Detrás del candelabro 1
Matt Damon y Michael Douglas se despedazan en «Detrás del candelabro», de Steven Soderbergh

Curioso y revelador de los cambios que registra la industria cinematográfica es Detrás del candelabro (2013), el filme más reciente de Steven Soderbergh. Concebido para la gran pantalla, rechazado por los estudios, adaptado para la TV, presentado en el Festival de Cine de Cannes (en la Sección Oficial competitiva) y finalmente estrenado en televisión (HBO) y ganador del Premio Emmy al Mejor Filme para este medio, amén de otras diez categorías.

Para cine o TV es ya una de las cintas más galardonadas de la temporada (aún le queda llegar a los Globos de Oro). También puede ser una de los más vistos, dada su plataforma de lanzamiento.

La historia: un fragmento en la vida de Liberace y su relación con Scott Torson (quien además escribió un libro sobre ella).

Hombre espectáculo, extravagante aún más que cualquier pop star contemporánea, Liberace fue una estrella mundial que, por sorprendente que parezca, mantuvo su vida personal en la sombra. Ello aunque sus excesos pudieran indicar lo contrario.

Su relación de un lustro con Torson, sin embargo, marcó un quiebre en esa aparente privacidad, mostrando las costuras de sus brillantes trajes, coches y aquel candelabro que decoraba su no menos estrafalario piano de cola.

La de Soderbergh es una mirada tan aguda como trepidante. A medio camino entre Traffic (de su firma) y Buenos muchachos (Scorsese). Una mirada que corroe, desgasta, sorprende y deslumbra más allá del exceso de brillo que aporta el decorado.

La de Liberace y Torson es una historia de amor que deviene en picada. Un amor tan lúdico como desesperado. Una fagotización que se va manifestando en el exceso de cirugías a las que se somete el joven Torson para complacer a su Pigmalión, quien al ver el estado de su criatura termina desconociendo al objeto de su amor.

Detrás del candelabro enfrenta a dos actores tocados en gracia a la hora de asumir los roles protagónicos. Como Liberace, Michael Douglas exhibe un abanico de posibilidades que pasan de la mimesis a un compromiso psicológico con el personaje que asusta. Demencial, maltratador, extenuante, ególatra. Mientras que Matt Damon sostiene el duelo llevando a su personaje al borde de la enajenación  explorando no sólo sus frustraciones, sino ese final en el limbo de su identidad absolutamente perdida, como el de los afectos pisoteados, ya no correspondidos.

En el medio, Soderbergh contiene lo que podría ser una danza de egos y pasiones cuyo escenario no es otro que una cuerda floja. Ilustra uno de los lados más descarnados y estrafalarios del oropel, un lado casi ‘frankensteniano’.

Con Detrás del candelabro, el ecléctico y prolífico realizador se ha rebelado contra la dictadura de la industria, más apegada a las historias de fácil consumo y explotables en más de una entrega, que a un filme aparentemente subversivo e incomodo, que habría podido ser calificado desde el seno de la misma como veneno para la taquilla. No obstante, visto los resultados, materia oscarizable, quizás la más de todas las cintas de su filmografía.

El de Soderbergh puede ser la carta que salve a Hollywood de ese debacle vaticinado por Spielberg y Lucas hacia 2015. Ante el colapso de las grandes producciones, vale una reinvencion que aproveche la labor ‘pedagogica’ de la televisión en torno a este tipo de historias, y prepare al espectador para una nueva edad de oro en el cine estadounidense. Una edad como aquella que exploto en los setenta ante las narices de la industria.

@cinemathon

http://cinemathon.wordpress.com/2013/11/09/detras-del-candelabro-de-steven-soderbergh/#more-2978

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