PSUV y chavistasDeclaramos suelo sagrado y particular el aeropuerto principal de Venezuela, donde si usted presenta un carnet del PSUV, se declara y firma como revolucionario o nos da la clave secreta otorgada por la presidencia y sus ministerios, puede entrar por las rampas especiales para extranjeros doblemente cedulados, con o sin falsas credenciales diplomáticas y equipaje intocable que va directo a vehículos preparados para completar su ingreso al país. Y si usted sale, tampoco pasa por control alguno, tiene vía libre con sello bolivariano para llevarse sin revisión el número de maletas que quiera, incluso para llenar una gigantesca aeronave. Si usted no pertenece a este selecto grupo, claramente determinado, se atiene a las consecuencias porque es retenido para auscultar su aspecto y documentación a cargo de nuestro servicio especial entrenado largamente por el G2, es radiografiado en sus bolsos, maletas, carteras, suelas, ropa interior y orificios o protuberancias íntimas.

Si es extranjero invitado, también turista que vienen por primera vez, disfrute durante el trayecto hacia la capital, mire hacia la izquierda porque esas casuchas inclinadas que allí ven son constancia de la clasista y derechista cuarta república. Junto con algunas otras llamadas ranchos, las conservamos aisladas como indiscutibles muestras de contraste con recientes millares de viviendas revolucionarias bien equipadas que han acabado con esa humillante condición de ratonera marginal.

Decretamos la existencia de dos Caracas. La del oeste chavista, que va desde Catia y sus aledaños hasta Plaza Venezuela. De allí hasta Chacaíto es el espacio intermedio bien vigilado por nuestro servicio secreto, y ya concretamente desde Chacao hacia el este y el sur se mantienen, por ahora, las lujosas quintas de la antigua oligarquía, clases mediana y alta con algunas urbanizaciones populares y barrios chavistas que pronto desaparecerán, porque para eso existen nuestros 15.000 paramilitares, 45.000 milicias y 30.000 guardias del pueblo más los pranes sueltos y bien formados. Parte de su salario va para proteger invasores, motorizados armados que denominamos colectivos y a nuestros infiltrados patriotas, acciones plenamente justificadas, refrendadas y estimuladas desde el Palacio de Miraflores. Se trata de reivindicaciones justas que ordenó desde su llegada nuestro comandante eterno para hacernos dueños legítimos de propiedades originarias del pueblo despojado hace tiempo. Solo deben respetar las casas nuevas y apartamentos recién adquiridos o expropiados en los últimos quince años, pues allí residen sus dueños legales verdaderos, ese conjunto trabajador de venezolanos educados en los principios del llamado hombre nuevo por los gloriosos Che Guevara, Fidel Castro y otros héroes.

En la zona nuestra pueden manifestar su gratitud y lealtad, sin problemas y con buen soporte fijo, quienes apoyan la gesta revolucionaria. En la otra parte y por mandato de enmiendas al margen de antiguas leyes y reglamentos, es indispensable solicitar permiso para manifestar en cualquier forma y manera contra la falta de alimentos, empleo, educación moderna, por seguridad ciudadana contra la criminalidad y otras mentiras. De lo contrario tienen un ultimátum y serán obligados a dispersarse y anular su reunión mediante los recursos de mando, adheridos a los derechos humanos, que nos permite por derecho propio nuestra renovada legislación.

Si usted es vendepatria, burgués, pro yanqui, lacayo del imperio norteamericano y por eso no acepta las nuevas condiciones para convertirse en combatiente fundador de la República chavista, tiene que aceptar impedimentos o total dificultad para viajar al exterior porque los pasaportes y otros documentos tradicionales están por ahora paralizados para ustedes. Además, muchas líneas aéreas internacionales decidieron hacerle caso al Pentágono, dictador de Barack Obama, y vienen poco a nuestra nación, territorio consagrado por Alba, OEA, Petrocaribe y similares.

Por decisión voluntaria de los poderes autónomos Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Fiscalía, Contraloría, CNE y Defensoría del Pueblo afiliados a nuestra Constitución paralela y única en su validez de facto, refrendamos ante el mundo, muy en especial ante Unasur, que somos un gobierno absolutamente  respetuoso de opositores que cumplan a cabalidad, al pie de la letra, con este ordenamiento bolivariano destinado a refrendar una nueva Venezuela, libre, independiente y soberana.

* Alicia Freilich es periodista, ensayista y novelista venezolana. Autora, entre muchos textos, de los ensayos La Venedemocracia, En clave sexymental: Aldemaro Romero a medio siglo creativo e Ilan Chester es verdad y de las novelas Cláper, Colombina descubierta y Vieja verde.

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