Penélope Cruz vuelve a interpretar el personaje de Macarena Granad.

En estos tiempos de cuarentena me he dedicado a descubrir algunas películas que me interesan. Destaco dos argentinas recientes: El cuento de las comadrejas, de Juan José Campanella y Mi obra maestra, de Gastón Duprat. De pronto, navegando en Netflix, encontré una que quise ver desde hace años: La reina de España (2016), de Fernando Trueba. Como secuela de su recordado éxito La niña de tus ojos (1998), ofrece una mirada risueña al mismo grupo de cineastas, actores y técnicos, pero esta vez no en la Alemania nazi de los años cuarenta sino en la España franquista de los cincuenta. Un film divertido, amable y muy bien actuado que rinde homenaje al cine y sus creadores.

Superada la posguerra a lo largo de los años cuarenta y en el inicio del desarrollismo económico a finales de los cincuenta, la España de Francisco Franco luchaba por borrar su memoria fascista —y sus amistades con Hitler y Musolini— al convertirse en aliada de Estados Unidos en el marco de la Guerra Fría. Esta apertura de la dictadura le permitió atraer las filmaciones de Hollywood y asentar una industria en la península ibérica. Hay que recordar que en la década siguiente se filmaron allí Rey de Reyes (Nicholas Ray, 1961), El Cid (Anthony Mann, 1961), 55 días en Pekín (Nicholas Ray, 1963) y La caída del Imperio Romano (Anthony Mann, 1964), entre otras. Orson Welles, Ava Gardner, David Niven, Sofía Loren, James Mason, Omar Sharif y Charlton Heston fueron asiduos de los espacios españoles.

En este marco histórico se ubica la trama de La reina de España, cuando Macarena Granada (Penélope Cruz) se ha convertido en una estrella internacional y protagoniza una superproducción norteamericana sobre Isabel La Católica. Al mismo tiempo, el respetado director de otras épocas, Blas Fontiveros (Antonio Resines), regresa clandestinamente del exilio y es contratado como director de la segunda unidad, pero es descubierto y el franquismo lo condena a trabajos forzados en la construcción de la cruz del Valle de los Caídos. En el pasado Macarena y Blas sostuvieron un conflictivo romance. El guion se extiende, entonces, a las relaciones que se establecen en la troupe de producción, entre norteamericanos y locales, con un tono de comedia que mantiene cierto dramatismo que se acentúa hacia el final. Un galán en decadencia (Jorge Sanz), un guionista desencantado (el norteamericano Mandy Patinkim), un productor voraz (el mexicano Arturo Ripstein actuando como norteamericano), un director que se duerme en los rodajes (el neozelandés Clive Rivell), el técnico de rodaje (el argentino Chino Darín), el productor debutante (Javier Cámara), entre otras figuras notables de la escena española.

Truena establece un contraste entre el star system de esa industria y los vestigios trágicos de la Guerra Civil y la represión posterior. Mientras en la España autoritaria de Francisco Franco encarcelaba a sus opositores, el senador Joseph McCarthy en la democracia de EEUU perseguía a ciertos miembros de la industria cinematográfica como comunistas, en una caza de brujas contraria a la Constitución estadounidense. En este marco, el guion sobre Isabel La Católica respondía más a los intereses de Hollywood que la historia de España. Incluso Macarena canta en inglés Granada en un versión muy kitsch de la célebre canción de Agustín Lara. En este estilo de parodia, Trueba se da el lujo de trabajar a Francisco Franco como personaje. Por eso su película es más que una comedia.

La fotografía de José Luis Alcaine, la música de Zbigniew Preisner y un elenco extraordinario convierte a La reina de España es una película que no pretende ser una obra maestra pero sí ofrecer una mirada amable sobre una época de grandes contradicciones pero también de complicidades. El realizador español vuelve a trabajar el tema del cine dentro del cine. ¿A quien rinde homenaje? A directores como John Ford y Nicholas Ray y a productores como Samuel Bronston. Y a todos aquellos creadores que trabajaban en la industria fílmica de España.

LA REINA DE ESPAÑA,  España, 2016. Dirección: Fernando Trueba Guion: Fernando Trueba, según los personajes de Rafael Azcona, Miguel Ángel Egea, Carlos López y David Trueba. Producción: Penélope Cruz, Mercedes Gamero y Mikel Lejarza. Fotografía: José Luis Alcaine. Música: Zbigniew Preisner. Elenco: Penélope Cruz, Antonio Resines, Cary Elwes, Clive Revill, Mandy Patinkin, Neus Asensi, Ana Belén, Jesús Bonilla, Javier Cámara, Loles León, Jorge Sanz, Rosa María Sardá, Santiago Segura, Chino Darín, Arturo Ripstein.

 

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