Sí, considero que el centro fundamental de la conspiración mundial contra la humanidad está dirigido por Putin

ESPECIAL PARA IDEAS DE BABEL. Muchos de mis queridos compatriotas lo han estado tuiteando desde hace tiempo y debo reconocer —como dice el título de este artículo— que sí, sí existe una conspiración a nivel global, que es terrible y poderosa, que ha logrado penetrar países, que se ha encargado de modificar estratos de poder, que se ha movido en las tinieblas más tenebrosas, valga la redundancia.

Ha seguido una estrategia muy bien delineada, tiene un centro de poder en el mundo y desde allí se han lanzado ataques muy bien organizados, no sólo de inteligencia y espionaje, sino con su último útil instrumento de proliferación masiva, las redes sociales.

Si se han tomado la molestia de ver el documental The Social Dilemma podrían allí percibir una aproximación de lo que se trata el asunto. Debo reconocer que algunas formas de ese film están un poco abultadas con el objeto de acentuar lo que se quiere decir, pero lo que están expresando es tan grave y tan peligroso, que esas exageraciones podrían hasta ser bienvenidas. Lo que nos queda claro a través de la película es que desde unos centros de poder se puede manipular a grandes cantidades de seres humanos y crearles no sólo falsas necesidades sino también —y es lo más grave— la aparente certeza de noticias falsas.

Por eso hablo de que podemos confirmar una conflagración mundial, una verdadera guerra de unos malos contra unos buenos, o mejor dicho de unos perversos contra unos inocentes. Hoy en día subsisten algunas guerras convencionales, de aquellas de tiritos y muertos, pero las verdaderas guerras mundiales se están desarrollando a otro nivel. No son balas de plomo sino algoritmos de manipulación disparados directamente a donde hacen más efecto, al cerebro y a las emociones, esos dos centros de poder individual que manejan nuestra conducta. Que pueden no sólo cambiar nuestra forma de pensar sino llevarnos a actuar incluso de una manera irracional o violenta. Estamos siendo tan bien manipulados que podemos ser conducidos a un precipicio humano sin que nos demos cuenta, incluso al extremo de los nazis, que convencieron a una gran nación que lo que hacían era lo correcto. Y no solo lo apropiado sino incluso lo sano. Cuando hoy día vemos con asombro el horror de los campos nazis o soviéticos, debemos pensar que multitudes fueron arrastradas por esas mentiras hasta el máximo horror. Llegaron a convertir a pacíficos ciudadanos en cómplices de esas monstruosidades.

Algo similar está ocurriendo hoy en día y cada vez más en nuestra triste patria Venezuela y en su ama, Cuba. Son dos países donde impera el horror, con un matiz de normalidad. La sofisticación de la maldad. Son casos similares, pero diferentes. Cuba comenzó hace 61 años con un experimento a raíz de la toma del poder por un grupo, después de una mini subversión de menos de tres años. Una vez instaurados en el poder, se declararon socialistas, comunistas, sobre todo a raíz del apoyo que lograron de la poderosa —en ese momento— Unión Soviética y sus satélites del mundo, fundamentalmente en la Europa del Este. Eso le permitió sobrevivir a todo por 30 años y, a raíz de la desaparición de los regímenes comunistas, después de un período de escasez y mayores dificultades —llamado especial— lograron embaucar a otro líder carismático de un país con recursos y se convirtieron en becerros chupando toda la leche posible de esa nueva vaca.

Es importante señalar que en algún momento de la historia del comunismo, los dos centros de poder más importantes, la URSS y China, estaban bien distanciados, incluso antagónicos, no necesariamente sus fundamentos marxistas los unían. Eso lo vieron en su momento algunos dirigentes norteamericanos, lo que propició el acercamiento con China, pensaron —erróneamente creo yo— que ayudando a fortalecer a China, debilitaban a la Unión Soviética. La URSS se cayó sola, así como todos sus satélites europeos, fundamentalmente por no haber logrado un desarrollo económico, producto de sus equivocadas políticas estatistas. China muy hábilmente aprendió de todo esto y, continuando con un férreo poder político, se abrió a un desarrollo económico que evitara su caída como había sucedido con la URSS.

