1984Este oscuro film de Michael Radford no deja resquicio a la esperanza y a pesar de no alcanzar las cotas de un film clásico, nos hace reflexionar sobre algunas aristas del totalitarismo. Quizás hoy percibimos cierta debilidad en la parábola orwelliana, no porque el tema carezca de actualidad, al contrario el tema es tan cercano e identificable que el cerrado relato y la forma árida del film a la par que su tratamiento lo hacen extrañamente irreal. Al privilegiar la forma atemporal (un país de ficción, una guerra inventada, ninguna referencia histórica) el film pierde casi toda conexión con el mundo que nos rodea.

Sin embargo hoy más que nunca el Gran Hermano es un personaje presente y activo, la tecnología es su caballo de batalla y el cándido uso que hacemos de las redes sociales el sustento para sus abusos. Las recientes “delaciones” de un empleado del sistema que nos vigila no ameritan más comentarios. Ante ello nos asombra la pertinencia de la paradoja: una sociedad que pregona la libertad, la libre elección y la pluralidad nos somete al escrutinio vicario del ojo siempre activo de un aparato de vigilancia. Un desmentido a la forma como Orwell imaginó el futuro, tomando como referencia el totalitarismo europeo de la primera mitad del siglo XX, y una contradicción evidente para la sociedad contemporánea.

Por otro lado es bueno constatar como las habilidosas formas de la tecnología actual, con sus proteicas posibilidades y desarrollos informáticos nos permite burlar los intentos de la censura por mantenernos desinformados. Porque nada tiene que ver la ágil proliferación de redes y programas con la pesada y estática presencia del ojo vigilante del Big Brother en el film de Radford. Así la tecnología y la manipulación, esencia del poder del ojo vigilante, es para nosotros a la vez que un territorio factible para el escrutinio masivo, también un espacio para la comunicación y la protesta.       

Sin duda que el film posee brillantes apuntes y frases que por supuesto proceden de la novela, como la “Lucha radical contra el orgasmo” sugiriendo lo erótico como el territorio de la máxima libertad humana. También la frase que Smith repite varias veces “Libertad es poder decir que dos y dos son cuatro” logrando reducir un concepto complejo a la simple expresión de la verdad. Y finalmente la testaruda repetición que hace el mismo personaje de la palabra “fracasarán” señalando el destino ulterior de toda opresión y la victoria final del anhelo de vida y libertad sobre toda tiranía.

Quizás hubiésemos deseado un film menos lóbrego, con algún atisbo de humor y más audaz en el tratamiento de un tema tan actual. A pesar de ello el film de Radford es correcto e incluso quizás demasiado fiel a una novela que tuvo gran impacto en su momento, pero sobre la que, como sucede con casi todas las obras de anticipación, el tiempo ha actuado limando algunas de sus aristas proféticas pero confirmando otras de forma inesperada y  paradójica. 

1984 se proyectará el 1 de marzo en los Sábados Selectos del Cibecelarg3. 3:00 pm. Entrada libre.

1984 (Nineteen Eighty-Four). Inglaterra, 1984 /113 minutos. Director: Michael Radford. Guión: Michael Radford y Jonathan Gems sobre la novella de George Orwell. Música: Dominic Muldowney. Fotografía: Roger Deakins. Reparto: John Hurt, Richard Burton, Suzanna Hamilton, Cyril Cusack, Gregor Fisher, James Walker, Andrew Wilde, Shirley Stefox. Productora: MGM.

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