Mariana Mazzoca
Mariana acude a prácticas de lunes a jueves de 5 a 7 pm.

Aún no cumple los 17 años y lleva 12 pateando balones. Convocada dos veces por la Selección Vinotinto de menores, esta mediocampista ofensiva del Weston FC tiene muy claro cuál es su carácter en el campo: “apasionada, entregada, luchadora”.

Cuando al matrimonio Mazzocca Rauseo le dieron el resultado de la ecografía para determinar el sexo de su primer embarazo, Vito, el padre, exclamó: “¡niña, qué bueno! aquí en Estados Unidos juegan al fútbol”. En su casa en Caracas se veía y se hablaba de fútbol todos los días. Hijo de un inmigrante napolitano, Mazzocca recuerda que en las jornadas de la Champions nada era más importante: “uno se escapaba del colegio o del trabajo para seguir los partidos”.

Durante los últimos 20 años, la pareja —que se instaló en Florida en 1996— ha sacrificado tiempo y realizado un gran esfuerzo económico para que sus hijas, Angélica y Mariana, hicieran carrera en el soccer. “El balance es muy positivo”,dice Vito, que destaca el aprendizaje de una disciplina de hábitos y cuidado del cuerpo.

La primera de las hijas jugó durante 14 años para la Weston FC Development Academy, una institución privada dentro del sistema de la US Soccer Foundation, y ahora becada por su desempeño tanto en soccer como académico estudia biología en Ohio, muy al norte de Estados Unidos.

Domina el balón y se lanza al ataque: Mariana Mazzocca en un juego con Weston FC. (Cortesía MM)

Mariana, la segunda, está en un fase de decisiones: tiene varias propuestas de becas universitarias y, antes de los 18 años que cumple en julio de 2019, deberá optar por la Vinotinto o persistir en el intento de formar parte de una selección estadounidense, en un proceso que se antoja complejo y azaroso. “Quiero cumplir mis metas, el fútbol es lo único que hago, lo que me saca de la mente lo que me esté pasando”, confiesa.

Desde los 4 años, Mariana comenzó  su idilio con el balón, al igual que su hermana. Jugaba con los vecinos, la mayoría chicos, en tardes sin fin. Vito dice que así desarrolló ‘malicia’, lo  que no es tan usual en el soccer. “Aquí falta calle”, dice él.  Ese aprendizaje le facilitó a Mariana su rápida integración con una selección de menores de Venezuela cuando fue convocada a una concentración en el Centro Nacional de Alto Rendimiento, (CNAR), en  la isla de Margarita.

“Fue en junio de 2016″, dice ella, «Ã­bamos a jugar un par de partidos con Trinidad y Tobago, pero algo pasó y se quedó todo en un módulo normal de preparación”. En enero de este año la volvieron a llamar para juegos amistosos contra la selección de Estados Unidos. Fue una experiencia dura: derrotas 8-0 y 5-0. “Esas niñas no son normales”, suelta, expresiva,  Mariana de sus rivales gringas.

En Weston FC se desempeña como medio ofensivo a la órdenes del británico Matt Parry; en la Vinotinto en la contención, oyendo consejos de José Catoya y, antes, del panameño Kenneth Zseremeta. “Me piden que juegue a uno o dos toques, que sepa lo que voy a hacer antes de que me llegue el balón”, resume las indicaciones de su coaches. Siente que cuando ataca debe mejorar al avanzar sola con la pelota. Su padre, Vito, dice que no es la más fuerte ni la más rápida, pero si muy inteligente. “Conoce el juego, sabe lo qué tiene hacer, y maneja muy bien la pelota”, valora.

Mariana acude a prácticas de lunes a jueves de 5 a 7 pm. El campo de entrenamiento le queda a 5 minutos de su casa en auto. Los fines de semana son de viajes por diversos estados del país, en autobús o en avión. El último fin de semana tocó California. Vito Mazzocca explica ese proceso que llaman showcases. “Compiten en diversas partes y las observan cerca de un centenar de coaches de universidades que andan en búsqueda de talento”, cuenta. La apuesta familiar, y de Mariana, es obtener la mejor beca, aquella que sintetice la aspiración deportiva y académica.

Esta joven venezolano-estadounidense, que se expresa en claro castellano, está habituada a mostrarse. Para entrar en los programas top de Weston FC tiene que superar pruebas o try out a las que concurren centenares de jóvenes.

También para aspirar a la selección estadounidense: el padre cuenta que Mariana llegó hasta la tercera ronda en un planificado sistema de escogencia, los ID Camp. Superó un corte inicial en el que escogieron a 30 chicas de 80; avanzó a un segundo corte en el norte de Florida en el que se quedaron fuera 45 de 90 y, por último, “no tuvo su  día” en una tercera fase en Alabama. “Hay cinco entrenadores observando y si haces una buena jugada y se les escapa puedes quedar fuera”, explica.

Apoyada en su juventud y sus ganas, las opciones de Mariana Mazzocca Rauseo siguen intactas. En sus palabras se define “apasionada, entregada y luchadora”,  así que lo volverá a intentar y  estará, a la vez, atenta a otra llamada de la Vinotinto. Mientras, juega, ve y piensa en fútbol. Le viene de casa.

Javier Conde/@jconde64

Publicado originalmente en futbolella.com.

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