Hablar de ‘El Padre’ es hablar de lo magistral de las actuaciones de Hokpins y de Colman.

“Siento como si perdiera todas mis hojas”  “Las ramas, el viento y la lluvia … Ya no sé qué está pasando”. Anthony (Anthony Hopkins)

El Padre (The Father) es un drama británico dirigido por el francés Florian Zeller quien adapta su propia obra teatral al cine. Es su ópera prima en donde se destacan una valiente puesta en escena y dirección. La historia es dura, compleja, reflexiva y nos deja un sabor amargo. Nos encontramos en el apartamento donde Anthony (Anthony Hopkins), un simpático viejo se va convirtiendo en un anciano obstinado cuando comienza a perder la memoria, consecuencia de la propia vejez y al avance de la demencia. Mientras Anne, su hija (Olivia Colman) intenta convencerle para que acepte una asistente que le ayude con su cuidado, ya que esta tiene planes de mudarse a París. Anne sufre poco a poco la pérdida de su padre a medida que la mente de éste se deteriora, pero también se aferra al derecho a vivir su propia vida.

La enfermedad y la vejez, la vejez y la enfermedad son temas tratados magistralmente y con mucha sensibilidad, más en este caso cuando el acercamiento es desde la visión del propio enfermo. El trabajo de Zeller es sutil, nos va llevando de la mano para sentir como espectadores la confusión, el miedo, el dolor y la tensión del protagonista. Al punto, que llega el momento en que no estamos claros si lo que vemos es real o imaginario. Con cada escena nos vamos sintiendo atrapados. La pregunta repetitiva para saber de Lucy su otra hija, la pérdida una y otra vez del reloj, los espacios de la casa, la confusión de rostros y la partitura (Ludovico Einaudi) hacen crecer las emociones, el suspenso y el drama emocional hasta llevarnos lentamente a entender donde se encuentra el personaje.

Hablar de El Padre es hablar de lo magistral de las actuaciones de Hokpins y de Colman. La profundidad, lo soberbio y la vulnerabilidad de las interpretaciones es conmovedor de principio a fin.  La película obtuvo seis nominaciones para el Oscar: Mejor película, mejor actor (Anthony Hopkins), mejor actriz de reparto (Olivia Colman), mejor guion adaptado (de la obra teatral “Le Père”), mejor edición y mejor diseño de producción.

El padre debutó por primera vez en 2012 como una obra de teatro en francés (Le père) siendo representada desde entonces en más de 50 países. Fue considerada por The Times como una de las mejores obras de la década. El papel del obstinado y vulnerable Anthony ha sido interpretado por Frank Langella en Broadway, Kenneth Cranham en el West End, por Robert Hirsch en París y por Alfred Molina en Los Ángeles.

Ver El Padre en tiempos de confinamiento, nos consigue en un momento de particular vulnerabilidad. Donde las ausencias, el tiempo, las distancias, los afectos, la soledad. y la vejez asumen otro significado y perspectivas. El cuerpo y la mente llevan su propio ritmo y por separado. Sientes más las faltas, pero también valoramos más lo que tenemos en estos tiempos de fragilidad.

El padre es una dura, pero merecida lección.

@mariamkrasner

Publicado originalmente en https://pasionpais.net/

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