Gomorra 1
En el libro de Saviano lo más importante no es el crimen sino las relaciones de poder

Con apenas 30 años Roberto Saviano se ha convertido en el periodista más célebre de Italia, aunque en este caso la celebridad no sea precisamente una celebración, como su vocablo pareciera indicar. No sólo es el profesional de la prensa más perseguido de su país sino que ha sido condenado a muerte por El Sistema, nueva denominación de la vieja Camorra de Nápoles. Un hombre perseguido y condenado por haber escrito Gomorra, tal vez el ensayo mejor documentado sobre el imperio económico y criminal que domina la vida de la península desde los cuarteles del sur. A primera vista parece un extenso reportaje convertido en libro pero luego adquiere un carácter distinto: se trata de una investigación casi policial que desnuda los vínculos del crimen organizado con formas de dominación financiera de increíble eficacia. El libro se ha convertido en un éxito internacional desde su aparición en 2007 y la película del mismo título de Matteo Garrone ha cosechado aplausos de público y crítica además de ganar el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes de 2008 y varios David de Donatello de la Academia Italiana de Cine ese mismo año, entre muchos otros. Raro caso de celebridad que encierra lamentablemente una amenaza de muerte.

Saviano es napolitano y ha escrito para distintos medios italianos y europeos. Cuando concluyó Gomorra le añadió un subtítulo que reza así: “Un viaje al imperio económico y al sueño de poder de la Camorra”. Se trata de un recorrido desconcertante dividido en dos grandes partes que exponen en primer lugar el surgimiento de ese grupo de poder local y en segundo término la ramificación nacional e internacional de El Sistema. El periodista se sumerge en las aguas empantanadas del crimen para perseguir los múltiples protagonistas de una historia real que parece de película. A diferencia de otras aproximaciones más tradicionales al tema, no existe un capo sino muchos, muchos bosses, así, en inglés, que evidencia la necesidad de la diversificación del negocio. No son los matones de Lucky Luciano y lo que Hollywood nos ha vendido. No hay “familias” al estilo siciliano sino “corporaciones” de amplio alcance. Cada boss se articula con otro hasta conformar, en un alarde de lealtad y conveniencia, la muy eficiente estructura de El Sistema.

A todas luces el trabajo de investigación fue descomunal. La profusión de datos, fechas, lugares, personajes, conexiones y consecuencias evade el análisis reduccionista y propone una visión más compleja y desoladora. Resulta curioso que Saviano no le carga la mano al universo político —sólo lo estrictamente necesario— y centra su mirada escrutadora en el mundo económico… antes de la crisis financiera de finales del año pasado. En la era del pragmatismo, el libro surca caminos peligrosos, reveladores y amenazantes. La guerra de los clanes es apenas un factor operativo de un programa mucho más ambicioso que ha construido su propia edificación financiera y política. De la misma forma, el autor registra la lucha de cierto liderazgo local contra los clanes como necesidad para preservar la democracia. Un asunto criminal y económico deviene en problema político.

Es un libro de lectura fascinante, apasionada, que se aborda de prisa y sin descanso. Tal vez la clave narrativa en este vínculo con el lector se halle en el tono intimista, en primera persona que el autor impone a una investigación tan exhaustiva que podría cansar por tanta cantidad de situaciones y personajes. Saviano enfrenta el dato objetivo con sus propias conclusiones y les confiere el tono de una confesión. Leemos las opiniones de un hombre que está en guerra con El Sistema, que arriesga el pellejo y que sabe que su único futuro se encuentra en el éxito de ventas y de análisis de un libro condenado por el crimen organizado. El impacto de Gomorra es su mejor defensa, así tenga que vivir a escondidas. Su condena a muerte ha suscitado la solidaridad de varios premios Nóbel de literatura y de otras figuras de la cultura, amén del film que difunde aún más su planteamiento.

En los párrafos finales, después de habernos puesto a chapotear en el fango del poder, Saviano ofrece su mirada más íntima. “He nacido en tierras de la Camorra, en el lugar con más muertos por asesinato de Europa, en el territorio donde la crueldad se halla ligada a los negocios, donde nada tiene valor si no genera poder, donde todo tiene el sabor de una batalla final”. Y ya al final exclama “¡Malditos bastardos, todavía estoy vivo!” Toda una confesión.

GOMORRA («Gomorra») de Roberto Saviano. Colección Debate. Random House Mondadori, Barcelona, España, 2007. Traducción de Francisco J.  Ramos Mena y Teresa Clavel. 325 páginas.

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