¿Qué define un mundo mejor? ¿El crecimiento económico, la equidad social, la estabilidad personal? Pareciera que estos y otros factores son esenciales pero según la realizadora danesa Simonne Bier la clave de la felicidad se halla en la capacidad del ser humano para comprenderse a sí mismo y a los demás en un ámbito signado por la intolerancia y la exclusión. En un mundo mejor, ganadora este año que termina del Oscar y del Globo de Oro como obra no hablada en inglés, se mueve entre dos universos muy distintos pero unidos por las consecuencias de la violencia que solo genera más violencia. Película compleja en sus significaciones y muy bien elaborada en su dramaturgia, constituye lo mejor en la cartelera de fin de año.

El film abre en las calurosas llanuras del Sudán donde Anton, un médico danés de origen sueco, trabaja en un campo de refugiados en condiciones precarias para salvar vidas de las enfermedades y de la violencia de los caudillos. Su hogar se encuentra en una remota y equilibrada comunidad de Dinamarca donde se encuentran Marianne, de quien se está separando, y sus dos hijos. El mayor, Elias, de diez años, es acosado en el colegio de ese pueblo ideal por chicos mayores que lo llaman «rata». De forma paralela surgen las palabras en inglés de un niño casi adolescente que despide a su madre víctima del cáncer en una ceremonia fúnebre. Christian, recién llegado de Londres con su padre, defiende a Elias de sus agresores, le enseña el poder de la violencia y se convierte en su mejor amigo. A partir de esta situación dramática, Bier edifica una película que se desplaza desde la brutalidad del subdesarrollo africano a la agresión en la sociedad idílica danesa. La violencia del sanguinario cacique que abre los vientres de mujeres embarazadas impulsa el sentimiento de retaliación, de la misma forma como la violencia del intolerante «civilizado» impulsa el resentimiento y la respuesta del «ojo por ojo». No en balde el film se titula originalmente Hævnen, que en danés significa venganza.

Ex integrante del movimiento Dogma del cine de su país, Sussane Bier posee una trayectoria destacada con películas de alto nivel como Hermanos (2004), Después de la boda (2006), que le valió su primera postulación al Oscar, y Cosas que perdimos en el fuego (2007), producida en EE.UU., hasta llegar a En un mundo mejor (2010) que ha supuesto su consagración internacional. El planteamiento medular de todas se halla en la indagación de las fragilidades de la equilibrada sociedad danesa, con su alto nivel de vida y su eficaz organización colectiva e individual. En su más reciente trabajo utiliza el contraste entre el primer y el tercer mundo para precisar que la violencia se halla latente en el individuo, ya sea en ese pueblo civilizado o en el precario hospital de campaña sudanés. La profesión de médico de Anton define su posición a favor de la vida, la paz y la conciliación. Es un militante pacifista que rechaza la violencia y la venganza y aboga por la reconciliación y el perdón. Accede a tratar al criminal que asesina mujeres embarazadas y a salvarlo de la muerte, pero después de curarlo ya no puede impedir que una multitud haga justicia con él. De la misma manera intenta demostrarle al mecánico que lo agrede físicamente -después de llamarlo sueco despectivamente- que no le tiene miedo a su estupidez. Cada acción de Anton se realiza en ámbitos diferentes, con una misma actitud por la paz.

Pero sus conflictos más importante los ubica en el plano personal. Por una parte trata de alargar el proceso de divorcio con Marianne, quien trabaja en un hospital de la localidad, y por la otra descubre que su hijo Elias se halla involucrado en una acción violenta y criminal, alentado por Christian, cuya rabia por la muerte de su madre lo conduce rumbo a la psicopatía. Son dos batallas muy difíciles que se desarrollan alrededor de una situación muy dura que pone de relieve la importancia de la comunicación entre los miembros de una familia. Pero lo más importante se encuentra en la necesidad de comprender las tragedias de este mundo imperfecto que aspira a ser mejor.

En un mundo mejor cuenta con una producción impecable en la que destacan la fotografía de Morten Søborg, el montaje de Pernille Bech Christensen y Morten Egholm, la música de  Johan Söderqvist y la dirección de arte de Peter Grant. Pero sobre todo hay que apreciar las muy convincentes actuaciones de Mikael Persbrandt como Anton, Trine Dyrholm como Marianne, Markus Rygaard como Elias y William Jøhnk Nielsen como Christian. Cuatro personajes con cuatro intérpretes de mucha fuerza expresiva.

El film de Bier adquiere el carácter de un estudio de la violencia contemporánea en todas sus manifestaciones, incluida la escolar. Nos recuerda que algunas veces la justicia se convierte en venganza y que perdonar no significa olvidar sino todo lo contrario. Sin duda merece los premios que le han dado.

EN UN MUNDO MEJOR (Hævnen), Dinamarca, 2010. Dirección: Susanne Bier. Guión: Anders Thomas Jensen, basado en un argumento de Bier. Producción: Sisse Graum Jørgensen. Fotografía: Morten Søborg. Montaje: Pernille Bech Christensen y Morten Egholm. Música: Johan Söderqvist. Director de Arte: Peter Grant. Elenco: Mikael Persbrandt, Trine Dyrholm, Ulrich Thomsen, Markus Rygaard, William Jøhnk Nielsen, Bodil Jorgensen, Elsebeth Steentoft. Distribución: Gran Cine.

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