Carlos_Rangel_Sofia_Imber-780x384La idea medular que atraviesa este documental de Andrés Crema se expresa con una certeza sorprendente: Carlos Rangel fue un pensador innovador, de formación sólida, con una visión de largo alcance… y profundamente incomprendido por el establecimiento político de su época. A casi 40 años de la publicación de Del buen salvaje al buen revolucionario, su pieza capital, su planteamiento liberal es hoy apreciado desde una perspectiva distinta. En 1976 el paÃís cursaba los rí­os del estatismo de la Gran Venezuela de la primera presidencia de Carlos Andrés Pérez y el auge de los precios petroleros que no solo dinamizó un modelo económico sino también una determinada cultura política, al amparo de un bipartidismo consolidado. Europa miraba hacia América Latina con una mezcla de desdén por sus realidades y admiración por sus mitos. Estados Unidos se hallaba enfrascado en su contienda planetaria con la Unión Soviética. Los pensadores latinoamericanos —salvo honrosas excepciones como Octavio Paz, Jorge Luis Borges o Germán Arciniegas— nadaban con vigor en las aguas del marxismo. En ese marco el texto del periodista venezolano, prologado por el filósofo y escritor francés Jean-François Revel, significó una toma de posición en un paí­s dominado por la socialdemocracia y el socialcristianismo y con la presencia del recientemente fundado Movimiento al Socialismo. Aquel era un país donde derecha era una palabra prohibida en política. Aunque, en rigor, Rangel era un liberal genuino, es decir, no era conservador como suelen ser los pensadores tradicionales de la derecha. Esta idea medular —retomo el inicio de este párrafo— funciona de manera transversal en Carlos Rangel, esta es su vida y esta su libertad, producido por Cinesa —con el apoyo del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad, Cedice Libertad— para su Colección Cine Archivo. Una película que llamará a debate y que solo se apreciará¡ en video doméstico.

El enfoque de Crema se inscribe en el espíritu de esa colección dedicada a destacar la vida y obra de venezolanos ilustres del siglo XX —Carlos RaÃúl Villanueva, Rómulo Betancourt, Arnaldo Gabaldón, entre otros— y determinadas manifestaciones de la historia nacional del mismo período —el petróleo, el beisbol, el hipismo— como contribución al conocimiento propio del paí­s. Es un tipo de documental expositivo, lineal, poco experimental, que cumple con rigor su objetivo como difusor de vidas y momentos históricos. En esta lí­nea expresiva destaca el valor de contenidos articulados en un guion que avanza sin dificultad para exponer los orígenes familiares y políticos de Rangel y destacar su participación política, primero como simpatizante de Acción Democrática y luego como pensador autónomo que cuestinó el modelo de Estado desarrollado en aquella Venezuela que surgió en 1958, a la caída del régimen de Marcos Pérez Jiménez. El film construye la trayectoria profesional y pública del periodista con imágenes de archivo, testimonios de personalidades, segmentos de sus programa televisivos y un conjunto de materiales heterogéneos organizados en un discurso expositivo coherente.

Hay una idea secundaria —pero muy importante— que manifiesta la incomprensión política nacional tanto del personaje como del proceso histórico del mundo. Cabe recordar que Rangel muere en 1988, un año antes de la caída del Muro de Berlín. Ya Mijaíl Gorbachov había impulsado su perestroika en la Unión Soviética y Lech Walesa amenazaba seriamente el poder del comunismo en Polonia con el entonces ilegal sindicato Solidaridad. Es decir, ya se manifestaban las tendencias que habrán de imponerse en el mundo: el desmoronamiento del bloque soviético y la necesidad de establecer un mundo basado más en la libertad que en la geopolítica. Ya no había Guerra Fría. Se impuso la tecnología de la información. De varias formas, Rangel había previsto teóricamente estas transformaciones pero no las avizoraba en la práctica. Como muy pocas personas pudieron preverlas.

De una manera muy definida, este documental rescata una figura relativamente olvidada, cuyo pensamiento podría servir de guía para la Venezuela que tenemos que reconducir. Los testimonios de Amárico Martín, Plinio Apuleyo Mendoza, Trino Márquez y Carlos Raúl Hernández, entre otros, actualizan la importancia de sus ideas. Sería deseable que Cinesa desarrollara una campaña de difusión del film de Crema, pues hay nuevas generaciones de venezolanos que no saben quién fue Carlos Rangel ni cuál fue la importancia de un libro que se convirtió en una referencia intelectual, primero en Francia, luego en Venezuela y más tarde en América Latina.

CARLOS RANGEL, ESTA ES SU VIDA, ESTA SU LIBERTAD, Venezuela, 2015. Dirección y guion: Andrés Crema. Conceptualización y asesoría cinematográfica: Carlos Oteyza. Producción ejecutiva: José Ignacio Oteyza y Daniela Nieves. Producció general y asistencia de dirección: Melina Alotto. Coordinación de producción: Adriana López. Pos-producción: Yhonnathan Muñoz. Música: Daniel Espinoza. Locución: Jaime Suárez. Mezcla de sonido: Orlando Andersen y Luis Lara. Una producción de Cinesa para Cine Archivo. Disponible en¿ en la red de farmacias Locatel, en las librerías Tecni-Ciencia y El Buscón.

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