¿Cuáles son los mejores restaurantes de Caracas? Es una pregunta que hemos repetido mil veces y que cada cual responde desde su subjetividad. En las últimas décadas han surgido algunos nombres que se han mantenido como analistas de la culinaria. Otros han desaparecido sin mucha gloria. Lo mismo ha sucedido con las publicaciones del sector. Salvo contadas y conocidas excepciones, numerosas guías gastronómicas —tanto impresas como virtuales— conocieron una vida breve. La mayoría de ellas funcionó como mera información, sin análisis de valor, sin comprometer una opinión. Ahora el panorama camba con la aparición de Prestigio, Ranking de los Mejores Restaurantes de Caracas, concebida como una valoración de la oferta de casas de comida de la ciudad desde las perspectivas de los comensales. Muy al estilo de la guía internacional Zagat. No son los especialistas sino los clientes que pagan las cuentas los encargados de clasificar los mejores lugares, de acuerdo con la metodología que estableció la firma Kow How Corporation, liderada por Adolfo Artiles y su equipo de producción. Gracias a una encuesta realizada entre dos mil personas —de la base de datos del propio Artiles— y otras 350 personalidades del universo gastronómico caraqueño fueron elegidos —oh sorpresa— los tres mejores: primero, el longevo lugar de las carnes a la brasa El Alazán; segundo, el innovador local de cocina peruana contemporánea Astrid & Gastón; y el tercero, Ávila Tei el más antiguo de los templos de la cocina japonesa, fundado mucho antes de que el sushi se pusiera de moda.

Carnes a la brasa en un amplio local, renovada cocina peruana y legendarios platos nipones… ¿quién lo iba a decir? Así somos los caraqueños. Esta elección habla mucho de nuestros hábitos como comensales. Pero estos no fueron los únicos reconocimientos. LA gerencia de la guía, bajo el mismo método, estableció otras categorías que arrojaron nombres conocidos. En cocina venezolana se impuso el Centro de Estudios Gastronómicos, Cega, conducido por Víctor Moreno hijo, seguido por El Solar del este y El Budare de La Castellana. Muy personalmente, eché de menos Hajillo’s. En cocina árabe triunfó el Club Líbano Venezolano, con María Mawad a la cabeza, y luego el muy sirio Damasco y el libanés Fenicia. En carne El Alazán se sitúa de primero, con el Lee Hamilton y El Brasero de El Marqués siguiéndolo a cierta distancia. El Salón CAntón de La Castellana lideró la sección de cocina china, secundado por Chez Wong y el Salón Cantón de San Román. El campo de la cocina ecléctica fue para Alto, bajo la batuta de Carlos García, seguido por Catar y Hermann. La muy disputada cocina española —dominada por la vasca— encontró su vencedor en el Urrutia de Sabana Grande, y de seguyidas La Cita y el Bar Basque, ambos en La Candelaria. En cocina francesa fue elegido Le Gourmet, liderado por Elías Murciano, lo cual no tiene mucho sentido porque el restaurante insignia del Tamanaco InterContinental hace tiempo dejó la culinaria gala, seguido del clásico Laserre y el tradicional Le Coq d’Or. En cocina fusión triunfó Yantar, de Tatiana Mora y Enrique Limardo, sobre Azahar y Shayará. El muy refinado Vizio no tuvo rivales en el terreno de la cocina italiana, por encima de La Montanara y El Grillo de Los Palos Grandes. Detrás del Ávila Tei, en cocina japonesa, se ubicaron el muy bueno Shoga e —inexplicablemente— el mediocre Sushi Market. En el campo de la cocina mediterránea fue reconocido Antigua, con Paul Lanois en los fogones, sobre Mokambo, con Ana Belén Myerston, Tenedor de Oro 2010, y Café Atlantique. En el renglón cocina peruana, más allá de Astrid & Gastón, se ubicaron el tradicional El Tizón y el Chirú. En pescados y mariscos venció Pacífico, seguido por el Dena Ona y el Oceánico.

En esta primera edición de Prestigio se expresaron los comensales. Ya se consigue en las librerías a un precio de Bs. 120. Esperemos las próximas para conocer la evolución del sabor de Caracas.

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