Nell LeyshonSu obra está oculta entre las lecturas consagradas inglesas. Su libro Del color de la leche confirma que vale la pena leerla.

Es complicado explicar de qué trata este libro. Es enigmático desde el título porque la obra de Nell Leyshon es una propuesta diferente, interesante, que no se descifra por completo sino hasta el final de la lectura. Toda la novela es un misterio: la protagonista, el diario que ésta escribe y cada una de sus páginas. Del color de la leche presenta la historia de Mary, una joven de 15 años que nos transporta a su día a día en plena Revolución Industrial y cuyo mayor interés es escribir: es directa, honesta y nunca se queda callada. La autora pone en su personaje palabras simples y cercanas al lector, y la acompaña de una prosa con una estructura poco convencional. Con ella quiere retratar el caos de la época y también le da fuerza a un personaje que busca romper el silencio. Nell Leyshon visitó México y nos dio las claves para descifrar esta novela que por primera vez se tradujo al español.

1. Los personajes: fascinación por los marginados

La historia de Mary, protagonista de Del color de la leche, se desarrolla en 1831. Fue una época de muchos cambios sociales y económicos, por lo que sorprende que Leyshon recurra a una voz que entre tanta transformación pareciera inexistente: su protagonista no sólo es una mujer joven, sino que vive en una granja. “En la historia es muy claro que el diario [de Mary] es un instrumento para romper el silencio. Si ella no lo escribe, nadie podría conocer su historia. Lo mismo me pasa a mí: si muero y no escribo esto, nadie sabrá lo que pienso ni lo que siento. Cuando inventas un personaje siempre es parte de ti. Somos muchas personas en una sola y Mary está en mí.”

2. El diario como recurso narrativo

La novela no nos sumerge en la mente de la protagonista a través del uso de la primera persona, sino mediante una aparente informalidad narrativa: la puntuación no es convencional y la autora no utiliza mayúsculas. La forma sustenta el contenido y Leyshon transforma al lector en cómplice del personaje.

3. Diálogos, imágenes y oralidad: cercanía con el teatro

La carrera de Nell Leyshon empezó en la dramaturgia. Por eso, desde sus primeros esbozos, Del color de la leche se pensó como una obra de teatro. Hay muchos aspectos formales que remiten a esta disciplina y generan una experiencia de lectura interesante. Los diálogos, la estructura y el apego a la oralidad son sólo dos ejemplos de ello. “Iba a ser una obra de teatro pero al final se convirtió en novela. Influye mucho el hecho de que sea dramaturga en mi forma de escribir, porque en el teatro se necesita generar tensión, muchos diálogos y un móvil que fortalezca la historia”, dice la autora.

4. Apuesta por temáticas trasgresoras

La obra toca temas que ponen en evidencia aspectos complejos y polémicos del siglo XIX. Éstos van desde la desigualdad de clases, la muerte y el arrepentimiento hasta el machismo e injusticias contra la mujer y roles de la iglesia. “Tomo algunas narrativas ajenas a mí y las convierto en una historia propia. No me gusta pensar que sean lastimosas, sino honestas, porque aunque retratan a personas que atraviesan momentos difíciles, siguen riendo, se divierten y hacen cosas buenas y malas; es una mezcla. Quiero mover emociones en la gente, tocar tantos temas como historias que contar”, asegura.

Del color de la leche, novela editada por Sexto Piso, recibió el premio al Libro del Año por parte del gremio de libreros de Madrid.

Fotografías: Franc Ross

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