Funerales de Chávez 2Tentó a la muerte y ésta aceptó el reto en forma de una enfermedad dolorosa que lo condujo a una larga agonía. Tentó a la muerte cuando proclamó como eslogan para su autocracia electoral: “patria, socialismo o muerte”, y esa última opción, que en los últimos 10 de los 14 años de su régimen, sin guerra civil, provocó la muerte por homicidios de 123 mil venezolanos (ver http://informe21.com/observatorio-venezolano-violencia-0 ), ahora lo aniquiló a él, que no lidio con ella patrióticamente en su país, y que agravó el sistema clientelista y mono-dependiente del petróleo de los 40 años de democracia que tanto criticó.

Tentaba tanto a la muerte que el analista político Carlos Blanco, llegó a escribir antes de que se supiese de su cáncer, en una columna del 31-01-10, lo siguiente: “El tema de la muerte es una constante en el discurso de Chávez. Sacrificios hasta la muerte. Aunque se me (nos) vaya la vida… Patria o muerte. Me quieren matar. La muerte asedia a esta revolución. No lo ha dicho, pero está a punto de decir que si su muerte contribuye a que cesen los partidos, bajará tranquilo al sepulcro. Aunque, pensándolo mejor, no; al contrario, promoverá el apocalipsis bíblico”.

Tentó a la muerte cuando en su obsesión de que Bolívar fue asesinado (como en su imaginación intentaron matarlo a él en varias ocasiones), en julio de 2010 ordenó exhumar los restos de El Libertador para luego hacer un estudio de ADN, y asistió personalmente al espectáculo necrófilo transmitido en cadena a todo el país.

Ahora Nicolás Maduro, tratando de copiar, burdamente, el estilo de Chávez, dice que al fallecido dividiendo a los venezolanos entre “patriotas” (chavistas) y “oligarcas, pitiyanquis, imperialistas” (oposición venezolana y gobiernos que no comulgan con el que lideró Chávez por 14 años), quizá busca justificar la extensión del gobierno de facto más allá de lo que la constitución bolivariana establece.

A Chávez le ocurrió su peor pesadilla: aquello que tentó tanto retóricamente se convirtió en una realidad: la muerte lo amenazó con un cáncer pero él no se trató a tiempo y cuando lo hizo, prefirió hacerlo en Cuba por secretismo y por su fijación edípica a Fidel Castro, cuando en otros países la medicina está más desarrollada para ese tipo de mal. Y así, Venezuela, se descubrió en los últimos tres meses en una sus peores pesadillas que algunos no parecen advertir por falta de referencia histórica: la de estar dominados por una nación extranjera, Cuba, que intentó controlar en el pasado, sin éxito, a muchos países Latinoamericanos. (La Venezuela de los años 50s y 60s que enfrentó a sus guerrillas; Chile de Allende que pese a su admiración a Fidel, le pidió no entrometerse en asuntos de su gobierno, y la Nicaragua sandinista).


El economista, dirigente político y editor del diario Tal Cual, Teodoro Petkoff, desde hace mucho utiliza el nombre de Chacumbele para referirse a Chávez, en referencia a la guaracha cubana de ese nombre pues “él mismito se mató”, y lo hizo, como el fallecido caudillo confesó, “porque me descuidé”, y lo hizo porque su enfermedad de poder no le permitió delegar y se creyó un superhombre. La ironía es que Fidel, quien lo adoctrinó para lograr en el siglo XXI lo que no logró en el XX, fue el asistente en el suicidio de Chávez al no detenerlo para que dejara el gobierno de su país satélite en manos de un sucesor a quien ellos (padre e hijo ideológicos), pudiesen, desde la tranquilidad del reposo, manejar.

Ariel Segal 3Esta es la historia de una gran ironía en donde todos los protagonistas son perdedores: Fidel, que entierra a su pupilo; Chávez, que no supo cortar el cordón umbilical de los designios de su mentor cubano a tiempo para “no matarse a sí mismo”, y lo más importante: Venezuela toda, que por ahora, está a merced de un gobierno extranjero.

Ariel Segal

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