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En el mundo vitivinícola español de hoy la atención se halla puesta en tres regiones fundamentales: Priorat, Jumilla y Toro, todas con denominación de origen controlada por sus respectivos consejos reguladores y prácticamente desconocidas en Venezuela. Creo que Oriol Serra está trayendo algunas etiquetas de Priorat y Destilerías Unidas hace lo propio con Jumilla. Esta semana tuvimos ocasión de descubrir —pocas veces ha estado tan bien empleado el verbo— cuatro caldos de Toro, gracias a la cata que organizó la distribuidora Pedalco en La Viña del Señor para probar un blanco y tres tintos de Bodegas Fariñas, acaso la más antigua de la región, empresa familiar fundada por Salvador Fariña en 1942, apenas tres años después del término de la Guerra Civil, en Casaseca de las Chanas, un pequeño pueblo de la provincia de Zamora, situado a 30 kilómetros de Toro, en la otra orilla del río Duero. Tres generaciones de Fariñas han desarrollado la bodega con base en cepas autóctonas como la Tinta de Toro, oscura, intensa y profunda que anteriormente daba caldos de 17 grados de alcohol, tal vez demasiado rudos. Esto ya no es así. Tras cambios tecnológicos importantes, Fariñas ofrece hoy Colegiata Malvasía, el Primero, el Gran Colegiata reserva y, buque insignia, el Gran Colegiata Campus. Vinos a descubrir y disfrutar.

El Colegiata blanco joven se elabora totalmente con Malvasía, a partir de viñas viejas bien cuidadas, fermentada a baja temperatura para conservar la riqueza aromatica de la variedad. Probamos el 2007 y encontramos un vino joven, de color paja, de aroma muy marcado que recuerda al Torrontés pero que mantiene intacta su personalidad. Muestra cierta acidez y algunos toques de manzana verde. Se debe consumir en uno o dos años máximo y va muy bien con ensaladas, quesos frescos, pescados, carnes blancas. Tiene 12,5 grados de alcohol y debe servirse entre 7 y 10º C.

El Primero es el primer vino de maceración carbónica de la zona, elaborado 100% con Tinta de Toro. Color de cereza, olor profundo, seco, con ciertos toques salvajes Es un vino juvenil para tapas y pasapalos, algunos embutidos y quesos suaves. Su graduación es de 13,5%. Cada año viste una etiqueta diferente que reproduce la obra del ganador del concurso nacional de pintura «Primero de Fariña». Tampoco debe superar los dos años de guarda y debe servirse entre 13 y 17 ºC.

Con la prueba del Gran Colegiata Reserva —del año 2000— comienzaron las grandes palabras. Exclusivamente Tinta de Toro interviene en su elaboración. Ofrece un color muy oscuro, con un aroma intenso y profundo. Huele claramente a vainilla. Su sabor es pleno y envolvente, ideal para acompañar cordero o cochinillo. Pasó 18 meses en barricas de roble americano. Es un vino que se abre poco a poco y que acompaña platos de sabores intensos. Me encantó. Tiene un potencial de guarda ideal entre 5 y 12 años. Es decir, el que probamos estaba en su punto. Con 13,5% de graduación, debe servirse entre 15 y 17ºC.

Finalmente llegó el Gran Colegiata Campús (en la foto) de 2003, el vino estrella de la gama y uno de los vinos más premiados de la zona, con 100% Tinta de Toro trabajada en viñas de 50 a 140 años. Maceracion hasta 25 dias y fermentacion entre 30 y 32º C en depósitos de acero inoxidable antes de realizar la fermentación maloláctica en  madera. Envejecimiento en barricas nuevas de roble francés y americano durante 15 meses.Es extremadamente oscuro. No es traslúcido. Aromas complejos y elegantes, con gran estructura y cuerpo. Se recomienda el consumo a partir de quinto año de la cosecha hasta el duodécimo. Con 14 grados de alcohol se sugiere que sea acompañado por carnes rojas y guesos curados. Se sirve entre 15 y 18ºC.

La denominación de origen Toro está por fin entre nosotros. Bodegas Fariñas ha sido todo un hallazgo. Le deseo la mejor de las suertes en un mercado tan complicado como el nuestro.

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