La reciente promulgación de la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, en el marco de los decretos con rango, valor y fuerza de Ley publicados el pasado 31 de julio de 2008 y dictados por el Teniente Coronel Hugo Chávez Frías mediante Ley Habilitante, certifica la inequívoca condición militarista del denominado socialismo del siglo XXI. Ciertamente, la definición clásica del término militarismo, entendido como la supremacía del ejército sobre el poder político en regímenes autoritarios, aplica subrepticiamente en Venezuela. No obstante, la evolución del mencionado término, propuesto por el Profesor Fernando Fernández Holgado, no deja lugar a dudas: «un sistema de valores fundamentado en el miedo al enemigo como coartada de una militarización creciente de la vida y de las conciencias de las personas, con el desbocado aumento del gasto militar como uno de sus numerosos síntomas».

La promulgada Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, violatoria del artículo 328 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) e irrespetuosa de los resultados del referéndum constitucional de diciembre pasado, es muestra palpable de ello, así como la absurda e inauditable carrera armamentista en un país donde la pobreza, la ignorancia y la desidia van ganando la batalla.

Afortunadamente, voces autorizadas como la de Rocío San Miguel, Directora de la Asociación Civil Control Ciudadano para la Seguridad, la Defensa y la Fuerza Armada Nacional, ofrecen su talento pedagógico para intentar salvaguardar el precario sistema de libertades que aún conservamos mediante un conciso listado que resume los objetivos de una Ley decididamente militarista, a saber:

  1. Autorizar –violando principios universales de Derecho Internacional Humanitario– el empleo del concepto del «pueblo en armas» para la defensa de la Nación, con el fin de complementar el nivel de apresto operacional de la Fuerza Armada.
  2. Eliminar la prohibición al personal militar de participar en actos de propaganda, militancia o proselitismo político.
  3. Modificar la denominación de Fuerza Armada Nacional por la de «Fuerza Armada Bolivariana».
  4. Crear un «enemigo interno» para la FAN, que en el tiempo está resultando ser quien disiente del Presidente o de su proyecto de socialismo del siglo XXI.
  5. Autorizar el empleo de la «guerra popular de resistencia», principio que viola el derecho de los ciudadanos a no ser considerados combatientes frente a una hipótesis de conflicto.
  6. Agregar funciones a la FAN, como las de organizar, planificar, dirigir y controlar el Sistema de Inteligencia y Contrainteligencia Militar, sin la preexistencia de una Ley que lo regule.
  7. Crear la Milicia Nacional Bolivariana –como quinto componente de la FAN– y con funciones políticas de poder como las de coordinar consejos comunales y consolidar en ellos los Comités de Defensa Integral.
  8. Atribuir a Hugo Chávez Frías, el derecho de designar para los cargos y funciones correspondientes, a todos los oficiales de la FAN, otorgándole además la facultad de eliminar de sus filas a todos los oficiales que no considere «leales al proceso», con sólo dejarlos sin cargo por dos años, cumplido el tiempo de servicio mínimo en el grado.
  9. Alterar todas las normas de subordinación y superioridad, convirtiendo a la Fuerza Armada en una Guardia Pretoriana.
  10. Crear regiones estratégicas de Defensa, Regiones Militares, Áreas de Defensa Integral, Distritos Militares, que junto a las Guarniciones Militares y Zonas de Seguridad, convertirán al país en un cuartel, exponiendo a los venezolanos a las sanciones que impone la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación, con penas que llegan hasta los 10 años de prisión.

Debemos estar conscientes que Venezuela vive hoy uno de los peores momentos de su incierta historia democrática. Al grito de «Patria, socialismo o muerte» pretenden convertir a nuestro país en un cuartel. Sólo con muestras de coraje cívico y convicciones democráticas seremos capaces de derrotar las pretensiones militaristas del actual gobierno. Hay que informarse y actuar. Un importante número de decretos con rango, valor y fuerza de Ley fueron aprobados al margen de la Constitución. El referéndum abrogatorio es una vía (Art. 74, CRBV). Los ciudadanos tenemos la palabra.

El socialismo del siglo XXI, liderado por Hugo Chávez Frías y consentido por un alto mando militar, que califica de burros y cobardes a los militares institucionales, recuerda lo peor del socialismo del siglo pasado. Un socialismo autoritario que significa, entre otras cosas, militarización de la sociedad.

Nota: Quienes deseen profundizar en el tema, tienen la posibilidad de revisar tres importantes fuentes: El libro Miseria del militarismo. Una crítica del discurso de la guerra, del Profesor Fernando Fernández Holgado (Virus Editorial), La dirección electrónica http://www.controlciudadano.org/ (Asociación Civil Control Ciudadano para la Seguridad, la Defensa y la Fuerza Armada Nacional) y el documental Venezuela ¿se uniforma? (Ciudadanía Activa).

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