El mundo según Cabrujas 2En América Latina los grandes escritores no sólo se expresan a través de sus artes y oficios. Es tradición en nuestras tierras que también se conviertan en los pensadores de sus sociedades y sus tiempos, que reflexionen a viva voz en torno a las expresiones de nuestras vidas social, política o cultural. Arturo Uslar Pietri, Carlos Fuentes y Mario Vargas llosa son ejemplos notables de ese rol indagador e inquieto de los creadores. En el caso de José Ignacio Cabrujas el asunto llegó a un extremo donde la visión colectiva y el drama individual se combinaron con una ráfaga de ironía que teñía con humor y desenfado sus agudas crónicas de finales del siglo pasado en Venezuela. Porque además de memorable actor, director y autor de teatro, exitoso escritor de telenovelas y osado guionista de cine —sus actividades creativas más reconocidas— y de mantener una actitud crítica hacia y desde la izquierda, Cabrujas devino en el más celebrado cronista de nuestras vicisitudes como país. Esa faceta de su obra es que se halla en El mundo según Cabrujas, una selección de sus columnas periodísticas que publicó hace unos meses la Editorial Alfa. Leer esos textos de nuevo ha sido revelador tanto en la apreciación de su talento como en la percepción de nuestra historia más reciente.

Contenido en tres grandes áreas temáticas —“Venezuela, el país del disimulo”, “La ciudad escondida” y “Textos esquivos”, este volumen de crónicas se despliega desde mediados de los años setenta en Punto, aquel diario del recién nacido Movimiento al Socialismo, pasando por sus páginas humorísticas de El Sádico Ilustrado y por su recordada columna El país según Cabrujas que encontró espacio en las ediciones de El Diario de Caracas y El Nacional. Una actividad constante y coherente que concluyó con su muerte el 21 de octubre de 1995 en Margarita. Siempre en el campo de la oposición, escribió sus crónicas desde los tiempos del primer gobierno de Carlos Andrés Pérez hasta las angustias del segundo gobierno de Rafael Caldera, es decir, desde la Gran Venezuela hasta un año antes de la Agenda Venezuela. Releerlas constituye un acto de memoria histórica a partir de la visión de un hombre difícil de encasillar.

El mundo según Cabrujas, producto de la investigación y la recopilación que realizó Yoyiana Ahumada, recoge además textos sobre su trascendencia como pensador  y como ser humano desde las ópticas de Ibsen Martínez, Milagros Socorro, Rafael Arráiz Lucca, María Cristina Lozada, Ildemaro Torres, Carlos Guillermo Ortega, Simón Alberto Consalvi, Xiomara Moreno, Colette Capriles, Rafael Osio Cabrices y Laureano Márquez. Echo en falta la muy aguda entrevista que Ramón Hernández y Trino Márquez le hicieron a finales de los ochenta para Estado y Reforma, revista de la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado, Copre, en la que desmontaba los mecanismos perversos de “un país que parecía un campamento”. El libro de la Editorial Alfa se lee con placer y se los recomiendo si no lo han leído aún. Pero quiere ofrecerles otro ángulo de comprensión del mismo personaje.

Desde mediados del 73, meses antes de que Pérez ganara sus primeras elecciones presidenciales, hasta octubre del 95, quince meses después del indulto de Caldera a Hugo Chávez, el dramaturgo conformó y expresó una heterogénea y crítica visión sobre Venezuela no exenta de ciertos elementos dramáticos, es verdad, pero siempre nutrida por el humor incisivo que a menudo devenía en mofa. Sus referencias a la fragilidad conceptual de los dirigentes de Acción Democrática de los ochenta, a la tartufesca máscara del liderazgo de COPEI al principio de esa misma década, cuando el Viernes Negro, y a los devaneos “del MAS de mis tormentos” a lo largo de dos decenios —por ofrecer sólo tres ejemplos— constituyen el punto de partida de una mirada implacable sobre el proceso de deterioro del sistema democrático venezolano que habría de desembocar en el triunfo electoral de Chávez, tres años después de la muerte de Cabrujas. Nunca conoció el gobierno del caudillo de Sabaneta. Apenas se refirió a las intentonas de golpe de Estado del 92 y a ciertas consideraciones sobre el estado de Derecho del país a partir del golpismo. No pudo escribir ni imaginar “El gobierno de Chávez según Cabrujas”. Lástima.

Creo que la enajenación política que ha avasallado a Venezuela desde entonces ha introducido nuevos y más dramáticos elementos al análisis que usted, yo o cualquier venezolano  nos hemos planteado. Chávez nos ha cambiado ciertas áreas de nuestra percepción. Aquellos vientos se convirtieron en esta tormenta que nos azota incesantemente. Es verdad que muchos recuerdan con nostalgia los años previos a esta patología que se expande desde Miraflores, pero no podemos olvidar que aquella vieja dirigencia política y empresarial fue la responsable principal del advenimiento de un personaje tan depredador como el que nos gobierna hoy. Desde hace años me asalta la duda sobre qué habría pensado y escrito el autor de El día que me quieras sobre este militar ñangarozo que se aleja del drama íntimo de Pío Miranda y prefiere insertarse en la tragedia histórica del autoritarismo que intenta revivir el comunismo en la época post soviética. Esto es especulativo, desde luego, pero me imagino sus opiniones sobre Barrio Adentro, la boliburguesía y el obsceno despilfarro de los recursos provenientes de la mayor bonanza petrolera de todos los tiempos. “El Chávez de mis tormentos”.

EL MUNDO SEGÚN CABRUJAS. José Ignacio Cabrujas. Investigación y compilación de Yoyiana Ahumada. Editorial Alfa, Colección Hogueras, Caracas, 2009.

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