Donald Trump 8
Este tema geopolítico adquiere mayor magnitud cuando Trump afirma que si Cuba sigue ayudando a Maduro a mantenerse, implementará un bloqueo total a la isla pero si aceptan salirse Estados Unidos se abrirá a ellos.

Los sucesos del 30 de abril han dejado claras muchas cosas. En lo doméstico, que el chavismo deberá decidir si participa en la transición o firma una capitulación. En lo internacional, que aumentará la presión no solo a Venezuela sino a Rusia y Cuba, pero de ser necesario se producirá una acción  militar.

Poco a poco se despeja lo sucedido el 30-A. Se había venido dando una negociación, como lo confirmó Leopoldo López, en la cual participó una parte del entorno cercano a Maduro, incluyendo al ministro de la Defensa, Padrino López. El objetivo era constituir un gobierno de transición, de unidad nacional dirigido por Guaidó; pero con presencia de los chavistas, bajo el establecimiento del Consejo de Estado.  El otro involucrado sería el presidente del chavista TSJ, Maikel Moreno, quien desautorizaría la Asamblea Constituyente cubana.

¿Qué pasó con los comprometidos? Al final “…cuando llegó el momento de la acción no estuvieron dispuestos a hacerlo”, dijo Elliot Abrams, responsable del tema Venezuela en EEUU, quien incluso reveló que había un documento de 15 puntos acordado.

Esto tiene muchas lecturas, pero en lo que la mayoría está de acuerdo es que estamos en otra etapa de la lucha por la libertad en Venezuela. Hay una fractura en la alianza de poder y todo parece indicar que seguirá escalando si y solo si la presión interna y externa se mantiene y profundiza. Además, ha habido un cambio fundamental porque “ya Maduro no gobierna… solo resiste”, como dice el profesor Jorge Lazo. ¿Qué cambió en lo internacional?Primero, si alguien tenía dudas del compromiso de Estados Unidos en la vuelta a la democracia en Venezuela esto ha sido despejado. Ha sido el grupo de halcones a cargo de la política internacional y en especial hacia Venezuela el que han estado monitoreando el proceso y precisando públicamente los detalles de lo que sucedió el 30-A.

Segundo, ya no estamos hablando de que “todas las opciones están sobre la mesa”. El secretario de Estado, Mike Pompeo, ha dejado los eufemismos al declarar que “El presidente (Donald Trump) ha sido claro como el cristal e increíblemente consistente. Una acción militar es posible. De ser necesario, eso es lo que EEUU hará”. Mientras tanto el Comando Sur dejó claro que “está monitoreando la situación en Venezuela y permanece preparado para respaldar todas las opciones cuando se le solicite”. Por ahora seguirán aplicando sanciones, pero las nuevas serán de alto impacto; “algunas de ellas son muy duras” declaró el mismo Trump. Pero recordemos que cuando “sea necesario” la opción militar está planteada. No hay escape.

De forma meridiana se entiende que hay dos niveles de este proceso, uno local-regional que tiene que ver con la crisis humanitaria y política de Venezuela, y otro al nivel de la geopolítica global que tiene que ver con la participación de potencias extracontinentales y sus aliados en la región. Por eso la solución venezolana pasa por la salida de Rusia y Cuba de Venezuela. A este respecto, en conversaciones con su homólogo ruso, Pompeo “subrayó que la intervención de Rusia y Cuba es desestabilizadora para Venezuela y para la relación bilateral entre EEUU y Rusia”. Recordemos que Pompeo señaló que habría sido Rusia la que abortó la salida de Maduro, quien tenía todo listo para irse del país.

Este tema geopolítico adquiere mayor magnitud cuando Trump afirma que si Cuba sigue ayudando a Maduro a mantenerse, implementará un bloqueo total a la isla pero si aceptan salirse, Estados Unidos se abrirá a ellos.

¿Y el resto de comunidad internacional? El Grupo de Lima y otros grupos como el de Contacto de la Unión Europea se siguen moviendo solo en el plano local-regional y siguen negociando una salida electoral, que a todas luces significa la salida de Maduro.

Pero aun quedándose en este plano hay avances en entender que una intervención más allá de la diplomática y política tendrá que darse. Al menos este ha sido el caso del embajador de Colombia en las OEA, quien recientemente declaraba “el principio de no intervención fue hecho para proteger estados democráticos y legítimos. No para proteger dictaduras”, citando a un canciller de la Cuba de los Castro, en sus primeros años.

Por cierto que, como dijo el embajador Willian Brownfield (quien estuvo destacado en Venezuela), una opción militar no es necesariamente una invasión y marcha de marines hacia Miraflores. Él mismo señaló algunas opciones militares como la ciberguerra, el bloqueo marítimo, los bombardeos de precisión o incluso el establecimiento de zonas de seguridad para desplazados a fin de distribuir ayuda humanitaria.

En todo caso, el fin del régimen está cerca y ellos lo palpan, lo sienten. Lo que tienen que decidir es cómo quieren salir del poder. Y aquí el tema clave es si se concreta un gobierno de transición con la inclusión de parte del chavismo o no. Esta, sin duda, es su mejor salida. Una transición les permitiría seguir negociando desde el poder sin haber capitulado, luego de una derrota militar.

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