En plena Zona T de Bogotá, en la calle 82 entre las carreras 12 y 13, el lugar de la rumba nocturna. En ese breve territorio atiborrado de bares y restaurantes, locales de moda y diseño, de ajetreo sin parar, abre sus puertas Coco Rue Cambon Tea and Wine, un sitio coqueto, único quizás, que quiere repetir la exitosa experiencia del local original de El Hatillo abierto en 2010. El anfitrión es David Hernández, museólogo, con estudios en Londres y quien se define como un sibarita.
Gran admirador de Coco Chanel, Hernández explica que el nombre de su salón de té alude directamente a la rue Cambon parisiense en cuyo número 5 se instaló el primer atelier de la legendaria diseñadora francesa. Por eso Coco Rue Cambon.
El dÃa del encuentro, hace dos semanas, Hernández ocupa una mesa a la entrada de Coco, que comparte con un grupo bullicioso entre quienes están Idania Chirinos, la dueña de las tardes en NTN24, y Martha RodrÃguez Miranda, de visita en la ciudad. Se levanta, ofrece un cóctel y comienza a echar el cuento de su local, de su propia vida y de su adoración por Coco Chanel, la legendaria diseñadora de moda francesa. “Nuestro local de El Hatillo es imprescindible, frecuentado por celebritiesâ€, dice.
El catálogo de presentación de Coco reúne extractos de entrevistas a Hernández de la revista Hola Venezuela, de comerybeber de El Nacional, entre otros, junto con textos que habrÃan elaborado a cuatro manos Nelson Bocaranda y Marianella Salazar. En ellos, Hernández cuenta que su afición por el té le viene desde la niñez porque su familia —originaria por parte materna de San Esteban, al sur de Puerto Cabello— se relacionó con misioneros irlandeses, que exportaron la cultura de esa infusión. San Esteban, lugar turÃstico e histórico del estado Carabobo, es famoso por su Parque Nacional, el Camino de los Españoles y el Cementerio de los Alemanes, que se encuentra muy preservado.
Para el aterrizaje de Coco Rue Cambon en Bogotá, Hernández se asoció con José Requena y Daniela Rosales para concretar una inversión “de varios cientos de miles de dólaresâ€, que supone la expansión del local y la experiencia de El Hatillo en un primer local en el extranjero. Hernández tiene en planes abrir el año próximo en Panamá y más adelante en Saint Marteen o República Dominicana. Él espera vivir a saltos entre un lugar a otro sin abandonar Caracas. “Yo amo mi ciudad y soy muy feliz en ellaâ€, comenta.
En paralelo, Hernández volverá al Centro Cultural Trasnocho, donde tuvo entre 2004 y 2010 una caramelerÃa gourmet. “Allà iba a cotufearâ€, dice jocoso, al recordar que ese local fue la contraoferta que recibió cuando propuso desarrollar un proyecto de Art Design, luego de culminar sus estudios de museologÃa. “Casi que rechazo aquello pero luego pensé que podÃa hacer la mejor caramelerÃa de Caracasâ€, le confesó a Hola.
Del Trasnocho saltó a El Hatillo, con el apoyo del Fondo de Valores Inmobiliario, y hoy dispone de 21 mesas en el Piso 5 del Paseo El Hatillo —el número de la Chanel— donde pone a degustar el té a gente sofisticada en una colección de más mil tazas, heredadas de la familia o adquiridas en subastas, según cuenta, que pertenecieron, entre otras y otros, a Doña Menca de Leoni, el dictador Marcos Pérez Jiménez o el Zar Nicolás de Rusia. Ahora a este paÃs cafetero que es Colombia le llegó la hora del té. Y no solo a las cinco.
@jconde64