el valor de la información desafió³ al hombre más poderoso del planeta a principios de los años setenta.

En esta línea de desarrollo se inscribe En primera plana, al reconstruir la investigación llevada a cabo por los periodistas del equipo de investigación de la sección Spotlight de The Boston Globe en su tortuoso camino hacia la revelación de una verdad muy difí­cil. El guion de McCarthy y Josh Singer se fundamenta en el trabajo del equipo de reporteros que tuvo que rastrear ficheros, entrevistar ví­ctimas, contrastar testimonios y enfrentar presiones de todo tipo. Una labor conjunta que ató los cabos sueltos a través de más de un año de pesquisas, en busca del momento adecuado para su publicación.

Ellos fueron Walter ‘Robby’ Robinson, editor de Spotlight, Michael Rezendes, reportero, Sacha Pfeiffer, reportera, Matt Carroll, reportero, Marty Baron, nuevo editor en jefe del diario venido de The Miami Herald, y Ben Bradley Jr., editor de The Boston Globe e hijo del editor de The Washington Post que reveló el escándalo Watergate.

De una manera muy definida, Spotlight constituye un homenaje al tipo de periodistas honestos —pues hay de todo en esta profesión— y empeñados en llegar al fondo de la verdad. El film recorre el camino de los primeros indicios en 2001, la formulación de una hipótesis, el desarrollo de la indagación, su publicación en 2002 y el escándalo que inundó las portadas de la prensa internacional y sacudió a la Iglesia católica, por ser el mayor escándalo de pederastia en la corporación eclesiástica. Desde ese momento, en EEUU y en otros países de todo el planeta, se han destapado casos afines de abusos. El coraje de un diario y sus reporteros enfrentó el poder religioso y forzó un cambio en la percepción de crí­menes ocultos. Como dice uno de los periodistas: «esta no es una investigación sobre curas pederastas sino sobre la institución que los protegió».

Spotlight se define como una película coral, de varios personajes, y  cuenta con un elenco fundamental, muy parejo y muy profesional, integrado por Mark Ruffalo, Michael Keaton, Rachel McAdams, Stanley Tucci y Liev Schreiber, Brian d’Arcy James, John Slattery, entre otros. Se trata de un trabajo interpretativo que subraya la labor conjunta de sus reporteros. Estos periodistas no hablan con rapidez ni corren por los pasillos de la redacción. Más bien exponen sus puntos de vista con precisión y caminan con pausa. No responden al estereotipo del profesional de la prensa poseí­do por una madeja de nervios. Son investigadores sesudos, coherentes, cuestionadores incansables e incómodos. Son, simplemente, buenos periodistas. Con ellos McCarthy elabora una narración sólida y coherente por más de dos horas. Y cierra su film con un recordatorio importante.

En primera plana se ha convertido en un motor de la discusión actual sobre los escándalos dentro de la Iglesia, el rol del periodismo de investigación y la sanación de la justicia. Ha despertado incomodidades en ciertos sectores de la comunidad católica en el mundo. Incluso hubo estudios de Hollywood que decidieron no participar en su producción.  Pero afortunadamente McCarthy y su equipo llevaron adelante su proyecto. Porque el tiempo no pasa en vano para la justicia.

EN PRIMERA PLANA (Spotlight), EEUU, 2015. Dirección: Tom McCarthy. Guion: Josh Singer y Tom McCarthy. Fotografía: Masanovu Takayanagi. Montaje: Tom McCardie. Dirección de arte: Michaela Cheyne. Música: Howard Shore. Elenco: Mark Ruffalo, Michael Keaton, Rachel McAdams, Stanley Tucci y Liev Schreiber, entre otros. Distribución: Columbia Pictures.

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