Fue un camaleón de la pintura que, sin embargo, logró un estilo único a través de sus formas redondeadas y llamativos colores, de los que nunca se deshizo. Nacido en 1913, en La Habana, Mario Carreño fue un artista viajero que recibió las influencias de su contexto histórico: en los años treinta en México, cayó bajo el influjo de los muralistas Rivera y Siqueiros; en los cuarenta, en ParÃs, se entusiasmó por el cubismo de Picasso y tras la II Guerra Mundial, se instaló en Nueva York donde retornó a los clásicos italianos como Botticelli y Piero della Francesca, pero con temas americanistas.
Este perÃodo, uno de los más desconocidos de Carreño en Chile —paÃs donde fijó su residencia en 1958— es el que se revelará a partir del 10 de enero en la Sala Matta del Museo de Bellas Artes, en la muestra Universo Carreño. Son 40 cuadros del pintor fallecido en 1999 de un infarto cerebral, los que recorren todos sus perÃodos artÃsticos, y donde destacan ocho que vienen desde el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana, nunca vistas en Chile, como El nacimiento de las naciones americanas y Descubrimiento de las Antillas, ambas de 1940. La muestra es organizada por la Fundación Mario Carreño, creada en junio del año pasado, al cumplirse los 100 años del natalicio del pintor. “Esta es una proyectiva, más que una retrospectiva. El legado de Carreño está un poco olvidado por las nuevas generaciones. Con estas 40 obras lo volvemos a presentar al público y serán la estampa de Carreño para el futuroâ€, dice Juan Campos, curador y ex asistente del pintor por tres décadas.
Para Mariana Carreño, hija del pintor, es el primer paso de la fundación para ordenar el legado de su padre. “No sabemos cuántas obras existen, porque hay muchas falsificaciones; el objetivo es hacer un catálogo razonado de ellas, pero eso tomará bastante tiempoâ€. Carreño es junto con Roberto Matta, JoaquÃn Torres GarcÃa y Botero, uno de los artistas latinoamericanos mejor cotizados: en 2009, uno de sus cuadros se vendió en 2,8 millones de dólares en Christie’s.
El recorrido de la exposición no será cronológico, la idea del curador es hacer dialogar cuadros de distintos perÃodos para demostrar que Carreño iba más allá de los movimientos. “En su obra lo americano fluye con una mirada universal. Los colores, formas, la composición era algo muy definidoâ€, señala Campos. Además, en paralelo, la Fundación Itaú, que financia la muestra, exhibirá dibujos de Carreño. “Es un pintor que medita sus obras, que las planea y en eso el dibujo fue fundamental. Es de un trazo muy controlado y reflexivoâ€, dice Milan Ivelic, director de la Fundación Itaú.
Colores de América
Una semana después de Carreño llega la obra de otra figura latinoamericana: el venezolano Oswaldo Vigas, fallecido en abril pasado y que perteneció a la generación de Roberto Matta y Rufino Tamayo. Serán más de 70 pinturas y esculturas, que ya estuvieron en Lima y que luego van a Bogotá. “Hace 24 años que no tenÃamos a Carreño. Iniciamos el 2015 con dos grandes artistas latinoamericanos, que salieron al mundo a buscar nuevas miradasâ€, dice Roberto Farriol, director del museo.
En el caso de Vigas, su obra se realizó entre Francia y Venezuela y recibió influjos del constructivismo y la abstracción. “Comparte con Carreño la lujuria del color, además de los temas americanistas, la mujer, la tierra, la naturalezaâ€, señala el curador Ernesto Muñoz, quien gestionó la llegada de la exposición con la Fundación Oswaldo Vigas.
*Publicado oroginalmente en La Tercera de Santiago de Chile.
http://diario.latercera.com/2014/12/20/01/contenido/cultura-entretencion/30-180082-9-carreno-y-vigas-dos-maestros-de-la-pintura-llegan-al-bellas-artes.shtml
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