Dilma Roussef preocupada
La presidente de Brasil tiene un índice de aprobación de 8%.

Las probabilidades de que Dilma Rousseff, presidente de Brasil, sea enjuiciada y sacada de su cargo son cada día más altas. El problema es de corrupción y de gestión económica. No solo se trata de las investigaciones autorizadas por la Suprema Corte de Brasil a 51 políticos, entre ellos dos gobernadores y 34 legisladores, por corrupción vinculada con Petrobras, que la salpican a ella y a Lula, sino que el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) —algo así como la contraloría— rechazó las cuentas del gobierno del ejercicio fiscal 2014, por haberlas maquillado. Aquí ni las dan. Sobre esto se montaría el impeachment en el congreso brasileño. Según Dilma un proceso ‘a la paraguaya’. Inmediatamente salieron Maduro y Evo a respaldarla. Por aquello de que esto es parte de una «arremetida contra todos los procesos progresistas (sic)». Para Rafael Correa el asunto también es simple. Hace unos meses, al verse acosado por manifestaciones populares se preguntaba ¿porqué a los gobiernos de derecha no les pasa esto? Su simple respuesta es que es una estrategia internacional y detrás de ello los gringos, claro está.

Pero el asunto es otro. Es el desempeño económico de los gobiernos de izquierda. En especial los de Venezuela, Brasil y Argentina. Venezuela, por ejemplo, pasó de ser la cuarta economía de la región a ser la séptima en lo que va del siglo, según el FMI. Según ellos estamos en una «profunda recesión» que al menos durará dos años más; la inflación estimada en 2015 es de 159% y en 2016 de 204%.; y somos la peor economía del mundo. Por su parte Brasil, cuya economía venía desacelerándose, acaba de entrar en una profunda recesión económica, con un crecimiento del desempleo y la inflación, y la caída de su moneda. Dilma Rousseff, con un índice de aprobación de 8%. anunció que la situación de 2016 sería peor.

Lo que ha pasado es que el crecimiento del precio de las materias primas —donde se montó esa marea rosada que tiñó la región y permitió el ascenso de estos gobiernos populistas ‘antiliberales’, que repartieron más de lo que invirtieron— ha llegado a su fin. El petróleo y las otras materias primas no subirán y menos en un mundo donde la mayor economía del mundo, la china, se esta ralentizando.

Los gobiernos de derecha (Correa dixit) que optaron por el vilipendiado neoliberalismo, los de la Alianza Pacífico, es decir, Chile, Colombia, Perú y México, son los que crecieron —tanto que los tres primeros superaron a Venezuela— y seguirán creciendo. El problema no es político, es fundamentalmente económico. Pero estos marxistas ‘a la cubana’ no entienden eso.

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