Venezuela es un paÃs en venta. Sin consultar a nadie Maduro se fue a Rusia y China a buscar más préstamos. La deuda con China ya asciende a 50,7 millardos de dólares. Cada venezolano le debe al paÃs asiático a cambio extraoficial 133.250,25 bolÃvares. Maduro es el gobernante, en toda la historia de Venezuela, que ha agotado un catálogo de desaciertos.
Hay gobernantes que acumulan prestigios y respetos, pero Maduro que no es socialista cientÃfico, ni por filosofÃa, ni por estudios, sino gracias a Cuba y al dedo de Chávez, no calza ni como caudillo. Los episodios en Brasilia en la toma de posesión de Dilma con el vicepresidente de Estados Unidos Joe Biden y la proposición de canjear a Leopoldo López, que ni siquiera ha sido juzgado, por un terrorista puertorriqueño ha sido el colmo de los desatinos.
La magnitud de la quiebra hecha a Venezuela por los demoledores chavistas, hacedores de presupuestos ruinosos, no parece advertirla, ni aun por el jefe de motÃn del régimen, reelecto en la Asamblea Nacional. Al margen de todo apasionamiento ya hasta los militares dicen que Maduro es un fracaso. Pero no por eso, como dice Andrés Velásquez, queremos un golpe de Estado. No hay ruido de sables, lo que hay es ruido de anaqueles vacÃos. Y se llega hasta la desvergüenza. El ministro de Alimentación Carlos Osorio dice que no hay desabastecimiento, sino que los productores están descansando.
Un balance de la situación polÃtica y económica nos hace afirmar que hemos llegado al “sálvese quien puedaâ€. Nos esperan dÃas donde el estrepito de la protesta de variadas formas, está a la vuelta de la esquina. La indignación nacional crece cada hora. Al paÃs no le ha interesado incluso ni las reelectas del Consejo Nacional Electoral, ni los nuevos jueces del Tribunal Supremo, ni la nueva directiva de la Asamblea Nacional, convertida esta última en un casino de vulgaridades.
No nos vienen alpargatas y joropo, nos esperan dÃas de búsqueda incesante de productos necesarios. El paÃs ha sido llevado al despeñadero no sólo con la inflación más alta del mundo, sino como uno de los más violentos del planeta. Los biógrafos de la “revolución†saben que viene el epilogo del régimen. PodrÃan ya establecer analogÃas entre la partida de Pedro Estrada, el Johnny Abbes dominicano, torturadores implacables y el Ministro Vallenilla Lanz, que se fueron un mes antes de la caÃda de la dictadura de Pérez Jiménez y  el anonimato de Miguel RodrÃguez Torres responsable de las muertes de estudiantes del año pasado y la sospechosa salida de Rafael RamÃrez como Embajador en la ONU en Nueva York, o la permanencia de años como Embajadores en Europa de Lucas Rincón, el militar que nos dijo que Chávez habÃa renunciado e IsaÃas RodrÃguez el Fiscal que le mintió al paÃs con el asesinato de Danilo Anderson.
Venezuela debe renacer como el ave fénix, tiene recursos económicos y capital humano en polÃtica, ciencia y tecnologÃa y gente joven que puede reconstruir el paÃs. Dios salve a Venezuela.