Una inmensa cantidad de refugiados han huido de Afganistán.

 A raíz de los acontecimientos que han llamado la atención en los últimos días y debido a mi desconocimiento de la realidad de Afganistán, me he dedicado a investigar sobre la actualidad de ese país, y después de haber leído múltiples artículos e informes, he podido sacar de ellos una serie de conclusiones sobre las características efectivas de esa sociedad.

Procedo a enumerarlas en un breve resumen:

  • 90% de la población vive con menos de dos dólares (US$ 2) al día.
  • El país está lleno de reservas minerales, incluido oro y metales industriales.
  • Los sucesivos gobiernos han malbaratado los recursos convirtiendo al país en un Estado paria.
  • Una élite muy, pero muy pequeña, de 3% a 5% de su población, con suficientes recursos, pero también muy, pero muy corrupta.
  • Una inmensa cantidad de refugiados ha huido del país.
  • Actualmente cuenta con el apoyo de China, Rusia, Irán y Turquía.
  • Los líderes están propiciando la inversión desde China.
  • Hay la idea generalizada de un conflicto y un desprecio hacia los norteamericanos.
  • La capital es una especie de burbuja, aunque el caos se ha ido apoderando de ella. El resto del país está en un estado deplorable, con gran parte de la población en la miseria.
  • Un ejército sumamente corrupto, incapaz de detener a los bandoleros.
  • Las principales líneas aéreas han evitado usar sus aeropuertos y su espacio aéreo.
  • El costo de los combustibles se ha disparado bárbaramente y escasean.
  • La mayor parte de los dirigentes opositores están en el exilio.
  • Es un país con miedo, con mucho miedo.
  • Las mujeres han tenido que cargar con el peso de los hogares y el mantenimiento de sus hijos.
  • Los inversores prefieren hacerlo en otros países de la región, más estables y con menores riesgos.  Quiénes lo hacen son grupos corruptos y vinculados con las autoridades.
  • Los niveles educativos han sido destruidos, con una estructura en el piso y grandes ausencias de docentes y poco o ningún estímulo para ejercerla.
  • Buena parte del dinero que circula es producto del negociado de drogas.
  • La clase media huyó del país.
  • Las fronteras han sido cerradas y, salvo por algunos pasos aislados, salir del país es toda una odisea.
  • Su nacionalidad es sinónimo de asilo, es lo que buscan sus ciudadanos. Varios millones viven en otros países.
  • Muchos claman por una intervención armada, que fuerzas extranjeras invadan y controlen el país.
  • Muchas mujeres son manipuladas como una mercancía.
  • El país es un caos.
  • Grupos de la sociedad civil y organizaciones enteras han desaparecido.
  • Todas las ayudas internacionales se han disuelto por un entramado de corrupción, incoherencia y falta de motivación.
  • La policía es la institución más odiada.
  • La estadística de la violencia y los asesinatos es inmensa.
  • La corrupción está tan generalizada que la gente se pregunta quién lo es más, el gobierno o los bandidos.
  • El costo de la destrucción del país ha sido de billones de dólares.
  • La población se estima en alrededor de 30 millones de personas.
  • Su inestabilidad afecta a toda la región, mayormente a su vecino más cercano.
  • La emigración de sus habitantes ha desatado una ola de discriminación y racismo.
  • Un pequeño grupo de bandidos detenta el poder, fundamentalmente gracias a las armas.
  • Prácticamente es un país donde no existen los derechos humanos, ni un sistema judicial justo y confiable.
  • Es poco recomendable realizar viajes en carretera por el territorio. Casi imposible hacerlo de noche y las conexiones aéreas internas son prácticamente inexistentes.
  • Su situación lo coloca como un punto fundamental de la geopolítica mundial.

Estos puntos son un resumen de las principales características actuales de Afganistán y esas conclusiones han sido sacadas de diferentes informes y estudios sobre ese país.

Ahora bien, quisiera solicitarles a mis lectores que se tomen la molestia de volver a leer esa prolífica enumeración, pero ahora teniendo en mente no a Afganistán, sino a otro país bien lejano geográficamente: Venezuela. Podrán comprobar, dolorosamente, que el cien por ciento de esas características también se cumplen en Venezuela. Querámoslo o no, esto demuestra fehacientemente que estamos al mismo nivel del país que hoy en día llama la atención del mundo por ser el epicentro de un caos absoluto. Afganistán y Venezuela están igualitos. Estar equiparados en ese ranking, lo mínimo que produce es terror. Digo yo. ¿Será que los llamados de atención y de alerta puedan voltear la cara hacia ese otro horror en otro continente? Ojalá lo logremos.

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