Algunos mitos se derrumban por su propio peso. Uno de los más frágiles â€â€a la luz de los hechos es aquel que ha repetido tantas veces que los venezolanos no leemos. Si tal afirmación fuese cierta no habrÃÂan surgido nuevas editoriales en los últimos años ni se habrÃÂa desarrollado la crónica y el ensayo polÃÂtico e histórico. Nuestros escritores no ganarÃÂan premios internacionales. No habrÃÂan nuevos narradores ni poetas. Los textos de autoayuda serÃÂan pura nostalgia. Las biografÃÂas se declararÃÂan en huelga. Las librerÃÂas desaparecerÃÂan y El Librero no estarÃÂa en este mercado. Pero resulta que esta revista especializada en el sector del libro en Venezuela ya cumple dos años y piensa ampliar su presencia a otras ciudades latinoamericanas. ¿Quién dijo que los venezolanos no leemos?
El otro mito que se derrumba es que no hay espacio para nuevas revistas. El Librero detectó una necesidad en el mercado y se dispuso a satisfacerla con calidad, criterio y confianza. Son 21 números que han salido en busca de sus lectores, primero gratuitamente en las librerÃÂas más imnportantes del paÃÂs y desde hace unos meses a través de suscripcioón. Llega a todos los sectores del mundo editorial: los escritores, los lectores, los libreros, los editores, los correctores de textos, los distribuidores y hasta los agentes literarios. Una revista que se lee en casa, en la oficina, en el metro y hasta en los consultorios médicos, los salones VIP de los aeropuertoa, ciertos salones de yoga y pilates, las tiendas de discos y en algunos restaurantes.
Para celebrar su segundo aniversario, la revista dirigida por Sergio Dahbar presenta una edición especial con un dossier «AnatomÃÂa de la librerÃÂa venezolana» dedicado a los espacios donde los autores, las editoriales y los lectores encuentran un punto común. Desde las grandes cadenas de librerÃÂas hasta el librero callejero, pasando por las especializadas, las de reconocimiento literario, las familiares, las de Caracas y las del interior, la que vende textos escolares y hasta los nuevos anaqueles que se hallan en farmacias y supermercados. Los libreros cuentan sus aspiraciones, sus logros y los problemas que enfrentan para obtener novedades, atraer público, mantener los precios y enfrentarse, como cualquier otro comerciante honrado de la Venezuela del presente, a la inflación, la escasez y la inseguridad. Un dossier muy completo.
Además, este número 21 presenta sus habitales e interesantÃÂsimas secciones de noticias del mundo editorial. También las reseñas de nuevos tÃÂtulos en pensamiento y ensayo, narrativa, superación personal, divulgación, crónica e historia e infantil y juvenil. También se encuentran artÃÂculos dedicados a libros y autores: el relato apasionante sobre un personaje insólito que se halla en Pasión y muerte de Rahmán el kurdo, de Carol Prunhuber, la sorprendente historia de un liliputiense cubana en Chiquita, de Antonio Orlando RodrÃÂguez, el libro de crónicas Desvelos y devociones, de varios autores y editado por Bigott, el revelador texto sobre Juan de Castellanos Desde las tinieblas del olvido, del académico Juan Marchena Fernández, el muy bien documentando ensayo Historia de un encargo: «La catira» de Camilo José Cela, de Gustavo Guerrero, y la novela corta El abrazo del tamarindo, de la periodista Milagros Socorro. Leemos un hermoso homenaje a Eugenio Montejo a través de sus textos y de las fotografÃÂas de Vasco Szinetar y una nota de Jean François Fogel y Bruno Patiño sobre los desafÃÂos que oferce Internet al periodismo. Además, un texto sobre la asociación civil Cedice Libertad como divulgadora del pensamiento liberal y otro de Carlos Leáñez Aristimuño sobre el despertar comercial de China.
Como si todo esto fuera poco, desde 2007 El Librero encarta Los Libros, un suplemento con artÃÂculos de The New York Times y The New York Review of Books, con temas palpitantes como los dilemas del Medio Oriente, la vida brutal en Guantánamo, la tragedia de Myanmar, los conflictos de la globalización y los sesenta años de la creación del Estado de Israel.
Circula en las librerÃÂas de todo el paÃÂs y a través de un eficaz mecanismo de suscripciones, que con absoluta puntualidad entrega cada número en la residencia o el lugar de trabajo de sus lectores. Para suscribirse, por sólo 148 bolÃÂvares anuales, basta con llamar a los teléfonos 284 0878 ó 283 1301, en Caracas. No desaproveche la ocasión.