Yo, la peor de todas 1
Rebeca Alemán y Andreína Blanco marcan la complicidad femenina en «Yo, la peor de todas», de Iraida Tapias.

La mexicana Sor Juana Inés de la Cruz es una de las figuras más fascinantes de las letras latinoamericanas, no sólo por su talento literario sino por su actitud crítica frente al poder en un mundo dominado por el autoritarismo y el machismo. Niña prodigio nacida a mediados del siglo XVII, aprendió a leer y escribir a los tres años, y a los ocho escribió su primer verso. A los catorce fue dama de honor de Leonor Carreto, esposa del virrey Antonio Sebastián de Toledo. Brilló en la corte de Nueva España por su erudición y habilidad versificadora. No extraña, entonces, que se haya convertido en la inspiradora de otros creadores de América Latina. El Nóbel mexicano Octavio Paz le dedicó en 1982 su célebre Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe y la cineasta argentina María Luisa Bemberg recreó su vida en 1990 en Yo, la peor de todas. Otra mexicana, Mónica Lavin, publicó recientemente Yo, la peor editada por Grijalbo. A la lista se suma ahora la dramaturga venezolana Iraida Tapias con su obra teatral Yo, la peor de todas que se presenta actualmente en el Trasnocho sólo los miércoles y jueves.

Tapias evidencia un conocimiento extenso e íntimo de esa mujer extraordinaria y eligió presentarla desde la perspectiva de una prisión moral, ya sometida a la vida en el convento para escapar de un matrimonio indeseado. En un breve espacio se enfrenta con los regidores de la fe, dialoga con la esperanza femenina y conversa consigo misma en torno a las limitaciones de la honestidad y de las trampas de la fe que cita Paz. Prisionera de las paredes y de los hábitos monacales, el personaje evoluciona en la medida que se despoja de sus ropas y temores. La contradicción religiosa es apenas la manifestación de otras contradicciones de sexo y clase social. Sor Juan Inés termina siendo prisionera de sus propias ideas. En este sentido se desarrollan los diálogos y las acciones dramáticas.

La comprensión y adaptación de la pieza es producto del trabajo de Juan José Martín, responsable de la dirección general, del concepto de la escenografía y del diseño de la iluminación. Texto, espacio y luz armonizan en una puesta en escena muy sobria y precisa que enfatiza la personalidad de su personaje frente a los rigores del hostigador religioso y ante la angustia de claudicar ante el acoso del poder.

En este campo sobresale la actuación de la muy expresiva Rebeca Alemán, también productora de la obra, y de Giovanni Reali, quien abandona su rol de director para demostrar su talento como actor, secundados eficazmente por Andreína Blanco y Gerardo Soto. Cada uno de los cuatro personaje se presenta con un vestuario que evade el naturalismo y se revela con rasgos contemporáneos.

Producida por la compañía Water People Theater Company, de la propia Rebeca Alemán, Yo, la peor de todas propone una opción distinta al teatro comercial carqueño. Una propuesta nada facilista que exige una actitud atenta del espectador. No es para pasara el rato sino para reencontrase con ese personaje fascinante que marcó las letras de América Latina con su clamor de justicia y su intensidad como poeta.

YO, LA PEOR DE TODAS, de Iraida Tapias. Dirección, concepto de escenografía e iluminación: Juan José Martín. Producción: Rebeca Alemán. Vestuario: Raquel Ríos. Elenco: Rebeca Alemán, Andreína Blanco, Giovanni Reali y Gerardo Soto. Se presenta en el teatro Trasnocho, en Las Mercedes, los miércoles y jueves a las 8:00 p.m.

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