El agente de CIPOL
Ritchie logró hacer una película de espías por todo lo grande, homenajeando sus mejores momentos y parodiando los menos verosímiles, todo esto con el estilo refinado que siempre caracterizó a estas historias.

Llevar a la gran pantalla una serie de televisión es algo tan típico que hoy en día no nos sorprende (de hecho, lo que ocurre en la actualidad es el proceso inverso, para muestra tenemos Twelve Monkeys, Fargo, Minority Report, entre otras). Lo que llama la atención es hacer un reboot de una serie de culto ambientada en los años sesenta… y que esto venga de la mano de un tipo como Guy Ritchie. Aunque para muchos es conocido como el ex de Madonna, el director británico es uno de los grandes del cine contemporáneo.

Desde su ópera prima Lock, Stock and Two Smoking Barrels, Ritchie creó una impronta sólida: personajes irreverentes, humor negro, contrastes dramáticos en las escenas, secuencias de acción trepidantes, montaje agresivo y gimmicks de cámara que han sido copiados en todas partes. Aunque modernizó a Sherlock Holmes de la mano de Downey Jr., con su nueva película El agente de C.I.P.O.L. (The Man from U.N.C.L.E.), Ritchie tiene un registro menos agresivo, más pausado, pero igual de provocador, transformándose en una historia bastante peculiar en su filmografía y, en lo personal, creo que una de las más interesantes.

El agente de C.I.P.O.L. es una suerte de reboot de la mítica serie homónima de los años sesenta. La historia se desarrolla en plena Guerra fría, en el auge del espionaje y contra espionaje, centrándose en la búsqueda y captura de un científico nazi que intenta crear un arma de destrucción masiva. Para evitar que esto suceda, la CIA pone en el campo a su mejor agente, el seductor y cabildero Napoleón Solo (Henry Cavill), quien tendrá que sumar fuerzas con Illya Kuryakin (Armie Hammer), un agente de la KGB letal y con rasgos psicopáticos. A pesar de sus métodos discordantes y rivalidad tácita, Illya y Solo terminan trabajando en equipo para proteger a la hija del científico y la única esperanza que tienen de encontrarlo: la talentosa y guapa Gaby (Alicia Vikander). Así, este trío disparejo deberá infiltrarse en una red de criminales sumamente peligrosos y evitar una posible tercera guerra mundial.

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A diferencia de sus películas anteriores, Ritchie no inunda la historia con su impronta visual. Al contrario, la adapta al ritmo de una estética previamente existente. El resultado es sencillamente hermoso. Los juegos de velocidades con la cámara (clásicos de Ritchie) se transforman en violentos zoom in y zoom out que tanto caracterizaron la narrativa visual de los años sesenta y setenta. Los gimmicks típicos del director que le daban a las secuencias de acción un ritmo acelerado se transformaron —gracias al montaje de James Herbert— en viñetas al estilo cómic que entran y salen de la pantalla. Solo, Illya y Gaby destilan la personalidad irreverente de Snatch, Sherlock o One Two y sus personajes secundarios como Jared Harris, Hugh Grant y Elizabeth Debicki brillan en sus cortas apariciones tanto como los protagonistas. Las situaciones que plantea en cada puesta de escena son completamente paradójicas y contrastadas (como Solo disfrutando de un Chianti mientras que al mismo tiempo Ilya lucha por su vida entre balas), dotando a El agente de C.I.P.O.L. de un humor tan negro que casi raya en lo absurdo. En pocas palabras, es el Guy Ritchie de siempre, pero con una estética más refinada (o, sí se quiere, más madura y adaptada al estilo retro de la historia).

Sin lugar a dudas, el 2015 ha sido (y será) un año hermoso para el cine de espías. Un género que para muchos tuvo su último suspiro en la serie de Jason Bourne y cuya estirpe sobrevive en la nueva vida que le insufló Daniel Craig a la franquicia de James Bond. Si Kingsman actualizó los códigos del genero y Misión Imposible: Rogue Nation demostró que personajes como Ethan Hunt nunca van a morir, El agente de C.I.P.O.L. nos enseñó una nueva manera de aproximarnos a estas historias. Ritchie logró hacer una película de espías por todo lo grande, homenajeando sus mejores momentos y parodiando los menos verosímiles, todo esto con el estilo refinado que siempre caracterizó a estas historias, pero con la acción que estamos acostumbrados a ver en pantalla hoy en día. El resultado salta a la vista: El agente de C.I.P.O.L. seduce tanto como por sus chicas sexys y agentes encantadores, como por su puesta en escena poderosa, irreverente, agresiva, políticamente hablando incorrecta y llena de humor. Va para mi lista de lo mejor de este año y de la filmografía de Ritchie. Ahora solo nos queda esperar la llegada de Spectre para cerrar con broche de oro el año donde revivió el cine de espionaje.

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Lo mejor: La dupla que hacen Henry Cavill y Armie Hammer rápidamente se gana al público. Su humor negro e inteligente. Los homenajes a las historias de espías. La dirección de arte. Las hermosas Alicia Vikander y Elizabeth Debicki. El montaje y las secuencias de acción. Los créditos.

Lo malo: Por momentos, puede ser un poco lenta en comparación con el ritmo acelerado de Snatch o Sherlock Holmes. Quedas con ganas de ver más de Hugh Grant y Elizabeth Debicki. Para los seguidores de Guy Ritchie, esta puede ser una película rara en comparación a las anteriores.

A continuación vea el trailer:

@luisbond009

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