Digo todo esto, y aunque puedan parecer circunloquios de darle vuelta al asunto, para entender que los mecanismos de maldad y de poder, no son tan sencillos, como decir en una consigna el comunismo es malo —aunque lo sea— sino tratar de entresacar de las consignas y los eslóganes, sus sutilezas y sus manejos. Cuba se declaró comunista porque tenía el apoyo de la URSS, se hubiera declarado cualquier cosa porque el asunto era mantenerse en el poder y la ayuda de un poderoso era necesaria. Fijémonos en el ejemplo de la Venezuela actual. Está teniendo un fuerte apoyo de Irán, aun cuando no se ha proclamado islamista o musulmana, tácticamente no le conviene.    ¿Por qué Irán se mete en Venezuela? No es porque esté interesado en la destartalada industria petrolera venezolana, ni siquiera por poder montar uno que otro auto mercado en Venezuela. Se mete en Venezuela, porque eso le sirve para dos cosas fundamentales para ellos: una, tener una base de operaciones y de expansión hacia Latinoamérica, y dos, hacerle oposición real a su enemigo mayor, EEUU. Algo totalmente similar a lo que ocurrió con la presencia de la URSS en Cuba. Cuba y Venezuela, no han sido sino juguetes minúsculos en el poder mundial. Son los peones de un ajedrez donde otros reyes, reinas, alfiles, torres y caballos, son los verdaderos contrincantes. Y además Cuba se ha convertido durante muchas décadas en el instrumento principal para cualquier expansión hacia otros países de Latinoamérica, ya sea a través del Alba, del Foro de Sao Paulo, del Grupo de Puebla o del espionaje. Cuba, para sobrevivir, se ha ocupado de muchas tareas sucias, en África y sobre todo en Latinoamérica. Es el trabajo que han estado haciendo desde siempre y que le ha dado el premio de permanecer en el tiempo.

Analizo todo esto porque quiero señalar que no es nada útil usar etiquetas o emblemas por más que nos hayan tratado de meter por los ojos y los sentidos. ¿Es Irán un país socialista o comunista? Siendo estrictos desde la óptica deseos-conceptos, no lo es, pero eso no importa. Los eslóganes no sirven para nada, sólo para confundir, para manipular. Lo importante es analizar los hechos. Y a eso voy.

Hace cinco o seis años, la revista Time, colocándolo en la portada, señaló a Putin como el hombre más poderoso del mundo. Lo ha demostrado desde unos años para acá. Y a eso quiero referirme, Putin es el centro mundial de la maldad y la conspiración. Es un ser enfermo de poder, como todos los dictadores del mundo. El nombre o el título no importa, lo que importa son los hechos. Putin no se dice comunista, pero es un dictador siniestro como Stalin, como Castro, como Maduro, como tantos otros. Lo único que les interesa es el poder y si hay que llevarse por medio a quien sea, incluso a amigos, para mantenerse en él, bienvenido sea. Son monstruos, no seres humanos, son líderes de la maldad, llámense o no comunistas. Por eso es que hay que analizar los hechos, no los títulos, estos últimos no dicen nada.

¿Cuáles han sido los logros de Putin en los últimos años? El fundamental, haber debilitado a los Estados Unidos.

Sí, considero que el centro fundamental de la conspiración mundial contra la humanidad está dirigido por Putin, un ex coronel de la aparentemente extinta KGB soviética, entrenado en la Stasi alemana, una policía política asesina y represora, de la cual se han copiado sus vertientes menores en Cuba y ahora en Venezuela.

Putin ha disfrazado a Rusia con otro ropaje, pero esencialmente es la misma maldad de la URSS, y sus logros en los últimos años lo han mantenido en el poder. Rusia no es una potencia económica, su producto nacional bruto a pesar del petróleo o el gas que posea, es similar al de España, no es nada del otro mundo. Su poder está en lo militar y en la maraña de espionaje y control a través de sofisticadas redes.

¿Cuáles han sido los logros de Putin en los últimos años? El fundamental, haber debilitado a los Estados Unidos. Y por qué lo ha debilitado es algo que debemos analizar y describir. De alguna forma Trump estuvo en el poder por la ayuda de Putin, a través de las redes y todo lo que promovió antes de las elecciones de 2016. Muchas de las mentiras manipuladas de ese momento han sido demostradas, pero surtieron su efecto y permitieron el ascenso al poder de Trump, quién durante sus cuatro años en la presidencia, no sólo no se enfrentó a Putin, sino que le alfombró el camino para sus avances.

Putin se cogió Crimea, una península de Ucrania, el primer asalto a un territorio en Europa desde los eventos de Hitler. EEUU no reaccionó, Putin acaba de propiciar un enfrentamiento entre Azerbaiyán y Armenia, por el supuesto control de Nagorno-Karabaj y el asunto terminó con el control de una aparente fuerza de paz de Rusia.  Otro territorio ajeno controlado ahora por ellos. Y Estados Unidos no reaccionó.  Trump retiró sus fuerzas en Siria, abriéndoles camino a las tropas de Putin y de Erdogan. Trump no ha tomado ninguna decisión contraria a Putin en todo su mandato. En las entrevistas personales que han tenido entre ellos no ha habido testigos y al traductor, la Casa Blanca le decomisó sus apuntes. Estos elementos y muchos más que surgieron a raíz del intento del impeachment en el Congreso demuestran claramente los intentos —y yo diría que los logros— de Putin de influir en EEUU.  Si bien estas investigaciones no condujeron a la destitución de Trump, por la complicidad de una mayoría republicana, todo hace pensar que el asunto era mucho más grave de lo que se filtró al público en general. Algún día se sabrá al detalle. Me imagino que la inteligencia norteamericana tiene datos muy precisos al respecto. Creo que muchas informaciones que hasta ahora han sido mantenidas por un dique de control saldrán a la luz pública en el próximo gobierno y ayudará a entender quién ha sido el cerebro de esa conspiración mundial.

