Desde la literatura hasta su llegada al cine, las historias de espÃas nos han cautivado con su mundo estilizado y lleno de misterios. Agentes secretos letales que conquistan chicas a su paso, se visten como un dandy y salen de cualquier aprieto con su ingenio y gadgets que todos quisiéramos tener. Una mitologÃa que con el pasar del tiempo se ha ido perdiendo y que sobrevive en la actualidad en los largometrajes de James Bond u otras pelÃculas que, enmarcadas en este género, han dejado a un lado la sofisticación del mundo de espÃas para decantarse solo por la acción.
Cuando pensábamos que este tipo de historias se habÃan agotado llega Matthew Vaughn con su Kingsman: el servicio secreto (Kingsman: The Secret Service), un largometraje que construye el mundo del espionaje desde la comedia y que termina siendo uno de los mejores homenajes que se ha hecho del género. Acción trepidante, personajes excéntricos, una premisa enrevesada y, sobre todas las cosas, mucha educación y clase, son los ingredientes de este cocktail que pasa de inmediato a ser de lo mejor en la filmografÃa de Vaughn.
Basado en el cómic The Secret Service, el film narra la historia de una organización más crÃptica y letal que el FBI o el MI6. Una agencia conformada por hombres de honor y clase conocida como Kingsman.
La historia comienza cuando Galahad (Colin Firth), uno de los agentes más importantes de la organización, tiene que elegir un posible sucesor para un puesto dentro de ella. Lejos de buscar la mejor opción, Galahad se decanta por el hijo de su antiguo compañero Lancelot: Eggsy Unwin (Taron Egerton), un joven problemático, mal educado, pero con un corazón noble. A raÃz de este acontecimiento, Eggsy entrará en un duro entrenamiento dentro de Kingsman, compitiendo con otros chicos con mejor preparación que él y que optan por el nuevo puesto.
En paralelo, conocemos a Valentine (Samuel L. Jackson), un excéntrico empresario que junto con su mortÃfera asistente Gazelle (Sofia Boutella), desea poner en marcha un plan malévolo para exterminar la raza humana.
Desde su primer plano, Kingsman: El servicio secreto plantea una revisión del cine de espÃas a través de la óptica de la comedia, señalando sus clichés e inconsistencias como motor para llevar la historia hacia adelante. Esto trae como resultado algo parecido al ejercicio que realizó Vaughn con Kick-Ass: una pelÃcula que deconstruye su género, pero que termina narrando una historia clásica al mismo tiempo.
Elegir qué es lo mejor serÃa quedarme corto, en sus dos horas de duración todo encaja como un engranaje de precisión inglesa. Las actuaciones de los protagonistas y secundarios son geniales, pero son Colin Firth y Samuel L. Jackson quienes se roban el show con su caracterización: el primero por las secuencias de acción y el segundo por su excentricidad. Los nuevos talentos como Taron Egerton, SofÃa Boutella y Sophie Cookson también brillan con fuerza y seguramente los veremos en otras producciones de acción en el futuro.
La dirección de arte parece sacada de una pelÃcula de Baz Luhrmann (El Gran Gatsby, Moulin Rouge) al derrochar estilo, clase y suntuosidad en cada escena. El montaje es violento y frenético, cortesÃa de la dupla de Eddie Hamilton y Jon Harris (X-Men First Class, Kick-Ass, Snatch, entre otras), haciendo que el film pase volando. Matthew Vaughn se supera a sà mismo como director, deleitándonos con escenas de acción que harán palidecer a las de John Wick o Furious 7 (por nombrar grandes exponentes del género que le son contemporáneos): cada enfrentamiento es un festÃn visual lleno de coreografÃas de primera, violencia sin adornitos y mucho humor negro.
Kingsman: El servicio secreto es una de las mejores pelÃculas de acción del año y de los últimos años. Su deconstrucción del género de espÃas en clave comedia le insufla nueva vida a un tipo de historia que parecÃa olvidada, su puesta en escena asume riesgos sin miedo y el resultado salta a la vista. Matthew Vaughn vuelve a demostrar que es uno de los duros de la acción.
Lo mejor: las secuencias de acción alucinantes. La gran cantidad de referencias y guiños a la mitologÃa de los agentes secretos. Su humor polÃticamente hablando incorrecto. Colin Firth y Samuel L. Jackson en uno de los papeles más épicos de su carrera.
Lo malo: No es una pelÃcula para todo el mundo, si no conjugas con su humor y puesta en escena paródica no te va a gustar. Michael Caine pasa casi desapercibido. Hay momentos que parecen robados de Kick-Ass y X-Men First Class.
@luisbond009
A continuación vea el trailer: