Un lugar lejano 2
Marcela Kloosterboer y Erich Wildpret construyen el centro dramático de «Un lugar lejano» de José R. Nóvoa

Cuando la muerte se anuncia comienza otra etapa de la vida. El tiempo de la verdad, de la comprensión, de la aceptación. Muchas cosas pierden el valor que tuvieron y otras adquieren una riqueza no sospechada. De alguna manera no muy bien definida es más fácil reconocer lo importante sobre lo superfluo. En el caso de Un lugar lejano, nuevo film del realizador venezolano de origen uruguayo José Ramón Nóvoa, lo que siente Julián Palacios, ante el cáncer irremediable que le han anunciado, se acerca a la necesidad de entender el porqué de las cosas que suceden o están por suceder. Fotógrafo venezolano reconocido en Europa, decide regresar en el tiempo y el espacio para buscar la foto que nunca hizo, allí, en algún lugar lejano, que por paradoja lo ubica en algún espacio más cercano al corazón, con personas y situaciones que abren nuevos caminos. Una película muy hermosa sobre esa etapa distinta de la vida.

Un lugar lejano constituye un giro notable en la filmografía de Nóvoa —Agonía (1985), Sicario (1995), Garimpeiros (1999) y El don (2006)— y propone una ruta más íntima, menos colectiva y más poética, en torno al viaje personal hacia sí mismo. Julián Palacios (muy bien interpretado por Erich Wildprett) regresa de Galicia, apenas pisa Caracas, descubre la foto de un tren en un paisaje remoto y se marcha a la Patagonia, allá en el sur del continente, casi en el fin del mundo, en busca de esa imagen que se convierte en obsesión. Un hombre trastornado que se aventura a transitar por donde los mismos lugareños no se atreven. ¿Qué importa el peligro cuando la muerte es cierta? Nieve, frío, soledad, silencio. Hasta que Julián vive un accidente del que es rescatado y protegido por María (la excelente Marcela Kloosterboer), una chica solitaria que vive en la montaña tras la muerte de sus padres. Ambos inician una relación de convivencia que deriva en supervivencia emocional. El buscador de imágenes, en tránsito hacia la muerte, encuentra este ángel guardián en su ruta en pos de la foto del tren a ninguna parte. Ahora puede seguir su camino.

Este giro de temática y estilo en la obra de Nóvoa se revela no sólo sorprendente sino sobre todo pleno de sugerencias y significados. Distante del cine de acción y de carácter social que ha caracterizado a su autor, Un lugar lejano evidencia un manejo acertado de un estilo de narrativa que evade los lugares comunes para hablar de asuntos muy humanos e irreversibles. Desconozco el cuento de Fernando Butazzoni sobre la cual se inspiró el guión —con la participación del propio escritor uruguayo— pero advierto en el tratamiento cinematográfico un particular tono de comprensión, una suerte de mirada ante el espejo que intenta saldar cuentas consigo mismo. Esa óptica exige un ritmo determinado, preciso, que rehúsa los facilismos comerciales y establece su propio tiempo. Un trabajo de filigrana que se desenvuelve en detalles, en momentos, en miradas, en palabras. En sugerencias más que en hechos. En esta elaboración, el trabajo fotográfico de Oscar Pérez, el montaje de Jerry Zottola y la música de Osvaldo Montes conforman la corporeidad de una creación muy particular.

Aunque Julián y María son los personajes centrales del relato, a sus costados se erige un universo humano que se desplaza desde la amistad y la comprensión —el amigo Roque, los médicos, la galerista— hasta la solidaridad y la atención —los encargados del hotel, los lugareños— en un recorrido de rostros y miradas de distinta índole. Este es uno de los rasgos fundamentales del film, en la medida en que los seres humanos determinan el curso de los acontecimientos. Y allí intervienen de manera breve pero efectiva las labores interpretativas de  Tristán Ulloa, Elba Escobar, Alberto Alifa, Basilio Alvarez, Mirela Mendoza, Rosalinda Serfati, Isabel Novoa, Juan Villegas y Rosa Valsecchi Pero, en definitiva, el fotógrafo y la muchacha —Wilprett y Kloosterboer— crean su propio espacio, su microcosmos, su amor sin tiempo ni espacio.

Un lugar lejano es una de las películas más sugerentes y poéticas del cine que ha surgido de la cooperación iberoamericana en los últimos años. Es el tipo de producción que se alimenta de los aportes múltiples de tres países —Argentina, España y Venezuela en este caso— para ofrecer visiones más amplias, más genuinas y más certeras de nuestras vidas.

UN LUGAR LEJANO, Argentina, España y Venezuela, 2009. Dirección: José  Ramón Nóvoa. Guión: Fernando Butazzoni y Jose R. Nóvoa, sobre la novela del primero. Producción: Elia Schneider, José R. Nóvoa, Fernando Sokolowicz y Stefan Schmitz. Fotografía y cámara: Oscar Pérez. Directora de Arte: Edna Fernández Chajud y Maitena de Elguezabal. Sonido: Guillermo Palacios. Música: Oswaldo Montes. Montaje: Jerry Zottola. Elenco: Marcela Kloosterboer, Erich Wildpret, Tristán Ulloa, Elba Escobar, Alberto Alifa, Basilio Álvarez, Rosalinda Serfati, Mirela Mendoza, Isabel Nóvoa, Juan Villegas y Rosa Valsecchi, entre otros. Distribución: Cines Unidos.

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