antes-que-el-diablo-sepa-que-has-muerto-1A sus 84 años, Sidney Lumet demuestra por qué es uno de los grandes del cine norteamericano. Antes que el diablo sepa que has muerto constituye una de las expresiones más cabales del cine negro contemporáneo. Se trata de un drama familiar que se desarrolla narrativamente en apenas cuatro días pero que expresa varias décadas del la atroz vida en común de los Hanson, un conjunto de seres disfuncionales que participan en un laberinto de emociones y frustraciones. Muy a lo Shakespeare, el film se construye sobre la base de la codicia, la traición y la venganza hasta constituir un excelente drama, con una magnífica dirección, un sólido guión y tres soberbias actuaciones masculinas. De entrada se las recomiendo ampliamente.

Doce hombres en pugna («12 Angry Men», 1957), Serpico (1973), Tarde de perros («Dog Day Afternoon», 1975), Network: Poder que mata («Network», 1976), El príncipe de la ciudad («Prince of the City», 1981), El veredicto («The Verdict», 1982) o el remake que hizo de Gloria (1999) son algunas de las obras fundamentales de un cineasta que ha estado más allá de las modas y que ha incursionado en diferentes géneros con un estilo personal. Lumet se inició en el teatro como actor a finales de los años treinta y pronto pasó a la dirección de escena y al trabajo en la televisión antes de dar el salto al cine, donde se ha mantenido con mano firme e ideas precisas. El film negro es su fuerte, como lo demuestra en Antes que el diablo sepa que has muerto, obra casi coral que habla de seres condenados por la ambición, la inafectividad y, en varios de ellos, la falta de escrúpulos.

El título de la película alude a un refrán irlandés: puedes estar hora y media en el cielo antes que el diablo se entere que has muerto y vaya por ti. Es decir, alude a un juego de ilusiones fatuas. Andy y Hank Hanson son dos hermanos que viven en Nueva York y ambos necesitan dinero por razones distintas. Andy trabaja en una inmobiliaria, es adicto a las drogas fuertes y ha desviado fondos de su oficina para pagar a un narcotraficante. Hank es un bueno para nada, un perdedor que no puede pagarle a su ex esposa la pensión alimenticia de su hija Danielle. Para colmo, Hank es el amante secreto de Gina, la esposa de Andy. Ambos hermanos deciden asaltar una joyería —que pertenece a sus padres Charles y Nanette Hanson— en un centro comercial de los suburbios. Pretenden llevarse 600 mil dólares. La joyería tiene un buen seguro, así que nadie saldrá perdiendo. Pero las cosas no resultan como planearon y todo se complica hasta límites sorprendentes que por supuesto no pienso contarles.

A partir de un muy bien urdido guión de Kelly Masterson —cuya obra previa desconozco— y sobre la base de las perspectivas diferenciadas de Andy, Hank y Charles, la película funciona como un rompecabezas que sólo el espectador puede armar. Lumet le ofrece varias historias personales y puntos de vista parciales que se van articulando en una resolución dramática que revela la tragedia de esa familia disfuncional. En un momento dado, el realizador norteamericano centra su atención en Andy, un psicópata sin sentido de culpa que descubre su talento para generar muerte y para inspirarla. En cambio, Hank es simplemente un desesperado sin futuro pero con una actitud moral más centrada. Sin embargo, sucumbre a la influencia de su hermano. Pero la personalidad más reveladora y sorprendente de este trío de hombres es la de Charles, el padre que prefirió a Hank sobre Andy , que no supo expresar su afectividad y que deja fluir su deseo de venganza de una manera enfermiza.

Una batería de excelentes actores incluye al gran Albert Finney como Charles Hanson, al soberbio Philip Seymour Hoffman como Andy y al expresivo Ethan Hawke como Hank. Estos tres intérpretes rivalizan en capacidad interpretativa con sus voces y sus gestos. En un segundo plano se ubica Marisa Tomei como Gina, en un rol dramático que le calza muy bien.

Lumet ofrece una clase magiustral de dirección y de narrativa cinematográfica. Sin artilugios ni golpes efectistas compone su drama de manera impecable a partir de actitudes y conductas de sus personajes que interactúan y se transforman entre sí. Hay dolor en la película, como tristeza en las consecuencias. En varios sentidos Antes que diablo sepa que has muerto alude a la crisis de valores éticos en un mundo dominado por la codicia. A ratos me recordó la crisis financiera actual y su ilusión de riqueza rápida que esconde un castillo de naipes.

ANTES que el diablo sepa que has muerto (» Before the Devil Knows You’re Dead»), Estados Unidos, 2007. Dirección: Sidney Lumet. Guión: Kelly Masterson. Producción: Michael Cerenzie, Brian Linse, Paul Parmar y William S. Gilmore. Fotorafía: Ron Fortunato. Montaje: Tom Swartwout. Música: Carter Burwell. Elenco: Albert Finney, Philip Seymour Hoffman, Ethan Hawke y Marisa Tomei, entre otros Distribución: Cinematográfica Blancica.

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