15° Festival del Cine Venezolano
La suerte del cine venezolano está íntimamente ligada a la suerte que corra el país.

El ya tradicional encuentro anual de la producción nacional se ha convertido en su 15ª edición en un acto de resistencia cultural. En medio de la más grave crisis económica del país, los creadores venezolanos siguen trabajando, contra viento y marea, haciendo películas de muy diversa índoles, de distintos géneros y de las más variadas posiciones estéticas y políticas. Son 13 largometrajes en competencia, una cifra insólita si consideramos la situación real del país.

Esta edición se realiza con muy pocos recursos y un personal muy reducido en medio de las adversidades. En un momento dado, estuvo a punto de ser cancelada, pero los organizadores decidimos que había que llevarla adelante contra todo evento. La estamos haciendo con los pocos recursos que tenemos.

Es un festival prestado a Caracas. Hacerlo en Mérida, como en las 14 ediciones anteriores, habría sido imposible por razones de infraestructura y servicios. Teníamos que hacerlo en Caracas con la valiosa ayuda de Trasnocho Cultural. Esperamos que la próxima edición retorne a Mérida.

Ha sido reducido a la sección de competencias, las funciones especiales y los tres homenajes. No habrá Cine Átomo ni el Premio del Público ni los talleres de formación. El Premio del Público, por ejemplo, no puede ser otorgado con una única proyección de cada película. Lamentablemente no podremos hacer una segunda o tercera proyección como en otras ediciones. Sería injusto con las películas y sus realizadores. No hay recursos para hacerlo. Preferimos reducir el festival a que desapareciera.

Los periodistas Alexandra Cariani y Juan Antonio González, el productor Pedro Mezquita y los cineastas Geyka Urdaneta y Luis Rodríguez tienen la responsabilidad de otorgar los premios entre los 13 largo de ficción.

Si quieren conocer la programación, entren por favor a la sección Editor’s Picks de Ideas de Babel y allí encontrarán los títulos, sus realizadores, sus horarios de proyección y los premios a los cuales aspiran.

El cine venezolano resiste en medio de la crisis. Los cineastas siguen  trabajando a pesar de las dificultades. Mientras haya creadores habrá esperanza. Pero las condiciones sociales y económicas del país deben cambiar no solo para que avance la producción nacional sino para que los ciudadanos tengan niveles de vida dignos. La suerte del cine venezolano está íntimamente ligada a la suerte que corra el país. Salvemos al país, salvemos al cine.

Tratamos de mantener esta tradicional reunión anual del cine nacional. Con la cooperación de todos.

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