No siempre sacas el provecho esperado de una visita a la biblioteca pública, pero nunca, nunca hay que recriminarse el haberse apartado de la buena senda. La buena senda lleva a ceñirse a lo que viniste, sin mirar a los lados: ponerte a leer sosegadamente los libros solicitados, con una libretita de notas a la mano, y juntar, poco a …
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