La Boston de Ben Affleck no es la joya de la Costa Este sino el guijarro sucio de la psicopati­a. Ya lo demostró en su debut como director con Desapareció una noche (Gone, baby, gone, 2007) al contar una historia sórdida sobre una niña secuestrada que marcó los lí­mites de la ética y de la responsabilidad familiar. Con su segundo film, Atracción peligrosa (The town, 2010) se inserta en Charlestown, el barrio bostoniano que se enorgullece de haber engendrado a los mejores ladrones de bancos de toda la Unión. Esta dudosa distinción constituye el contexto urbano donde Doug MacRay, lí­der de una banda de asaltantes, intenta ejecutar su último trabajo pero, desde luego, las cosas se complican y después de tomar de rehén a Claire Keesey, la gerente de la oficina, y de escapar de la policí­a, comienza a sentir una atracción peligrosa que lo conduce a enamorarse de la chica. Como es de suponer, explota la violencia con muchos muertos y algunas persecuciones espectaculares. Esta es la médula dramática de una película con algunos elementos del mejor cine negro pero también con innecesarios efectismos del cine de acción.

Esta adaptación de la novela de Check Hogan Príncipe de los ladrones mantiene una visión a medio camino entre una marcada rudeza del crimen y cierta aristocrática mitificación a Nueva Inglaterra. Doug es un obrero perteneciente a una familia del delito —su padre paga condena en la cárcel— y relacionado con criminales sin escrúpulos. Su amigo de la infancia, James Coughlin, es un psicópata de gatillo fácil y su ex novia, Krista Coughlin, una adicta al crack. En este selecto grupo de allegados descuella la sensatez de Doug, con su rostro de galán, para seducir a la mujer que había secuestrado dí­as antes hasta conformar una suerte de sí­ndrome de Copenhague. Un toque romántico para contrastar con la brutalidad de su gente, los asesinos, y de los agentes del FBI que lo persiguen implacablemente.

Affleck sabe construir atmóferas oscuras y contundentes a través de una narrativa fundamentada en los cánones del género negro. Diálogos precisos y sugerentes a la vez van marcando el tono humano de la historia, Los personajes se desarrollan a partir de situaciones dadas pertenecientes al campo de lo típico del género. No pretende explicar por qué cada uno ha llegado al lugar que ocupa al estallar la trama. Simplemente están signados por la nueva situación. Se revela también como un buen director de actores capaz de extraerles a Rebecca Hall (Vicky Cristina Barcelona, Woody Allen, 2008,) y a Jeremy Renner (Zona de miedo, Kathryn Bigelow, 2008, la ganadora del Oscar este año) las expresiones adecuadas a roles tan particulares como el de Claire y James. Y más allá tiene a los veteranos Pete Postlehwaite como el criminal mayor y a Chris Cooper como el padre de Doug, junto a John Hamn como el agente especial del FBI que lo rastrea y persigue y Blake Lively como Krista. Desde luego, el propio Affleck ejecuta el papel central con eficiencia.

Lo que está de más en Atracción peligrosa son las escenas de acción, dotadas de una espectacularidad que no se corresponde con el tono dramático del resto del film. Tal vez la secuencia del enfrentamiento final justifique la desesperación por escapar y por enfrentar un destino marcado pero no así­ el choque de automóviles y las peripecias entre policí­as y ladrones.

ATRACCIÓN PELIGROSA (The town), EEUU, 2010. Dirección: Ben Affleck. Guion: Peter Craig, Ben Affleck, Aaron Stockard, sobre la novela Prince of Theives de Chuck Hogan. Producción: Basil Iwanyk, Graham King. Fotografía: Robert Elswit. Montaje: Dylan Tichnenor. Música: David Buckley y Harry Gregson Williams. Director de Arte: Peter Borck. Elenco: Ben Affleck, Rebecca Hall, Jon Hamm, Jeremy Renner, Blake Lively, Pete Postlehwaite, Chris Cooper. Distribución: Cinematográfica Blancica.

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