En China, Rusia, Irán, Cuba, Nicaragua, Cubazuela no se practican elecciones verdaderas.

En Estados Unidos de Norteamérica sus guardias nacionales y —en urgencia— otros componentes militares protegen a su población y sitios gubernamentales de ataques armados que protagonizan insurgentes antidemocráticos de todo signo. Es una guerra entre quienes por ley y juramento defienden los mandatos de su Constitución legal y los caóticos que la destruyen.

Durante el sufragio, en cambio, no hay militares custodios de los lugares electorales. Si hay sospecha de fraude electoral cada estado tiene la obligación de recontar los votos directos y postales preservados, fechados y fichados con firmas y direcciones recientes para esa comprobación, que a veces requiere dos contajes sucesivos frente a testigos de los partidos políticos competidores quienes aspiran por igual a la Presidencia de la República, o ser senadores y representantes, u ocupar cargos estadales y municipales.

Durante siglo y medio, salvo dos  breves excepciones, los empleados oficiales de todas las jerarquías admiten finalmente derrotas y acceden a sus nuevas responsabilidades porque nadie está por encima, ni por debajo, de la ley.

Desde el primer día de la nueva administración gubernamental reinician las luchas civilizadas interpartidistas porque se trata de un país marcado por el signo competitivo en todas las áreas de las vidas pública y privada.

En China, Rusia, Irán, Cuba, Nicaragua, Cubazuela no se practican elecciones verdaderas, son votaciones falsas sometidas a la conveniencia de los tres poderes, Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Decisión tomada y hasta divulgada con anticipación por las autoridades en el trono. Son puestas en escena con la mayor naturalidad y desvergüenza.

En la colonia rusocubana que es Venezuela la guardia exnacional y otros componentes militaristas son organismos que invaden, lesionan y acaban físicamente con la población disidente o indiferente y vigilan armados a votantes de sufragios fraudulentos, así como los accesos al Capitolio impidiendo la entrada de los electos diputados disidentes en la milagrosa elección parlamentaria del año 2015. Los espían, acosan y detienen en sus domicilios sin previa documentación judicial. Los desaparecen, torturan, ejecutan y a veces liberan por negociados con mercaderes de todos los bandos partidistas que son tribus personalizadas  igualmente delincuenciales. Copia caribeña consular dependiente de imperios totalitarios.

Y todavía hoy, ahora, organismos internacionales, conscientes de que Cubazuela es una tiranía militarista criminal que acaba de totalizar sus poderes ilegítimos mediante votaciones falsas, todavía sí, se atreven a desconocer la legitimidad del presidente constitucional interino Juan Guaidó, electo precisamente por aquel parlamento de 2015 y para colmo solicitando por enésima vez “elecciones limpias y justas”. Lo piden así por igual el Vaticano, los países europeos en conjunto con Noruega y otros habituales intermediarios que ya experimentaron en guerras y dictaduras las mentiras del fascismo en carne propia y aseguran rechazar para sus instituciones y países. De por medio, entre discursos repetidos, están los intereses económicos. Se ve muy clara la costumbre en el triángulo español Zapatero-Borrell-Podemos.

En lenguaje rebelde pero diplomático antiguo: “Si no haces por ti, quién lo hará. Si solo te dedicas a ti, qué eres. Y si no es ahora, cuándo». Eternas verdades que Hilel, maestro rabino predilecto de Jesús de Nazareth, le inculcó mientras lo preparaba para su comunión judía en medio de las masacres que ejecutaba el imperio romano. Jesús, luego Cristo, y sus seguidores optaron por separar la política de la religión y ofrecer la otra mejilla, según lo narraron varias décadas después los Evangelistas fundadores de la iglesia cristiana oficial.

Al menos el Episcopado venezolano actual, que luce autónomo y todavía libre, aunque ya comenzaron a lanzarle advertencias, representa todavía libre a 90% de la población víctima y disidente, sigue la ruta hilelista liberadora. Contradicciones hay muchas en las escrituras de ambos credos, antes y después de la era común y sin excepción.

Algo parecido sucedió al final de la dictadura perezjimenista, en el pórtico del 23 de enero de 1958. Paradojas de la historia…

alifrei@hotmail.com

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