3 bellezas
‘3 bellezas’, ópera prima de Carlos Caridad Montero, una de las fuertes candidatas en Mérida.

El domingo comienza el XI Festival del Cine Venezolano de Mérida, que se extenderá hasta el jueves 11 de junio. Se realizará a pesar de la dura situación económica del país, que impidió contar este año con invitados extranjeros, por ejemplo. No es poco mérito para los organizadores haber superado los actuales obstáculos de la inflación y la devaluación.

Será una competencia relativamente pareja para tres o cuatro filmes, entre los cuales sobresale Dauna, lo que lleva el río, la película dirigida por Mario Crespo que se estrenó en la sección Native del Festival de Berlín, dedicada al cine de los pueblos originarios de América Latina. Otras dos cintas de la selección cuentan con distribuidor internacional y han sido presentadas en festivales de Norteamérica: 3 bellezas de Carlos Caridad Montero estuvo en el Festival de Miami y en el de Cine Latino de Chicago, y Liz en septiembre de Fina Torres, que está basada en un clásico del teatro lésbico estadounidense, participó en Inside Out, en Toronto, un festival del circuito LGBT al que parece lógicamente destinada.

El Festival de Mérida tuvo el buen tino de programar fuera de competencia este año Libertador de Alberto Arvelo, con Édgar Ramírez en el papel principal. Este filme coproducido con España, que hasta donde se sabe costó 50 millones de dólares y quedó en la lista corta de nueve preseleccionadas para el Oscar a la mejor película en lengua extranjera en 2015, pudo haber competido el festival anterior con Pelo malo, ganador de la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián. Pero no fue así, y tampoco la película de Mariana Rondón recibió el galardón principal en Mérida. Este año Libertador habría estado totalmente fuera de contexto por lo que se refiere a la selección del festival.

Dauna, lo que lleva el río
Otra ópera prima, ‘Dauna, lo que lleva el río’, de Mario Crespo, es también fuerte competidora.

Podría ocurrir que por segunda vez consecutiva la mejor película del festival esté hablada en lenguas originarias, además de español, y sea con actores de pueblos indígenas. En 2014 fue El regreso de Patricia Ortega, cuya protagonista es una niña wayuu; en 2015 podría ser Dauna, que tiene como personaje principal a una mujer warao en conflicto con la tradición. Eso pone de manifiesto una realidad poco conocida por la mayoría del público: la relevancia que tiene el cine indigenista venezolano de los últimos años, principalmente en el documental.

Hay expectativa acerca del estreno en Mérida de Paquete #3, una película de Alfredo Hueck que atravesó un proceso de 10 años hasta ser terminada y que fue realizada de manera independiente, recurriendo incuso al crowfunding. El director y guionista es hermano de Luis Carlos Hueck, realizador del filme más taquillero en la historia del cine venezolano, Papita, maní, tostón (2013). Describe Paquete #3 como una sátira política cuyo protagonista es un peruano que viene a Venezuela, huyendo de la justicia, y cae en las redes de una mafia.

Hay otros dos estrenos en competencia: la comedia romántica ¿Quién dijo miedo?, de José Miguel Vásquez, y Travesía, dirigido por Jesús Rondón, tercer largometraje realizado como tesis de grado por estudiantes de la Escuela de Medios Audiovisuales de la Universidad de los Andes. El segundo, Conejos (2006), de Eduardo García, no es una gran película y no se exhibió comercialmente, pero ha adquirido el estatus de filme de culto en Venezuela.

Siempre se espera que uno de los estrenos resulte un descubrimiento importante y se lleve los principales galardones. De no ser así, este año los premios a la mejor película y a la mejor dirección deberían estar entre 3 bellezas y Dauna, con Liz en septiembre como tercera opción. Frank Spano luce como el principal candidato a mejor actor por su papel en Km 72 de Samuel Henríquez. Entre las actrices se destaca Yordana Medrano por su papel en Dauna. Es una debutante en el cine, aunque con experiencia teatral y como documentalista. Será un festival de nuevas figuras femeninas, como lo son igualmente la bailarina Eloísa Maturén, de Liz en septiembre, y Diana Peñalver y Fabiola Arace, de 3 bellezas, que vienen del teatro.

Gerard Uzcátegui participó este año en el Talent Campus del Festival de Berlín y también parece estar destinado a destacarse en el festival. Fue el director de fotografía de Dauna, por la que podría ganar el premio respectivo, y trabajó en otro filme que se destaca por ese aspecto técnico: Liz en septiembre. Incluso hay una tercera película de la competencia en su currículo, El desertor de Raúl Chamoro, aunque seguramente no estará entre las premiadas.

Liz en septiembre
‘Liz en septiembre’, de Fina Torres, se inserta en el cine de temática LGBT.

Poniendo entre paréntesis los estrenos, tres de los 11 filmes de la competencia son representativos de lo mejor del cine nacional en la actualidad: 3 bellezas, Dauna y Liz en septiembre. Luego hay una franja intermedia, de películas no del todo logradas pero que no carecen de méritos, sobre todo en los renglones técnicos. Es el caso de Km 72 y Espejos de César Manzano. Las tres restantes están al borde del abismo al que se refiere el título de esta nota, que no es el de la economía nacional sino el que se ha visto ensancharse amenazadoramente con el aumento de la cantidad de películas venezolanas que se estrenan.

Dos son obras a las que cuesta encontrarles algún sentido, como El infierno de Gaspar Mendoza, de la Villa del Cine, o El desertor. La otra no es sino un descarado intento de hacer dinero usufructuando las protecciones establecidas en la Ley de Cine por motivos culturales: Er Conde suelto en Hollywood, de Benjamín Rausseo. El nivel promedio de calidad cada vez más bajo del cine nacional es otro alerta sobre la decadencia del país.

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