Trump a pesar de las apariencias y los gritos (tuiteros solamente) ha sido un presidente sumamente débil y sumiso a los intereses de Putin. Disminuyó la presencia de Estados Unidos ante sus aliados naturales —las democracias europeas y asiáticas— con graves consecuencias para la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) creado para la defensa ante la URSS y por lo tanto ante Rusia. Sabiendo que está por salir del poder ha dedicado sus últimos días en tareas bastante sucias al respecto. Prepara una retirada apresurada de las tropas en Irak y Afganistán, similar a las de Siria, con las graves consecuencias que esto tendría. Indultó a Roger Stone y Michael Flynn, dos asistentes cercanos, convictos y confesos de la trama rusa, aunque vamos a estar claros, un indulto no borra su culpabilidad, en todo caso confirma la complicidad de Trump. Podemos agregar que Rudy Giuliani, asesor legal de Trump tiene una investigación abierta en el FBI por trabajar con la inteligencia rusa, visitó Moscú hace poco y no está claro para qué realizó ese viaje. Como presidente ha roto algunos acuerdos internacionales con respecto a Israel, facilitando algunas opciones del gobierno de Netanyahu, y siendo cómplice de sirvengüenzuras tal como eliminar las restricciones del Departamento de Justicia y permitir el viaje a Israel de Jonathan Pollard, condenado en EEUU en 1985 por espiar para Israel y cuyas informaciones  llegaron a la URSS y que pudieron identificar y evadir técnicas norteamericanas de espionaje. Todas estas graves acciones en contra de los propios intereses de Washington demuestran fehacientemente el papel cómplice de Trump con Putin.  Estas averiguaciones no son provenientes de chats ni tuiters, pueden confirmarlas en investigaciones públicas y legales.

En el caso específico de Venezuela, cada vez que Maduro u otro jerarca del régimen necesitan algún apoyo específico, vuelan a Rusia. Putin es el principal sostenedor actualmente de Venezuela y Cuba. El más importante factor de poder en Venezuela —su fuerza armada— está asesoradas por los rusos. Le han suministrado armamento y participado en todas las maniobras y movimientos, con apoyo aéreo y de tropas, aun cuando por razones obvias, no lo han hecho abiertamente, pero si significativamente.

Todo esto lo digo porque los venezolanos debemos comprender donde están los verdaderos enemigos y esos enemigos sumamente capacitados para el engaño han realizado una tarea encomiable en dirigir los tiros hacia objetivos equivocados. Una gran mayoría de la clase media venezolana, desplazada del país y de sus beneficios de vida, ha sido vilmente manipulada para enfilar sus baterías contra los demócratas, las nuevas autoridades de EEUU, y todos los que lo apoyan, simplemente porque a algún avezado malvado se le ocurrió la gran ocurrencia de calificarlos de socialistas, de comunistas, de cómplices de Cuba y de Maduro. Y de ahí en adelante todo el mundo a rebotarlo y se convirtió en tendencia. Pero ¿realmente se han puesto a pensar si eso es cierto?  No creen que sea el famoso llamado efecto espejo —que tan hábilmente utilizó Chávez— de calificar al contrario lo que él era, y que haya sido también una de las tácticas usadas por la campaña de Trump. Si soy corrupto, te llamo corrupto a ti, si soy mentiroso, te califico de embustero y así sucesivamente. Todo construido en un castillo, ya no de papel sino de palabritas e imágenes falsas por los medios. Toda una campaña muy bien construida.

Por favor pensemos en esto, los verdaderos malvados están usando su desarrollada perversidad para manipular al máximo y lamentablemente, por poco informados, por dejarnos llevar más por las emociones que  por el análisis serio y objetivo de los hechos, nos está arrastrando a disparar hacia donde no es. El enemigo es otro, es aquel agazapado, con una inteligencia maligna que está permanentemente manipulando para engañarnos mientras teje su red de poder. Hoy en día tiene su nombre y apellido, Vladimir Putin y los que le hacen el juego. Sí, sí hay una conspiración mundial y la dirige él, el envenenador de Siberia.

 

 

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