El Reventón III 1

El miércoles 21, a las 7:30 pm, Cinesa, Trasnocho Cultural e Ideas de Babel han organizado un Cine Encuentro con el documental venezolano El Reventón III, nuevo capítulo de la serie escrita y dirigida por Carlos Oteyza, bajo producción de Cinesa. Este trabajo revisa la historia petrolera venezolana desde la creación de PDVSA, en 1976, hasta el primer año de gobierno de Hugo Chávez, en 1999. Los panelistas seremos el realizador Oteyza, el periodista de la fuente económica Víctor Salmerón, autor del libro Petróleo y desmadre: de la Gran Venezuela a la Revolución Bolivariana (Editorial Alfa) y yo, bajo la moderación de Trino Márquez. Los esperamos.

Este Cine Encuentro estará dedicado a la memoria de Alberto Quirós Corradi.

El petróleo, como el capitalismo, tiene ‘mala prensa’ porque criticarlo da mucho prestigio, se mofa un amigo. Es preferible hablar mal sobre sus efectos en los seres humanos, las sociedades y el planeta que buscar sus virtudes. En el caso venezolano, es más fácil denigrar de la materia prima que ha fundamentado la industria más importante del paí­s que indagar en sus aportes al desarrollo nacional. Incluso Juan Pablo Pérez Alfonzo, por años nuestro máximo gurú en la materia, llegó a llamarlo el excremento del diablo, como si fuese en sí­ mismo una maldición ineludible, lo cual es terriblemente injusto. Que la riqueza generada por las exportaciones de los hidrocarburos en los últimos cien años no haya logrado sacar de la pobreza a un amplio sector de la población venezolana no es responsabilidad de esa materia prima —ni siquiera de esa industria— sino de la concepción rentista que ha marcado las políticas públicas del Estado en sus sucesivos gobiernos.

Esta es una de las ideas centrales de la serie El Reventón que desde 2008 Carlos Oteyza ha venido realizando —a partir de los materiales audiovisuales de Cine Archivo, empresa de Bolívar Films— como interpretación de lo que podríamos llamar nuestro proceso petrolero. Con su tercer capítulo indaga de manera especial en el período que comprende la nacionalización de la industria, en 1976, durante el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez —con especial énfasis en la creación, desarrollo y consolidación de Petróleos de Venezuela— y el viraje en su manejo que anunció Hugo Chávez en su primer año de gobierno, en 1999, con las consecuencias que ya hemos visto en lo que va del siglo XXI.

En apenas 52 minutos El Reventón III se construye como memoria e interpretación del rol jugado por la principal empresa venezolana en ese período de 23 años. Oteyza se vale de un valioso materia de archivo y de una muy bien lograda animación para recoger y expresar la presencia determinante —aunque no siempre reconocida— de Pdvsa en nuestras vidas. De cierta manera el documental recorre ese último cuarto de siglo de la vida política y económica venezolana hasta 1999. Suerte de crónica directa de los últimos tiempos del siglo XX, recoge momentos fundamentales de nuestra historia reciente, como la propia nacionalización en 1976, la devaluacón del bolívar en el histórico Viernes Negro durante el gobierno de Luis Herrera Campins, el incremento de la deuda externa y el control de cambió en la presidencia de Jaime Lusinchi, el sangriento ‘Caracazo’ del 27 de febrero de 1989 y los intentos de golpe de Estado en 1992, ambos en la segunda administración de Pérez y su extracción del cargo en 1993, la crisis financiera en el segundo período de Rafael Caldera en 1994 y el acceso al poder de Chávez en 1999. Un proceso histórico cruzado transversalmente por la industria petrolera en manos venezolanas.

El valor añadido de Oteyza como realizador reside en una reflexión muy bien sustentada sobre el manejo de los hidrocarburos y el uso que el Estado ha dado a los recursos generados por una empresa estatal que fue conducida con un criterio diferente y efectivo y que se convirtió en la más productiva de América Latina. Desmonta cierta visión negativa sobre el petróleo y ubica las responsabilidades en la orientación y el uso de las divisas originadas en las exportaciones de crudos. Algunos sectores políticos acostumbraban llamar a Pdvsa ‘un Estado dentro del Estado’ para acentuar la conveniencia del intervencionismo gubernamental en su gerencia. Mucho antes de Chávez, la empresa fue considerada como la caja chica —más bien grande— de los gobiernos. El Reventón III pone el énfasis en la conducción interna de la empresa, sus avances tecnológicos, la ampliación de sus inversiones en el extranjero, el tratamiento de los bitúmenes y del crudo pesado y en los aportes al conjunto social del paí­s.

Uno de sus conceptos fundamentales del documental se halla en la marcada separación cultural de la industria petrolera de la población venezolana. Define una distancia entre un país petrolero y los otros diversos paí­ses que habitan Venezuela. De esta precisa manera, coloca la discusión sobre las relaciones que sostenemos los venezolanos con el petróleo —signada por la ignorancia y a menudo por la indiferencia— y desmonta los mecanismos del rentismo como herramienta perversa de nuestra vida económica.

Muy bien estructurado, con el montaje dinámico y preciso de Giuliano Ferrioli, una animación muy pertinente, la música de Daniel Espinoza y la narración de Jaime Suárez, El Reventón III pone a Pdvsa en el centro de nuestra historia. Lo más importante es que pone a pensar al espectador en algo que es nuestro principal recurso para la vida. Resulta lógico, entonces, que exista un cuarto capítulo de la serie dedicada los dieciséis años de manejo de Pdvsa bajo la concepción de la Revolución Bolivariana.

EL REVENTÓN III, Venezuela, 2014. Dirección y guion: Carlos Oteyza. Producción ejecutiva: José Ignacio Oteyza y Verónica Cañas Azuaje. Producción general: Lorena González Di Totto. Asesoría petrolera: Aníbal R. Romero. Montaje: Giuliano Ferrioli. Música: Daniel Espinoza. Locución: Jaime Suárez. Mezcla de sonido: Orlando Andersen y Luis Lara. Una producción de Cinesa.

About The Author

Deja una respuesta