El espíritu burlón 2
Rafael Romero y Amanda Gutiérrez encarnan los personaje medulares de la obra de Noel Coward.

Los venezolanos estamos ahítos de difuntos que no descansan, que se empeñan en no dormir, que nos siguen desde interminables vallas y monótonos afiches y que a veces hasta hablan en cadenas. Pero cuando ese muerto inquieto se trasforma en una mujer de curvas turgentes, ocurrente y mordaz, llena de mohínes, al fastidio lo sustituye el ánimo vivaz, que culmina en una resonante y estentórea carcajada de esa que mueve la masa abdominal, procura la catarsis y cambia.

Esta comedia, considerada divertida y elegante —la de mayor éxito— del dramaturgo inglés Noel Coward, se apodera del mito que se mueve alrededor del ocultismo y las preguntas que despierta: ¿superchería? ¿verdad? ¿pueden los espíritus de los difuntos transitar de uno a otro lado, así, cómodamente? ¿existen los mediums? ¿como se relacionan el conocimiento racional y el pensamiento mágico?

El espíritu burlón cuenta la historia de Carlos (Rafael Romero), un exitoso escritor que convierte las ciencias ocultas en su objeto de estudio, para una novela que está escribiendo. Aunque a veces Coward pareciera jugar con la intención del escritor de burlarse de lo que considera superchería y hasta de usarlo como acicate para su imaginación lenta y sin sobresaltos. Sin embargo, y por todas esas razones, aunque a su esposa también le parecen creencias y engañifas, deciden organizar una sesión espiritista con Madame Arcanos, una excéntrica médium —que toma vida por obra y gracia del trabajo de composición de la primera actriz Amanda Gutiérrez— que asume el reto de meterse en el traje de un personaje característico, al que adorna con un acento extraño, que la distancia de esos roles de mujer divina, tanto en sus inolvidables protagónicos, como en las villanas, que ofreciera en la televisión venezolana. Amanda está sencillamente desopilante y disfruta su personaje como una niña.

Y justamente ella, esta extraña adivina, de la que dudan todos los asistentes a la sesión, Madame Arcanos-Amanda, es quien desata el conflicto cuando en un extraño y poco creíble ritual, que parece destinado al fracaso, invoca a la primera esposa de Carlos, Elvira (Nohely Arteaga), fallecida siete años atrás, llena de arrumacos y vehemente sensualidad, que viene a perturbar el aburrido y sereno matrimonio de Carlos y Ruth, su segunda esposa, pero además a sacudir el escepticismo petulante del escritor.

El espíritu burlón 1
Con un elenco orquestado y ágil, ‘El espíritu burlón’ le regala al público la satisfacción de haber visto un espectáculo de primera factura, divertido y ligero en estos tiempos ásperos y agobiantes.

Como suele suceder, un elemento sirve de canal y, sin saberlo, Arcanos invoca al espíritu de Elvira, quien queda visible solo para el incrédulo Carlos. Ruth (una divertida Catherina Cardozo) solo aceptará la presencia de ‘la otra’ cuando empiezan a suceder eventos extraños y se incorporan los esposos Bradman a quienes encarnan los primeros actores Virginia Urdaneta y Alejo Felipe, atinados y graciosos. El toque final lo pone Sandra Yajure como la criada metiche Edith, quien termina complicándolo todo. Yajure se solaza en un personaje aspavientoso y exagerado, servido para encantar al publico, y hace un guiño a los tipos de la comedia del arte.

Los celos entre la primera esposa Elvira —muerta—  y la segunda Ruth —viva—, la complacencia de la bigamia extraterrenal de Carlos y la curiosidad malsana de los Bradman están perfectamente trazados —tanto en el texto como en la puesta en escena de Basilio Alvarez, dinámica, llena de detalles— para enganchar, con efectos escénicos muy precisos, como atinados. Con un elenco orquestado y ágil, el vestuario de Eva Ivanyi, la dirección de arte de Guillermo Felizola y la pulcra producción de Sonia Villamizar y Eduardo Fermín, El espíritu burlón le regala al público la satisfacción de haber visto un espectáculo de primera factura, divertido y ligero en estos tiempos ásperos y agobiantes.

Esta obra fue estrenada en la Opera House, de Manchester, el 16 de junio de 1941, y representada en el Teatro Piccadilly, de Londres, el 2 de julio de 1941. En Caracas se llevó a escena en un montaje realizado por la extinta Compañia Nacional de Teatro, aunque del autor se montaron varias piezas, de mayor densidad y critica social, en la también desaparecida Sala Juana Sujo.

EL ESPIRITU BURLÓN, de Noel Coward. Adaptación y dirección de Basilio Álvarez. Producción: Sonia Villamizar y Eduardo Fermín. Versión en español: Julián Quintanilla. Dirección de arte: Guillermo Felizola. Vestuario: Eva Ivanyi. Elenco: Rafael Romero, Amanda Gutiérrez, Nohely Arteaga, Catherina Cardozo, Alejo Felipe, Virginia Urdaneta y Sandra Yajure. Teatrex El Hatillo. Viernes a las 8:00 pm y sabados y domingos a las 6:00 pm. Hasta el mes de abril.

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