El único debate oficial, celebrado el domingo 30 de mayo, entre el candidato de Perú Libre y la candidata de Fuerza Popular no tuvo pulso y dio poca claridad sobre las propuestas de los candidatos.

Mi hija acaba de nacer, y entre las felicitaciones llenas de alegría que recibo se cuelan mensajes que dan un diagnóstico del dramático momento que vive el país. «Tiempos inciertos para venir al mundo», y «ojalá que tu hija llegue a vivir en democracia» son algunas de las frases más frecuentes.

Las personas que las enuncian no lo dicen para quitarle alegría a un momento tan importante para mi familia, sino porque parece ser que la incertidumbre que genera la elección de este domingo 6 de junio es lo único que los peruanos tienen en la mente.

Contexto en la recta final

Las cifras de la última encuesta de Ipsos Perú, previa al silencio electoral establecido por ley, tampoco han hecho mucho para aliviar esa incertidumbre. La diferencia entre el candidato de izquierda Pedro Castillo y la candidata de derecha Keiko Fujimori se acorta a un ajustado 2,2 % a favor del primero. Es decir, hay un empate estadístico que a una semana de la elección deja abierta la puerta a cualquier escenario.

A esto se le suma que el único debate oficial, celebrado el domingo 30 de mayo, entre el candidato de Perú Libre y la candidata de Fuerza Popular no tuvo pulso y dio poca claridad sobre las propuestas de los candidatos. Mientras Keiko Fujimori ofreció bonos por canon minero, aumentos de sueldo a todos los gremios y ampliación de programas sociales, Pedro Castillo dejó que sobraran segundos a sus intervenciones y repitió al final de ellas su eslogan «No más pobres en un país rico. Palabra de maestro”.

Sobre el debate, Keiko Fujimori —entre ambos, la veterana en este tipo de encuentros— se mostró más segura y pudo ejecutar su estrategia con mensajes para todos los sectores cuyos votos podrían revertir el escenario. Además, lanzó ataques que no recibieron respuesta y en el bloque anticorrupción, cuando Castillo intentó recordarle el gobierno de su padre Alberto Fujimori, ella revisitó críticas al líder del partido Perú Libre Vladimir Cerrón, sentenciado por corrupción.

Del otro lado, Castillo se notaba visiblemente más tenso, tratando de modular sus gestos. Habló con voz tenue y volumen bajo, evitó movimientos bruscos y se notaba un brillo de sudor sobre su frente. Algo que podría explicar su actitud medida es que, si bien las encuestas lo dan como virtual ganador de las elecciones, la holgada diferencia de más de 10 % con la que arrancó la segunda vuelta se ha visto reducida de forma importante.

Los días previos al debate tampoco favorecieron a la campaña de Castillo. En un debate entre equipos técnicos llevado a cabo la semana anterior, que fue visto por más de 50 % del país según distintas encuestas, los ciudadanos dieron por ganador al equipo de Fuerza Popular. Esto le ha costado a Castillo su ventaja sobre los electores del norte del país a favor de Fujimori, aunque su popularidad se mantiene intacta en el sur, centro y oriente.

Además, el asesinato de 16 personas en el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) —entre ellas niños— atribuido por las autoridades a remanentes de Sendero Luminoso, hizo que el fantasma del terrorismo se filtre en la campaña. A la ecuación se suma que el líder de Perú Libre, Vladimir Cerrón, debió borrar un tuit —considerado insensible a la situación— insinuando que es «la derecha que necesita a Sendero Luminoso para ganar». Todo terminó con la convocatoria de una «marcha por la paz y democracia» a la que se sumó políticamente el fujimorismo. La combinación de estos hechos parece haber frenado el avance de Castillo y generado una pequeña subida a favor de Fujimori. Nada está dicho.

El gobierno del Bicentenario

Este es el contexto con el que entramos a la recta final de la campaña electoral que definirá el futuro político y económico del país para los próximos cinco años. En plena celebración de su bicentenario, la evaluación de las alternativas está más basada en el terror a retornar a un pasado terrible que abrirse paso a una visión de futuro de país.

Puede que Keiko Fujimori y el profesor Castillo estén en la lista de balotaje, pero en la cabeza de los peruanos cuatro fantasmas más acompañan su decisión: Juan Velasco Alvarado, Vladimiro Montesinos, Alberto Fujimori y Abimael Guzmán. En parte es por eso que los llamados por redes sociales son a desenterrar hasta el último voto escondido. Las cadenas de desinformación, videos, audios, memes y demás han invadido las cuentas de WhatsApp, Facebook y todos los espacios de interacción social virtual: las elecciones son el único tema que se toca.

Existe también una enorme desazón por la posibilidad de que —gane quien gane— la victoria del otro desatará una intensa cruzada de oposición destructiva. Oposición que mal manejada por el próximo gobernante podría degenerar en una inestabilidad política y social similar —si no peor— a la vivida los últimos cinco años, de interrupciones presidenciales, paros, manifestaciones e ingobernabilidad.

A estas alturas, el electorado peruano acudirá a las urnas no para elegir propuestas sino a la opción que crea que tendrá la menor oportunidad de alterar el orden jurídico y democrático del país. Esto es algo que ojalá ambos candidatos entiendan, de llegar al poder. A quien le toque gobernar el próximo lustro, automáticamente tendrá a la mitad del país en contra y le tocará tender puentes para emprender una reconciliación después de una polarizada campaña electoral. Si hay una lección que nos dejó el último periodo es que, cuando la polarización es extrema, nadie realmente gana y los que más pierden son los ciudadanos.

En mi familia tenemos la plena esperanza de que esta nueva vida que ha llegado al mundo crecerá en un país democrático. El rol de vigilancia civil será fundamental para que esto suceda. Queremos un país que avance sostenidamente a una salida de la emergencia sanitaria, hacia la recuperación económica y del empleo, y donde los peruanos puedan tolerar mejor sus diferencias y tender puentes para trabajar juntos por un futuro mejor.

Alejandra Puente

Alejandra Puente

Periodista. Conductora de Peruanos al Bicentenario en TV Perú

 

 

Publicado originalmente en https://dialogopolitico.org

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