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Siendo directora, guionista, productora y protagonista, Natalie Portman no la tuvo fácil en su ópera prima pero salió airosa.

La cinematografía comenzó como un medio complejo para expresarse. Con el transcurso del tiempo se convirtió en una industria. Hoy en día hay pequeños nichos dentro del negocio que complacen los gustos particulares de cada uno.

Uno de estos sectores es el cine independiente (indie), usualmente asociado con proyectos apasionantes e íntimos, con un presupuesto mucho menor. Una historia de amor y oscuridad cumple todos los requisitos. No está hecha para los que están acostumbrados al ritmo acelerado de películas comerciales, ni para satisfacer a las masas. Sin embargo, tiene un encanto particular para los que aprecian el corazón del proceso de hacer de cine. Reconoce el valor de la imagen en movimiento como una herramienta poderosa y compleja para expresarse, haciendo uso de sus grandes herramientas creativas.

Una historia de amor y oscuridad (UHdAyO) es la novela autobiográfica del notable autor israelí Amos Oz. Abarca su infancia en los últimos años del Mandato Británico de Palestina (mucho antes del conflicto con los ‘palestinos’) y la creación del Estado de Israel. Retrata la relación entre el joven Amos (Amir Tessler), su madre Fania (Natalie Portman), el padre Aryeh (Gilad Kahana), y su inspiración para convertirse en escritor. Completando el equipo creativo están Ram Bergman como productor, SÅ‚awomir Idziak como director de fotografía, Nicholas Britell como compositor musical, y Andrew Mondshein como editor.

UHdAyO es esencialmente una carta de amor de Oz hacia su madre, ella lo empujó a convertirse en escritor. Fania Oz fue víctima de los horrores de la judería del siglo XX. Recibió una educación clásica en historia y filosofía dentro de una familia adinerada en Europa del Este. Cuando la vida empeoró, tuvieron que escapar de la amenaza del Holocausto. Con eso, se convirtió en una emigrante en el naciente Estado de Israel. Su lucha sólo aumentó cuando se convirtió en esposa y madre. Como Amos era hijo único, su madre era su compañera de travesuras.

Esta adaptación a la pantalla grande está dirigida por la misma Portman, otra israelí. Se las ingenia para transmitir las emociones indicadas, y pasa la prueba airosa. Siendo directora, guionista, productora y protagonista no es tarea fácil. Ésta es una buena ópera prima en su currículo como cineasta. Tiene potencial como directora. Las tomas tienen un toque íntimo, recreando sentimientos de introspección. Este tono es un tanto sombrío, en concordancia con la trama oscura. Hubo un contraste en la estética muy agradable, entre el presente y los flashbacks, y entre los pensamientos de Amos y los de su madre. Los primeros estaban saturados de color y con tonos cálidos, mientras que los últimos eran grises y deprimentes. El mensaje verbal se corroboró a través de la imagen. Tuvo que haber una buena relación entre Portman y su director de fotografía, Sławomir Idziak. Se las ingenió para transmitir su visión a Idziak, y éste, a su vez, la llevó a cabo con éxito.

Hubo transiciones a negro para separar de forma sutil pero contundente los capítulos internos. Esta estructura es un elemento recurrente en el storytelling de Tarantino. Natalie tomó una técnica asociada con un director conocido y le dio su toque personal. Tener un largometraje separado en capítulos hace más fácil diferenciar entre varios ambientes y años. Otro elemento interesante fue retratar laberintos, que refleja la dicotomía de un personaje y va con la arquitectura de Jerusalén. Las tomas hicieron bastante uso de la handycam. Cada toque sutil añade al efecto final de la película, haciéndola compleja y coherente como conjunto.

Un paradigma que establece UHdAyO es tener expectativas, y las consecuencias cuando no obtenemos lo que queremos. Algunas personas saben manejar la decepción. Otros se desmoronan cuando sus vidas no son lo que imaginaban. En vez de enfrentar el reto, caen en un círculo vicioso. Con madurez se pueden convertir las penas en inspiración. Esta creatividad se convierte en un escape, te creas un oficio y despejas tus frustraciones. Suena genérico, pero con la ejecución del filme funciona.

El mensaje es que sin importar qué tan duras hayan sido tus circunstancias de vida, lo que importa es lo que tú haces con ellas. Tu actitud puede hacer que el dolor sea útil, y eso es lo que Oz supo hacer. A través de su relación con su madre se convirtió en el escritor que es hoy en día, y una de las voces más fuertes en la literatura israelí.

Es obvio que Portman está orgullosa de su ascendencia. Tiene varias cosas en común con su personaje, Fania, un bagaje de Europa del Este y un vínculo fuerte con la tierra y el Estado de Israel. Con su visión sólida supo afrontar la prueba de ejercer varios oficios a la vez. Una directora ambiciosa como ella tiene un futuro brillante por delante. Su estilo se asemeja al de Clint Eastwood. Tiene el potencial de sólo mejorar con el tiempo. Su formación la ayuda mucho, más de 20 años de experencia como actriz y habiendo estudiado en unas de las mejores universidades del mundo, Harvard, y la Universidad Hebrea de Jerusalén. Las proporciones de este proyecto colosal son dignas de Natalie Portman. El desafío es divertido para una mente brillante como la de ella.

Para una directora novata, Portman hizo un trabajo sobresaliente. No se intimidó con todas las herramientas del repertorio y las supo usar con su toque personal. Una historia de amor y oscuridad es la joya del cine indie de este año, exactamente lo que debería ser este nicho. Encaja con el grupo selecto de proyectos que tratan con cuestiones humanas lejos de la palestra comercial del típico Hollywood. Es un sólido 5/5.

 

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