Desconcertante es el vocablo que acude a la mente a medida que transcurre la emisión de La mujer en la ventana, curioso drama de suspenso de Joe Wright que ha tardado tres años en concebirse y producirse y se acaba de estrenar el 14 de mayo en Netflix. Un film que desconcierta, desde luego, pero no porque suponga sorpresas creativas sino porque confunde al espectador y su trama se sumerge en las aguas del absurdo de una manera… desconcertante.
Según el guion de Tracy Letts, sobre la novela de A.J. Finn, su personaje principal es Anna Fox, psicóloga que sufre de agorafobia y pasa sus días encerrada en su casa de Nueva York. Bebe vino mientras ve viejas películas de suspenso y espía a sus vecinos desde su ventana. Un día ve algo que sucede enfrente de su casa, en el hogar de los Russell, una familia que acaba de llegar al barrio. Ese es el punto de partida de una historia sobre la realidad y la ficción que transcurre prácticamente en un solo escenario —el siempre oscuro y misterioso apartamento de Anna— y propone una mirada a la enajenación no solo de su personaje principal sino de todos los seres humanos que intervienen.
Desconozco el best seller de A. J. Finn —seudónimo del escritor norteamericano Daniel Mallory— pero entiendo que su autor es muy conflictivo personalmente —según un artículo de The New Yorker— y que trabaja eso que ahora llaman el ‘noir doméstico’. La adaptación que hizo el director británico reafirma su directa referencia visual a La ventana indiscreta (Rear window, 1954) de Alfred Hitchcock, al establecer un mismo nudo dramático: Anna espía a sus vecinos y observa el asesinato de una mujer. A partir de esta premisa, la trama se complica con una serie de elementos artificiosos y sin lógica alguna. Surgen sub-tramas que lejos de aportar a la consolidación de la historia principal la convierten en un relato inverosímil. A veces pareciera que los productores y el director no tuvieron una idea certera con su proyecto. Al espectador le cuesta seguir el desarrollo narrativo y termina por no creer lo que está viendo y oyendo. Es lo peor que le puede pasar a un film de suspenso.
El film contó con la dirección de uno de los realizadores más prestigiosos de Reino Unido y con un elenco de lujo que incluye a Amy Adams, Julianne Moore y Gary Oldman, entre otros. En su ficha técnica destacan la fotografía de Bruno Delbonnel, el montaje de Valerio Bonelli y la música de Danny Elfman. Pero estos factores no son suficientes para levantar la calidad de La mujer en la ventana. Lástima. Talento desperdiciado.
Wright proviene de haber dirigido Las horas más oscuras (2017), celebrado drama histórico sobre los momentos más difíciles enfrentados por Wiston Churchill ante el acoso de Adolfo Hitler a Inglaterra. Antes había adaptado exitosamente dos clásicos literarios: Anna Karenina (2012) sobre la novela de Tolstoi y Orgullo y prejuicio (2005) sobre el texto de Jane Austen. Por eso no se entiende su autoría en este pastiche sin pies ni cabeza.