GildaSinopsis: Johnny Farrell (Glenn Ford), un aventurero que vive de hacer trampas en el juego, recala en Buenos Aires. Allí lo saca de un apuro Ballin Mundson, el propietario de un lujoso casino, que acaba haciendo de él su hombre de confianza. Un día, Mundson le presenta a su esposa Gilda. Su sorpresa no tiene límites. Fue ella precisamente quien lo convirtió en lo que es: un ser cínico y amargado.

Comentario de Jacobo Penzo: Este film marca la irrupción de un icono perdurable en nuestro imaginario. Creo que no incurro en sexismo al decir que es una aparición que se hace indeleble en el imaginario, sobre todo, masculino. Es la entronización en nuestro recuerdo de una preciosa criatura de sensualidad desbordante.

Rita Hayworth se instala en nuestra memoria como una Venus rediviva, en medio de una sociedad profundamente puritana ejerciendo un impacto erótico pocas veces igualado en el cine. En la famosa escena del strip tease, cuando Rita canta esa maravillosa canción llamada Put the Blame on Mame (Échale la culpa a Mame) colocando sobre los hombros de esa inocente dama la responsabilidad, entre otros desastres mayores, del devastador terremoto de San Francisco, es como si entonara el himno a un eros arrasador que viene a llevarse por delante todas las barreras de la pacata moralidad anglosajona. En realidad, Rita está hablando de ella misma y del poder estremecedor de su poderosa sexualidad.

Huelga decir que junto a esta maravillosa beldad que nos envuelve con su irresistible influjo, hay una historia de hombres. Un relato de lealtades y deslealtades, de ratería y bajos fondos. Mundo sórdido del que surge ese hombrecillo mediocre llamado Johnny Farrell, un Glenn Ford en su mejor momento, salvado de un atraco por la figura elegante y algo soberbia de Ballin Mundson (George MacReady) quien hace el papel de una suerte de Hefesto, pareja de la sin par Venus, dedicado esta vez no al oficio de herrero del inframundo, tal como detalla la mitología, sino trocado para la ocasión en propietario de un cabaret en Buenos Aires, donde ejercerá su reinado esa diosa de la noche encarnada por la Hayworth.

El cándido Mundson le encarga más o menos a Ford cuando debe ausentarse (por supuesto no con estas palabras) “Cuídamela ahí, mi pana”, sin percibir que el tahúr desde que vio a la Hayworth se encuentra hechizado por la fémina con quién ya mantuvo un problemático affair. Sin duda Mundson confía en la lealtad que, hasta el momento, le ha demostrado Farrell, “Pero hermano…” sospechamos que pensaría el tahúr para sí “…yo tampoco soy de piedra” y acontece lo que fatalmente tenía que pasar.

Film notable, realizado con excelencia por ese misterioso director llamado Charles Vidor, autor también de La máscara de Fu Manchú y una versión de Adiós a las armas, Gilda es un título que expresa justamente el dominio casi absoluto del personaje de la actriz sobre la historia, es un homenaje a la mujer y su poder sobre los hombres, enanos lamentables poseídos por el deseo e incapaces de escapar al influjo de esta diosa de la femineidad.

Gilda se proyectará el 19 de julio en los Sábados selectos de Cinecelarg3. 3:00 pm, entrada libre.

GILDA (Gilda), EE.UU., 1946, 110 minutos. Director: Charles Vidor. Guión: Marion Parsonnet. Música: Hugo Friedhofer. Fotografía: Rudolph Maté. Reparto: Rita Hayworth, Glenn Ford, George MacReady, Joseph Calleia. Productora: Columbia Pictures Corporation.

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